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Liderada por cinco mujeres y tres hombres, la autoridad indígena es una de las que desde el 2 de octubre ha sido parte de la movilización en defensa de la democracia. Recientemente inició una investigación para conocer los orígenes de este municipio de Sololá y ahora está plasmado en un libro y documental titulado: “Tejiendo la historia de Santa Lucía Utatlán”.

Por Isela Espinoza

“Impartimos justicia, defendemos y velamos por nuestro territorio, por los problemas sociales y si hay alguna ley que va en detrimento del pueblo también alzamos la voz. Lo que realmente no hace el Estado de Guatemala, nosotros lo hacemos”, dijo la alcaldesa Luz Emilia Ulario Zavala sobre las principales funciones de la Alcaldía Indígena de Santa Lucía Utatlán, uno de los 19 municipios de Sololá.

Ella es la tercera alcaldesa al frente de la Alcaldía Indígena y el próximo 31 de diciembre finalizará su periodo de dos años (2022-2023). El 1 de enero de 2024 entregará la vara a quien sea electa o electo como su sucesor.

Actualmente, la corporación indígena está conformada por ocho personas (5 mujeres y tres hombres). Aunque el municipio se integra de 54 comunidades no todas tienen representatividad por lo que se encuentran en una fase de reestructuración para que un alcalde comunitario de las 54 aldeas o caseríos formen parte de la autoridad indígena.

La participación de la mujer también fue otro de los pasos que empezó a dar desde 2016 cuando eligen a la primera alcaldesa. En el 2019, se volvió a elegir a una mujer en el cargo. “Tenemos una estructura horizontal, todos somos alcaldes”, dijo Ulario.

Anteriormente, los integrantes de la alcaldía eran nombrados, pero se dieron cuenta que con ese método no había representatividad de la población. Por lo que optaron por realizar una asamblea en donde las personas propusieran a quienes querían que los representara.

El antropólogo guatemalteco, Carlos Fredy Ochoa, a través del estudio Alcaldías Indígenas: diez años después de su reconocimiento por el Estado, realizado en 2013, concluyó que las municipalidades indígenas de Sololá son las “más sofisticadas y fuertes porque son capaces de coordinar a todos sus alcaldes comunitarios”.

Además, enfatiza que esta figura milenaria también es un reflejo de la democracia comunitaria con mecanismos locales de elección. En Guatemala, las alcaldías indígenas están reconocidas en el Código Municipal desde una reforma en el año 2002. Ochoa comentó que, aunque ese reconocimiento es débil, también es una base importante para los pueblos originarios.

“Las alcaldías indígenas han estado en un proceso de recuperación porque en muchos lugares empezaron a desaparecer con la época de Jorge Ubico, luego en los años 50 y después en el conflicto armado interno por la interferencia militar. Tras la firma de los Acuerdos de Paz en 1992 y sobre todo después de la reforma ha habido un proceso fuerte de recuperación de las alcaldías indígenas”, señaló Ochoa.

Además de contar con una sede independiente a la Municipalidad, las autoridades indígenas se distinguen por portar una vara que significa la autoridad que les confiere la población que los eligió. Ulario, una docente jubilada, también explicó que la vara es la representación de la impartición de la justicia maya. “La justicia que aplicamos debe ser imparcial no debe impregnarse de favoritismos, que eso es un principio que tenemos, por esa razón la vara es bastante respetada”, recalcó la alcaldesa indígena.

Las varas que ella y el resto de autoridades portan están cubiertas por un trozo de tela que identifica el tejido de la indumentaria de Santa Lucía Utatlán en la que resaltan los colores: rojo, que representa la sangre maya; verde, montañas y esperanza; amarillo, el sol y el azul del cielo.

Foto de Prensa Comunitaria

“La memoria nunca se borra y esto se ha transmitido de generación en generación y se ha impregnado en nuestra indumentaria. Por eso lo portamos en la vara que nos indica nuestra historia”, afirmó Ulario Zavala quien desde la Alcaldía Indígena también ha iniciado un proceso de investigación sobre los orígenes de Santa Lucía Utatlán.

