Créditos: Juan José Guillén
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Por Rolando Orantes

Los domingos 25 de junio y 20 de agosto de 2023 se realizaron las elecciones presidenciales en Guatemala. Con la participación en la primera vuelta de 22 candidaturas y 24 partidos políticos, la negativa por parte del Tribunal Supremo Electoral de inscribir a dos binomios más y la cancelación de una candidatura ya inscrita a pocas semanas de su realización, se trató de uno de los procesos más polémicos de los últimos años. Y uno de los más sorpresivos. En esta tercera parte echaremos un vistazo a los primeros gobiernos del presente siglo, y en los que los acuerdos de paz fueron paulatinamente relegados al olvido.

El gobierno de Alfonso Portillo

Alfonso Antonio Portillo Cabrera, el candidato del FRG, asumió la presidencia el 14 de enero del 2000, luego de ganar la segunda vuelta el domingo 26 de diciembre de 1999 con el 68,31% de los votos. En la primera ronda, el 7 de noviembre anterior, había obtenido 47,72%, mientras Óscar Berger del PAN sacó 30,32. En tercer lugar quedó la coalición Alianza Nueva Nación (ANN), conformada por los partidos Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), DIA y el comité pro partido Unidad de Izquierda Democrática, UNID, y de la que el FDNG originalmente formó parte, pero fue separado meses antes de las elecciones. La ANN eligió como candidato a Álvaro Colom Caballeros, un ingeniero, empresario textil y funcionario durante los gobiernos de Serrano, De León Carpio y Arzú. Era la primera vez que la ex guerrilla se presentaba a elecciones, y hasta el momento ha sido su mejor performance electoral, con el 12,36% de los votos.

Participaron dos mujeres: Ana Catalina Soberanis Reyes, la primera presidenta del Congreso en 1991, cuando era diputada por la DCG, y que esta vez como candidata del FDNG obtuvo el 1,28%, quedando en sexto lugar, y Flor de María Alvarado Suárez de Solís, ahora por la Alianza Reconciliadora Nacional (ARENA), que quedó en último con el 0,12.

Compitieron además, entre otros, Acisclo Valladares, del PLP, con el 3,10, y por Acción Renovadora Democrática, ARDE, Juan Francisco Bianchi Castillo, Secretario de Relaciones Públicas de la Presidencia durante la dictadura de Efraín Ríos Montt y una autoridad dentro de la iglesia evangélica, con el 2,07. Un desconocido Carlos Humberto Pérez Rodríguez fue la última participación del MLN, que obtuvo 0,55 y luego desapareció. Creado en 1954 como parte del plan estadounidense para derrocar a Jacobo Árbenz, el MLN jugó un papel de primer orden en la política guatemalteca hasta marzo de 1982.

Alfonso Portillo mantuvo un discurso de supuesta confrontación con las élites empresariales. Se suponía que Guatemala ya no sería “una finca de los oligarcas” ni sus habitantes “tratados como peones”. Pero sus acciones se limitaron a medidas como aumentar en un 2% el IVA, promover la importación de azúcar cubana, pollo estadounidense y cemento mexicano o el reparto de dinero y la construcción de algunas casas.

Durante su gobierno fueron comunes los allanamientos contra sedes de organizaciones no gubernamentales. En sus cuatro años de mandato se contabilizaron no menos de 68. Los asaltantes causaban destrozos y robaban documentos, computadoras y soportes de almacenamiento de datos. También enviaban por fax, deslizándolos bajo las puertas o incluso entregándolos en mano diversos anónimos amenazantes, como ocurrió el 7 de junio de 2002, cuando una agrupación denominada Guatemaltecos por la Verdad distribuyó un manifiesto declarando que “los primeros en sentir el sabor del acero de nuestras balas” serían Clara Arenas, directora de AVANCSO, Miguel Ángel Albizures, de la Alianza contra la Impunidad, Nery Rodenas, director de la ODHAG, Frank Larrué, director del Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos CALDH, Marielos Monzón y Ronaldo Robles, periodistas, Helen Mack –a quien se refirieron como “la china maldita”– y otras personas acusadas de desprestigiar la imagen del país. “Estos malditos personajes son una lacra para la sociedad, son parásitos de los derechos humanos, que deben ser exterminados, como se erradica un cáncer”, señalaba el comunicado, que cerraba con el lema: “¡Activista visto, activista muerto!”.

