Créditos: Manuel Larios
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La jornada histórica de movilizaciones muestran que con la visión de los pueblos indígenas se pueden unir los puentes en el país para construir el presente y futuro a través de formas pacíficas, opinan analistas.

Por Isela Espinoza

La defensa por la democracia es una de las consignas con la que este jueves 12 de octubre, los 24 pueblos originarios de Guatemala conmemoran el Día de la Resistencia Indígena. Miles de guatemaltecos se han movilizado en más de 90 puntos del país para acuerpar el llamado de los 48 Cantones de Totonicapán y otras autoridades ancestrales.

Las protestas históricas también cumplen hoy 11 días de resistencia a pesar de la retórica del presidente Alejandro Giammattei; de la fiscal general del Ministerio Público (MP), Consuelo Porras, y el sector privado organizado que buscan criminalizar las movilizaciones.

“El Día de la Resistencia Indígena también coincide en nuestra cultura maya con el 12 Kej que significan los cuatro puntos cardinales y hoy es el día de la dignidad”, dijo uno de los representantes de los pueblos indígenas que se encuentran en el plantón frente al MP en la sede de la zona 1.

Mientras, en el plantón de San Lucas Sacatepéquez, el Consejo de tejedoras de Santiago Sacatepéquez y San Pedro, recordaron que sus ancestros mostraron cómo levantar la voz ante la desigualdad de derechos, represión y racismo que han vivido desde que Cristóbal Colón tocó tierra en la isla Guanahani en las Bahamas el 12 de octubre de 1492.

“Hace más de 500 años entró la colonización y nuestros ancestros siempre han mostrado una forma de resistencia desde nuestras formas propias de organización. Hemos luchado hasta el día de hoy”, dijo una de las tejedoras.

El pequeño toldo ubicado en la entrada de ese municipio de Sacatepéquez fue el escenario para que otras mujeres de la organización tomaran el micrófono para recordar que “cada generación se ha levantado a luchar para vivir con dignidad”.

Además, se refirieron al discurso de Giammattei que acusó a los manifestantes de saqueos y actos de violencia. Mientras, en redes sociales videos y fotografías muestran la solidaridad de la población y las diversas expresiones artísticas que se dan a pesar de estar rodeadas de agentes antimotines y policías que intentan intimidar las protestas.

“Hoy que es el día de la resistencia estamos aquí porque nos preocupa el futuro de nuestros hijos. A medida que nos reprimen, los pueblos nos fortalecemos. Llevamos 11 días de manifestación en una digna resistencia ante este sistema corrupto”, agregaron.

Para Rigoberto Quemé Chay, antropólogo e investigador, “luchar contra un Estado de 500 años durante 11 días es difícil. Pero hoy esa resistencia que se hace desde las autoridades ancestrales es el más claro ejemplo de moralidad, de ciudadanía y de responsabilidad que los que habitamos la ciudad no aprendemos”.

Rigoberto Quemé. Foto de Plaza Pública

Mientras, la antropóloga Aura Cumes, opina que en este Día de la Resistencia Indígena en Guatemala los pueblos originarios han mostrado su fuerza política aunada a la lección de cómo se gobierna con legitimidad.

Aura Cumes. Foto de Francisco Simón Francisco

“Los pueblos indígenas nos están mostrando una fuerza política colectiva que se traslada a la ciudad. Han sido los pueblos originarios quienes se han dado a la tarea de tener una acción política más resistente frente a este estado decadente”, dijo.

Cumes también resaltó la interconexión que existe entre la población y autoridades indígenas que se encuentran en el plantón del MP y los que se encuentran en los diferentes puntos tomados en el interior del país, así como en la ciudad. En su opinión, los guatemaltecos que se han unido al paro nacional indefinido esperaban el momento y las condiciones para hacerlo.

La resistencia y sus logros

“Nos quisieron enterrar y sin saber que ahora retoñamos para multiplicarnos”, se lee en una pancarta que porta una estudiante de un centro educativo que se unió a la manifestación que las autoridades ancestrales y vecinos mantienen en el kilómetro 27.5 de la ruta hacia Palín, Escuintla.

Los alumnos y maestros portaron consignas que recordaban los 500 años de resistencia de los pueblos originarios.

Quemé recordó que la resistencia no ha tenido un desarrollo como los pueblos indígenas del país esperan. Pero sí se han logrado avances para mantener a través del tiempo su cosmovisión, su cultura y sobre todo la dignidad de los pueblos.

Mientras, Cumes también enfatizó que las comunidades indígenas han resistido al sistema desde su economía, política, cultura, conocimiento, el cuidado de los recursos naturales, entre otros. “Ha habido una posibilidad de autonomía de autorregulación en medio de un cerco del Estado”, manifestó.

En cuanto a la “chispa política” que provocó la unión, como no sucedía en décadas, de otros sectores de la ciudad de Guatemala, se debe a que en la región metropolitana y municipios aledaños también hay personas que viven en condiciones similares a los pueblos indígenas. Aunado a una clase media o media alta que tiene una mayor sensibilidad política para hacer cambios en este país, agregó Cumes.

“El logro más importante de los pueblos originarios es seguir vivos en medio de una muerte sistemática”, manifestó la antropóloga. Pero también resaltó que los pueblos indígenas han logrado su autonomía que se refleja en su economía ya que son productores de sus propios alimentos y vestuario, así como en la forma de impartir justicia, cuidar sus recursos naturales.

Sin embargo, actualmente, su “gran amenaza” son las empresas extractivas. Así como las élites y gobiernos que insisten en no escucharlos y referirse a esta parte de la población guatemalteca como una minoría.

“No les da vergüenza seguir hablando de esa manera de los pueblos indígenas cuando los deberían escuchar y buscar junto con ellos la posibilidad de mejorar la vida de esas generaciones que están sufriendo” la pobreza y falta de oportunidades laborales en el país, recalcó Cumes.

Los analistas coinciden en que las movilizaciones podrían abrir la posibilidad de cambios en la sociedad. Sin embargo, la lucha por la democracia y los derechos humanos colectivos deben ser permanentes.

“Un derecho que se logra sino se ejerce o se defiende se vuelve a perder. Entonces, esta lucha tiene que ser permanente de lo contrario se puede retroceder”, enfatizó Cumes.

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