Los principios de la justicia maya

Antes de participar en las protestas en defensa de la democracia, la jornada para Luz Ulario y sus demás compañeros iniciaba a las 8:00 de la mañana, en la sede de la Alcaldía Indígena. Sin embargo, no tenían hora de salida.

“Así como no tenemos una remuneración tampoco tenemos horario de salida. Muchas veces salimos a las 9:00 o 10:00 de la noche. Pero estamos disponibles las 24 horas porque también resolvemos accidentes que pasan en la Ruta Interamericana. Si la gente llama a la policía llega dos horas después. Pero si nos llaman a nosotros llegamos en 10 minutos y solucionamos los accidentes o conflictos. Prácticamente estamos con el tiempo disponible”, contó.

Esta situación también plantea desafíos para la autoridad ancestral ya que pocas personas asumen esta responsabilidad comunitaria. El integrante más joven tiene 23 años, está casado y aunque recién inicia su trayectoria comunitaria, la población le habló para que formara parte de la corporación.

Para atender las demandas de la población o los conflictos que resolverán cada mes, las ocho autoridades se dividen en tres grupos de tres y cada semana les corresponde turno. Si los casos son complicados entonces las ocho personas son convocadas para escuchar las opiniones, analizar y llegar a un consenso.

Foto de la Municipalidad Indígena de Santa Lucía Utatlán

Ante la burocracia de los organismos de justicia del Estado, Ulario contó que la alcaldía indígena funciona como los juzgados. Solo que bajo cuatro principios mayas: Awas (pecado), K’ix (vergüenza), K’yoq (la ley de compensación) y Pixab’ (Consejo) para resolver un conflicto o situación denunciada por las víctimas.

“En el sistema maya, la impartición de justicia de cualquier naturaleza se escucha en el idioma materno, participan todos los actores y testigos que quieran, tanto víctima como victimario y utilizamos los cuatro principios para la resolución y para dictaminar un conflicto. Cuando utilizamos estos principios, la persona “denunciada” durante todo nuestro discurso se da cuenta en dónde está fallando”, explicó la alcaldesa.

El objetivo de los cuatro principios es recordar los valores y recordar que toda acción tiene una consecuencia a sus hijos, nietos y toda su generación, dijo Ulario. “Según nuestra cultura la maldad le alcanza hasta la séptima generación. Entonces, las personas reaccionan. Son valores que sí los saben, pero por la influencia de otra cultura los han olvidado”, enfatizó.

Para la alcaldesa una de las ventajas de las alcaldías indígenas es que la resolución de conflictos la realizan en ocasiones en un par de horas y según la complicación, otros se llevan hasta dos o tres audiencias, pero al final se soluciona.

Entre los problemas que resuelven se encuentran conflictos de terrenos, violencia contra la mujer y robos. “Somos autoridades que no castigamos, sino que corregimos y por esa razón no necesitamos de cárceles. Si hay necesidad de algunos Xicayes (azotes) se les da como corrección no como castigo”, recalcó Ulario.

Que la Alcaldía Indígena en su mayoría esté integrada por mujeres es una barrera que se rompe para las mujeres que sufren de violencia y otros hechos, que contarlo ante hombres puede ser vergonzoso o sentirse doblemente victimizadas, afirmó la alcaldesa.

Sin embargo, enfatizó que la justicia que aplican es imparcial. También han registrado casos en donde esposas abusan de su pareja. En el Ministerio Público (MP), agregó, le dijeron que no podían ayudarlo y recurrió a la Alcaldía Indígena en donde fue atendido su caso, aunque para la comunidad fuera controversial.

“No porque seamos mujeres tenemos que estar siempre al lado de la mujer. Tampoco es bueno que abusemos porque eso no es darle vuelta a la tortilla”, opinó la alcaldesa.