El jueves 24 de julio de 2003 la ciudad amaneció sitiada por una turba de simpatizantes del entonces presidente del Congreso y líder del FRG, el general retirado José Efraín Ríos Montt, que encapuchados, con garrotes y armas de fuego se concentraron en diversos puntos de la capital, quemaron llantas y amedrentaron a la población para exigir que su líder fuera inscrito como candidato a la presidencia, pues la Constitución se lo prohibía por haber participado en un golpe de Estado. Varios cabecillas fueron fácilmente identificados a pesar del pasamontañas, como fue el caso de los diputados Juan Santa Cruz y Jorge Arévalo, o Waleska Sánchez, secretaria de la entonces diputada y vicepresidenta del Congreso Zury Ríos, hija del general y señalada como una de las organizadoras de las demostraciones.

Los amotinados veían a la prensa como responsable de que su candidato no hubiera sido inscrito. Al periodista Juan Carlos Torres lo rociaron con gasolina, y se disponían a quemarlo vivo cuando llegó un grupo de reporteros y Torres pudo escapar. Entonces los seguidores del general arremetieron contra ellos. Héctor Fernando Ramírez, el Reportero X, de 61 años, falleció de un paro cardiaco mientras lo perseguían. Una semana más tarde la Corte de Constitucionalidad autorizó la inscripción del ex dictador.

Pero el gobierno de Portillo es recordado sobre todo por su escandalosa corrupción. Pese a que el lema del FRG era “No miento, no robo, no abuso”, del Ministerio de la Defensa por ejemplo desaparecieron 471 millones de quetzales. Entre los implicados se encontraban el ex jefe del departamento de finanzas de esa dependencia, el general retirado e hijo de José Efraín Ríos Montt, Enrique Ríos Sosa, y el mayor retirado Moisés Eduardo Galindo Ruiz, ex jefe de la unidad de presupuesto de la misma y años más tarde uno de los abogados defensores de Ríos Montt durante el juicio por genocidio en 2013.

Óscar Berger

A Alfonso Portillo lo sucedió Óscar José Rafael Berger Perdomo, de la coalición Gran Alianza Nacional GANA (Partido Patriota, Movimiento Renovador y Partido Solidaridad Nacional). En las elecciones del domingo 9 de noviembre de 2003 participaron 13 partidos y 11 candidatos, todos hombres. Berger obtuvo el 34,3%. En segundo y tercer lugar quedaron Álvaro Colom por la UNE con el 26,4 y José Efraín Ríos Montt del FRG con el 19,3. Por el PAN Leonel Eliseo López Rodas, que ofrecía que el 14 de enero a las 14 horas se les acabaría la fiesta a los mareros obtuvo el 8,3, y por el Partido Unionista, fundado en julio de 2002 a raíz de una escisión liderada por Álvaro Arzú, el ex alcalde de la ciudad Fritz García-Gallont sacó 3%.

Por la URNG el ex comandante en jefe de la Organización del Pueblo en Armas e hijo del Premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias, Rodrigo Asturias Amado, obtuvo el 2,6. Por DIA participó el coronel asimilado del Ejército Eduardo Suger Cofiño, quien obtuvo el 2,2, y por la DCG Jacobo Árbenz Vilanova, hijo del presidente derrocado en 1954. Árbenz Vilanova vivía fuera de Guatemala desde los 7 años, y no regresó sino hasta 2003, para lanzar su candidatura. Obtuvo el 1,6. El veterano derechista y ex candidato presidencial Lionel Sisniega Otero, participante en la invasión de 1954, impugnó su candidatura argumentando que era “hijo de una persona que llegó al poder por una revolución”.

Participaron además el ex alcalde de la ciudad de Guatemala durante los gobiernos de Ríos Montt y Mejía Víctores, José Ángel Lee Duarte, de Democracia Social Participativa, con el 1,4%, y Francisco Arredondo Mendoza, de la Unión Nacional y Manuel Conde Orellana, del Movimiento Social y Político Nacional Cambio Nacional, MSPCN, ambos con el 0,4.

En la segunda vuelta, efectuada el 9 de noviembre de 2003, Óscar Berger sacó el 54,1%, frente al 45,9 de Álvaro Colom, y asumió el 14 de enero de 2004. Berger había sido alcalde de la Ciudad de Guatemala de enero de 1991 a junio de 1999, cuando renunció en busca de la presidencia, y era considerado un personaje amable y carismático.

