Créditos: Las viudas de seis hombres solicitaron justicia al Tribunal de Mayor Riesgo B. Foto Emmanuel Andrés
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Esposas de las personas asesinadas y víctimas que fueron heridas y sobrevivieron a la masacre en la Cumbre de Alaska, ocurrida el 4 de octubre de 2012, expresaron ante el Tribunal de Mayor Riesgo B su última palabra. Durante su intervención, la petición más recurrente fue: justicia.

Por Regina Pérez

El juicio por la masacre en la Cumbre de Alaska está llegando a su final. Este 5 de febrero las esposas de las víctimas y de quienes resultaron heridos intervinieron ante los jueces del Tribunal de Mayor Riesgo B previó al cierre el debate oral y público, para solicitar justicia y una reparación económica por los daños sufridos.

La sala de audiencias del nivel 15 de la Torre de Tribunales estaba llena esta mañana. Las autoridades de los 48 Cantones de Totonicapán, los familiares de las víctimas, observadores y autoridades indígenas acompañaron la audiencia.

En el juicio que inició, en junio de 2023, se juzga a nueve militares acusados de ejecución extrajudicial y ejecución extrajudicial en grado de tentativa, por los hechos del 4 de octubre de 2012.

“La tristeza nunca sale de mi corazón, tanto sufrimiento, tantas lágrimas, ¿por qué? Por culpa de los soldados que mataron a mi esposo, por culpa de ellos se quedaron huérfanos mis hijos, lo que queremos es que reparen todo el daño que hicieron”, así se expresó Joaquina María Yax, esposa de uno de los manifestantes que murió en la masacre.

Para Yax no es justo que los soldados acusados estén bien con sus familias, mientras que ellos sufren la ausencia de sus familiares. “Por eso estoy aquí, para pedir justicia”, indicó.

Justina Yax, esposa de una de las víctimas, llora en Tribunales tras pedir justicia. Foto Prensa Comunitaria

Al igual que Yax, pasaron frente al Tribunal Teodora Trinidad García, Francisca María Menchú, Josefa Virginia Puac Puac, Celestina Ramona Aguilar Tzoc y Maura Candelaria Rosales.

Menchú, esposa de Rafael Batz, mostró al tribunal la foto de su esposo, quien tenía 52 años cuando fue asesinado. La viuda dijo que no iba a señalar a los soldados como culpables de lo que le sucedió a su esposo, “pero ante Dios no podemos mentir” y que ellos tienen en su conciencia su muerte.

Las mujeres dijeron que se quedaron viudas, con sus hijos, sufriendo la ausencia de sus cónyuges y que ahora sostienen sus hogares.

Josefa Puac relató los momentos difíciles que ha vivido tras el asesinato de su esposo. “Estamos aquí para pedir justicia, exigimos justicia al honorable Tribunal, porque (la vida de) mi esposo no tiene precio, fue a manifestar por una causa justa, por culpa de ellos estamos sufriendo, derramamos muchas lágrimas”, dijo Puac.

El 4 de octubre de 2012, la población de Totonicapán acudió a manifestar atendiendo el llamado de las autoridades comunitarias en Cuatro Caminos, Los Encuentros y en el kilómetro 169, conocido como la Cumbre de Alaska, en contra del alza a la energía eléctrica, la reforma en el pénsum a la carrera de Magisterio y el intento de reformas a la Constitución.

Fue en ese último punto que, según la acusación del Ministerio Público (MP), los soldados a cargo del coronel Juan Chiroy, abrieron fuego contra los manifestantes. Seis hombres murieron: Arturo Félix Sapón, Santos Nicolás Hernández, Rafael Nicolás Batz Menchú, Jesús Baltazar Caxaj, Jesús Francisco Puac y José Eusebio Puac Barreno. Tres víctimas que sufrieron heridas de bala fallecieron después, entre ellos Lorenzo Isidro Vásquez Barreno, por quien su esposa pidió justicia este lunes 5 de febrero.

Seis manifestantes murieron el 4 de octubre de 2012. Foto Prensa Comunitaria

Pérdidas económicas y daños en la salud

Adán Pedro Sapón, quien fue herido de bala en una pierna durante la movilización que terminó con la masacre de la Cumbre de Alaska, ha sido operado en varias ocasiones debido a las heridas que sufrió, la última vez fue hace tres meses y medio.