“Tejiendo la historia de Santa Lucía Utatlán”

Santa Lucía Utatlán está a 152 kilómetros de distancia de la ciudad de Guatemala en el altiplano occidental del país y a 25 kilómetros de la cabecera departamental. Rodeada por los cerros Sampual, Batz’ibal, Saq’ilak e Imuch, hace que su principal riqueza sea el nacimiento de ríos que atraviesan las aldeas y caseríos de este municipio hasta desembocar en el lago de Atitlán.

Su otra riqueza, pero también un desafío es su población joven. Según el XII Censo Nacional de Población y VII Censo Nacional de Vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2018, Santa Lucía Utatlán tiene 21,284 habitantes, de los cuales, 9,931 son hombres y 11,353 mujeres. De estos la mayoría se encuentra entre los rangos de 15 a 24 años.

Por otro lado, 19,928 personas viven en el área rural. Santa Lucía Utatlán es uno de los municipios con más población indígena ya que el 95% pertenece al grupo maya K’iche’.

La historia de Santa Lucía Utatlán se remonta a la conquista española cuando ocurrió la destrucción de Iximché del reino Kaqchikel y la de Utatlán o Q´umarkaj del reino K’iche’, el 7 de mayo de 1524 lo que provocó la huida de la población a otras regiones del país, según el documental y libro “Tejiendo la historia de Santa Lucía Utatlán”.

Pero este dato podría también ser solo un fragmento de la historia ya que la Alcaldía Indígena de este municipio de Sololá inició, en 2020, una investigación que a través del tiempo contó con el apoyo de arqueólogos y un consultor con el objetivo de profundizar en sus orígenes.

En diciembre del año pasado, la Alcaldía Indígena realizó una conferencia para dar a conocer los avances de este estudio que dieron como resultado un libro y documental titulado Ukemkk Uk’aslemalil Utatlán, “Tejiendo la historia de Santa Lucía Utatlán”. Estos últimos fueron presentados en junio de 2023.

Foto de la Municipalidad Indígena de Santa Lucía Utatlán

El arqueólogo Fredy Quiroa narró que en esa conferencia, que los ríos que rodean a Santa Lucía Utatlán además de desembocar en el lago de Atitlán también finalizan su cause en el río Nahualate que desemboca en la Costa Sur. Evidenciando las relaciones comerciales y sociales del municipio con la Costa Sur del país y con otras aldeas de Sololá como San Juan Argueta o Nahualá.

“La ocupación del cerrito puede estar relacionada más a la época clásica o preclásica maya y los ríos que nacen aquí serpentean en el territorio siendo la principal riqueza visual de Santa Lucía Utatlán”, dijo Quiroa. Agregó que por la evidencia de estudios previos y de un montículo hallado en ese municipio, mientras una parte de la civilización maya habitaba en Tikal, Petén, también había otra parte de la población que se encontraba en Santa Lucía Utatlán.

Foto de la Municipalidad Indígena de Santa Lucía Utatlán

“Uno de los conceptos que tenemos es sobre la migración que hubo de un grupo de Q’umarkaj hacia este municipio durante la época de la conquista y muchas veces se ha contado la historia solo desde ahí, quizás esa pueda ser una parte, pero en realidad Santa Lucía Utatlán ya tenía mayas habitando desde hace años atrás”, afirmó Quiroa.

Además, señaló que la primera ciudad de la cuenca del lago de Atitlán durante el periodo preclásico que empezó “a institucionalizar la forma de organización maya (religión, política y comercio a larga distancia)” fue Semetabaj. Y una de las rutas principales de comercio 600 u 800 años antes de Cristo iniciaba desde Semetabaj y atravesaba Chocolá, Santa Lucía Utatlán y la cuenca del río Nahualate.

Esta ruta hizo que la población maya de esa época se asentaran en el municipio. Sin embargo, en algún momento fue abandonado y posteriormente reocupado por nuevas poblaciones que fueron conformando el actual pueblo K’iche’, comentó el arqueólogo.