El 31 de agosto de 2004 al menos diez campesinos y cuatro policías murieron durante un violento desalojo realizado por las autoridades en la finca Nueva Linda, en Retalhuleu, propiedad del español Carlos Vidal Fernández, la cual había sido tomada en protesta por la desaparición forzada del campesino Héctor Reyes. Cuarenta personas más resultaron heridas y al menos 25 fueron detenidas. Una mujer embarazada murió días después por los golpes recibidos a manos de la policía. Cuatro meses antes había sido secuestrada y asesinada una importante dirigente: Eufemia López Morán.

Berger, el señor bonachón a quien sus allegados y admiradores apodaban el Conejo, pertenecía a una familia de origen belga dedicada a la ganadería y el cultivo de azúcar y algodón desde mediados del siglo XIX. Su suegro fue el adinerado agricultor y banquero Walter Rodolfo Roberto Widmann Luna, quien colaboró en la fundación del Opus Dei en Guatemala, y que se supone habría participado en el financiamiento del escuadrón de la muerte Mano Blanca en los años 60. Junto a su cuñado Carlos Francisco Antonio Widmann Lagarde, Berger fue agente especial de la policía secreta desde por lo menos finales de los 70, al tiempo que dirigía una exitosa sala de boliche. Unos años más tarde, junto a Álvaro Arzú, su compañero de clases en la Universidad Rafael Landívar, Berger sería uno de los fundadores del PAN.

En julio de 2004 Berger nombró al empresario Carlos Roberto Vielmann Montes como ministro de Gobernación, y al aficionado a las armas de 34 años Erwin Johann Sperisen Vernon como director de la Policía Nacional Civil. Ambos serían posteriormente señalados de dirigir algunos de los escuadrones que entre 2004 y 2007 se dedicaron al secuestro, tortura y asesinato de personas señaladas como pandilleras y delincuentes. Pero el 19 de febrero de 2007 los diputados salvadoreños Eduardo D’Aubuisson Munguía, William RizzieryPichinte, José Ramón González y el chofer Gerardo Napoleón Ramírez aparecieron baleados y calcinados dentro de su automóvil a orillas de una carretera en Guatemala.

Por el hecho fueron capturados el jefe de la Sección de Crimen Organizado de la División de Investigación Criminal, DINC, Luis Arturo Herrera López y tres policías más, pero poco después un comando armado con cuchillos y fusiles ingresó a la cárcel de máxima seguridad en la que se encontraban, atravesó ocho puertas, los degolló y acribilló. El suceso terminaría develando en parte la trama de las estructuras clandestinas de exterminio que en los años anteriores funcionaron como parte y al amparo del Estado, y las autoridades en materia de seguridad tuvieron que renunciar.

Sperisen huyo a Suiza aprovechando el beneficio de la doble nacionalidad, pero sus planes salieron mal y terminó condenado por un tribunal en Ginebra, que lo encontró culpable de participar en la tortura y ejecución extrajudicial de siete reos a quienes las autoridades guatemaltecas acusaron de morir en un enfrentamiento ficticio en la Granja Penal Pavón durante el denominado plan Pavo Real el 25 de septiembre de 2006, y en la muerte en noviembre de 2005 de tres prófugos del Centro de Alta Seguridad Canadá, Escuintla, en el denominado plan Gavilán.

Vielmann escapó a España, e intentando valerse de la misma artimaña que su ex colega en 2009 solicitó la nacionalidad, pero en octubre de 2010 fue arrestado en Madrid, y enjuiciado entre enero y marzo de 2017. La fiscalía de aquel país solicitó 160 años, pero fue absuelto por la Audiencia Nacional gracias al fallo de María Concepción Espejel Jorquera y Juan Pablo González González. Sólo el juez José Ricardo de Prada consideró que Vielmann debía ser condenado.

Alejandro Giammattei, nombrado por Vielmann director general del Sistema Penitenciario en noviembre de 2005 y presente en el operativo de Pavónen 2006 no tuvo problemas, e incluso participó con relativo éxito en las elecciones de 2007, hasta que el 10 de agosto de 2010 se ordenó su captura. Inicialmente intentó refugiarse en la embajada de Honduras, pero se entregó tres días más tarde, declarándose “preso político”. Permaneció tres meses en la cárcel de Mariscal Zavala, y algunos meses más con medida sustitutiva, pero en mayo de 2011 la jueza Carol Patricia Flores Polanco ordenó el cierre del caso alegando falta de pruebas.