“Yo pido justicia, de igual manera necesitamos un apoyo económico”, señaló Sapón, quien refiere que perdió varios bienes debido a los gastos médicos de una operación en un centro hospitalario privado en Quetzaltenango.

Sapón indicó que tiene hijos pequeños y no hay quién lo apoye para cubrir sus necesidades. “Le pedimos al Tribunal que nos eche la mano para poder sacar a mi familia adelante”, señaló.

Debido a la masacre perpetrada por militares los planes que tenía con su familia no los pudo llevar a cabo, relató.

Once años después de la masacre, las víctimas aún sufren las secuelas. Foto Prensa Comunitaria

Domingo Julián Puac Robles quedó herido el 4 de octubre de 2012 en la Cumbre de Alaska. En su petición a los jueces indicó: “Yo quiero justicia”. Puac señaló que ya no se puede desempeñar como antes, porque tiene una familia de siete integrantes a quienes tiene que mantener.

Puac tenía cuatro telares y empleaba a seis trabajadores, pero su negocio fracasó debido a que el capital lo tuvo que usar para otras necesidades.

La masacre de la Cumbre de Alaska fue la primera que se realizó después de la firma de los Acuerdos de Paz, en 1996. Santos Abraham Yax, una de las víctimas, así lo recordó. “No es posible que en Guatemala después de los Acuerdos de Paz de 1996 se vivan estos antecedentes”, indicó.

Yax habló de su dificultad para aceptar lo que ocurrió ese día y para él fue un milagro haber sobrevivido a las heridas que sufrió. Él espera que los servidores públicos cumplan con su función de proteger a la ciudadanía. “Confiamos en la justicia de nuestro país”, subrayó.

“Queremos que haya un cierre para los 48 Cantones”

En la audiencia también hubo un espacio para la intervención del presidente de la Junta Directiva de los 48 Cantones de Totonicapán, Edin Rafael Zapeta, en representación de las autoridades que son querellantes en este caso, quienes habían convocado a la población a manifestar el 4 de octubre de 2012.

Zapeta pidió justicia y reparación digna para los pobladores de Totonicapán que fueron agredidos el 4 de octubre. “Siempre hemos sido personas pacíficas, en ningún momento hemos tenido inconvenientes con la policía, con el ejército, con autoridades del Estado, porque los respetamos, y es ilógico que de parte de los militares se nos señale de atentar contra ellos o agredirlos”, indicó.

El presidente de los 48 Cantones reiteró que piden justicia por las víctimas y que los acusados sean condenados. “Queremos que haya un cierre para 48 Cantones y que se haga justicia por la Cumbre de Alaska y que el ejército nunca más vuelva a hacer daño a nuestros pueblos, esta es la petición del pueblo de Totonicapán al cual yo represento ante este Tribunal”, expresó. Finalizó su intervención con un “¡Qué vivan los 48 Cantones!”.

El juicio por la masacre en la Cumbre de Alaska comenzó el 15 de junio de 2023, a 11 años de la masacre. Desde el inicio del proceso las víctimas y querellantes se encontraron con diversos obstáculos, como la decisión de la jueza Carol Patricia Flores, en 2014, de cambiar el delito de ejecución extrajudicial y ejecución extrajudicial en grado de tentativa por incumplimiento de deberes y homicidio en estado de emoción violenta, lo cual fue impugnado por el Ministerio Público.

A esto se sumó la carga de trabajo que hay en los juzgados para programar las audiencias, señaló la abogada Lucía Xiloj.

El MP ha solicitado 25 años de prisión por el delito de ejecución extrajudicial y 16 años por ejecución extrajudicial en grado de tentativa contra el coronel Juan Chiroy y los soldados Edín Adolfo Agustín Vásquez y Manuel Lima Vásquez.

Para los soldados Dimas García Pérez, Marcos Chun Sacul, Enrique Cruz Pérez, Abraham Gua Cojoc, Felipe Chuc Coc y Ana Rosa Cervantes pidió una condena de 16 años de prisión por el delito de ejecución extrajudicial en grado de tentativa.

El próximo 14 de febrero los acusados tendrán la oportunidad de dar su última palabra ante los jueces del Tribunal.

Conoce más detalles acá:

Se inicia el juicio contra nueve militares por la masacre en la Cumbre de Alaska

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