“La población de Santa Lucía es heredera de la historia del pueblo K’iche’ y de las diferentes provincias de este señorío. Pero también de toda la historia del pueblo maya que se venía construyendo desde hace casi tres mil años”, concluyó.

El arqueólogo Josué Guzmán reforzó estas afirmaciones con imágenes sobre ornamentos mayas en cerámica u otros artefactos encontrados en Santa Lucía Utatlán y también en regiones como Kaminal Juyú, Semetabaj, Takalik Abaj, entre otros. “Estamos estudiando no una cultura muerta sino a una cultura viva, ustedes son la herencia que dejaron los abuelos”, agregó Guzmán en referencia a los pobladores que asistieron a la conferencia el año pasado.

Por otro lado, el consultor Juan Patal agregó que hasta 1575, lo que hoy es Santa Lucía Utatlán, vivió años sin el control directo de los españoles después de haber salido de Q´umarkaj.

“Santa Lucía Utatlán no nació hace 500 años. Tenemos una historia milenaria que desconocemos. ¿Cuándo nos vamos a enorgullecer en decir soy maya K’iche’ de Santa Lucía Utatlán? Este libro es un motivo para seguir investigando nuestra historia”, comentó Luz Ulario durante la presentación de Ukemkk Uk’aslemalil Utatlán.

El libro es muestra de otras de las incidencias que tiene la Alcaldía Indígena de Santa Lucía Utatlán en la población. Además, de sus principales funciones definidas también aportan a la cultura, educación y desarrollo de los pobladores a través de talleres para comadronas, jóvenes en alianza con universidades privadas u otras organizaciones.

En defensa de la democracia

Luz Emilia Ulario ha encabezado en los últimos 68 días las movilizaciones en defensa de la democracia. Una lucha que inició con la convocatoria de tomar las principales carreteras del país y que ella define como las plazas para que la población se exprese.

“Las carreteras ya no han sido tomadas, para el sector económico esto es un bloqueo. Para nosotros es una resistencia y las carreteras para el pueblo son la plaza, son el lugar en donde se puede ir a manifestar y se llega a eso porque las instituciones y especialmente el presidente no tiene esa eficiencia para gobernar, para poder entablar un diálogo y atender al pueblo”, dijo durante una entrevista en vivo a Prensa Comunitaria.

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Luz Ulario: “Las carreteras para el pueblo son la plaza, el lugar en donde se puede manifestar”

La amenaza de continuar con acciones en contra del binomio electo, Bernardo Arévalo y Karin Herrera, continúa con casos en contra de su partido Movimiento Semilla. Aunque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) asegura que los resultados fueron oficializados y el presidente Alejandro Giammattei terminó las reuniones de transición de mando, las dudas de un Golpe de Estado persisten en la población y en la comunidad internacional.

“Como autoridad indígena debemos asumir la responsabilidad de las demandas sociales de la población”, dice Ulario cuando se le pregunta por qué se unieron a las movilizaciones en defensa de la democracia.

La Municipalidad Indígena de Santa Lucía Utatlán permanece frente al plantón del Ministerio Público junto a las autoridades ancestrales de la Municipalidad Indígena de Sololá, los 48 Cantones de Totonicapán, el Parlamento Xinka, la región Ixil, Chichicastenango, entre otros.

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Luz Emilia Ulario, la maestra que llegó a ser la voz de la población de Santa Lucía Utatlán

“Invertimos tiempo para ir a votar. Entonces la población cuestiona: por qué esa actitud (del MP), por qué esa prepotencia, por qué esa falta de respeto de una instancia a otra. La gente se indignó y como autoridades indígenas advertimos que iríamos a un paro porque eso era lo que demandaba la población y eso ha pasado desde el 02 de octubre”, finalizó Luz Ulario.

Foto de Nuto Chavajay

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