Álvaro Colom

El sucesor de Berger fue Álvaro Colom Caballeros, quien ganó en su tercer intento por llegar a la presidencia. La primera vuelta se realizó el domingo 9 de septiembre de 2007, con la participación de 13 candidaturas y en la que Colom obtuvo el 28,25%. En segundo lugar quedó Otto Pérez Molina, del Partido Patriota, con el 23,54 y en tercero, con el 17,23, Alejandro Giammattei Falla por el ahora partido Gran Alianza Nacional, y quien utilizó como principal atractivo de campaña su participación en el plan Pavo Real.

El coronel asimilado Suger Cofiño, postulado por el Centro de Acción Social CASA sacó el 7,45 y quedó en cuarto lugar; Luis Rabbé, cuestionado ministro de Comunicaciones de Alfonso Portillo, sacó el 7,30 por el FRG; Mario Estrada, por la Unión de Cambio Nacionalista (UCN), 3,16; Fritz García Gallont del Partido Unionista, 2,91; Óscar Rodolfo Castañeda del PAN, 2,54 y Manuel Conde Orellana de la Unión Democrática (UD) 0,76.

Encuentro por Guatemala, con la Premio Nobel de la Paz 1992 Rigoberta Menchú Tum quedó en séptimo lugar con el 3,06%. URNG-Maíz con Miguel Ángel Sandoval sacó el 2,14 y quedó en décimo lugar. Y Pablo Monsanto, ex comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Rebeldes de 1968 a 1996, secretario general del partido URNG de 1998 a 2002 y diputado durante el período 2004-2008 por el partido Alianza Nueva Nación (ANN), conformado en 2003 a raíz de una división en la URNG, obtuvo el 0,60%, por lo que su partido desapareció. DIA postuló al coronel retirado Héctor Augusto Rosales Salaverría, que en su juventud estudió en la Escuela de las Américas y durante el gobierno de Mejía Víctores fue embajador en El Salvador, y sacó 0,56%.

Y en último lugar quedó Marco Vinicio Cerezo Blandón, hijo del ex presidente Marco Vinicio Cerezo Arévalo, con el 0,50. Fueron las últimas elecciones de la DCG, que poco después desapareció, con 53 años y siendo el partido con mayor duración en la historia de Guatemala.

En la segunda vuelta del 4 de noviembre de 2007 Álvaro Colom obtuvo el 52,82%, frente a Otto Pérez Molina, que sacó 47,18. Sobrino de Manuel Colom Argueta, Colom Caballeros se presentaba como un heredero de la revolución de 1944-1954, e incluso para muchos de sus opositores el suyo era un gobierno socialista y controlado por la ex guerrilla, aunque en la realidad se caracterizó por pequeñas medidas asistencialistas como la instalación de comedores a precios populares o el reparto de bolsas con arroz, frijol, harina de maíz, incaparina y aceite.

Al mismo tiempo dio publicidad oficial a sucesos como la Revolución de Octubre y los asesinatos de Alberto Fuentes Mohr y Manuel Colom Argueta, y pidió perdón a nombre del Estado por algunos casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos, mientras la Bandera de los Pueblos (maya, garífuna, xinca y ladino) era izada en todos los edificios gubernamentales.

El 10 de mayo de 2009 el abogado Rodrigo Rosenberg fue asesinado cuando paseaba en su bicicleta por la Avenida Las Américas. Dos días más tarde apareció un video –grabado por el periodista Mario David García, implicado en una intentona golpista el 11 de mayo de 1988– en el que Rosenberg culpaba de su futura muerte al secretario privado de la presidencia Gustavo Alejos, quien actuaría “con la aprobación del señor presidente Álvaro Colom y de su esposa, Sandra Torres”. La revelación desencadenó una crisis política en la que grupos empresariales de las alas más conservadoras, apoyados por manifestantes que vestían de blanco exigieron la renuncia del mandatario. Pero en enero de 2010 la investigación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), dependiente de la ONU y en funciones desde septiembre de 2007, concluyó que Rosenberg había planificado su propia muerte.

Entre el 15 y el 18 de marzo de 2011 las autoridades realizaron violentos desalojos en 14 comunidades q’eqchi’ en el valle del Polochic. Antonio Beb Ac murió a manos de la Policía Nacional Civil, que prendió fuego a las casas, dejando a unas 800 familias sin donde vivir.

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