Créditos: Juan José Guillén
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Los domingos 25 de junio y 20 de agosto de 2023 se realizaron las elecciones presidenciales en Guatemala. Con la participación en la primera vuelta de 22 candidaturas y 24 partidos políticos, la negativa por parte del Tribunal Supremo Electoral de inscribir a dos binomios más y la cancelación de una candidatura ya inscrita a pocas semanas de su realización, se trató de uno de los procesos más polémicos de los últimos años. Y uno de los más sorpresivos. En esta serie de cuatro partes haremos un recorrido por los últimos 13 eventos electorales realizados desde 1970 y sus respectivos gobiernos.

Por Rolando Orantes 

De 1970 a la fecha Guatemala fue gobernada por 17 presidentes, pero únicamente 13 accedieron al poder mediante elecciones democráticas. Una historia que ha sido en buena medida una sucesión de dictaduras abiertas o disfrazadas de democracia, golpes de Estado, renuncias y fraudes. Durante esos 53 años existieron alrededor de 90 partidos políticos, y cada vez más su duración se ha reducido a con suerte dos o tres periodos presidenciales. Al mismo tiempo, pese a que formalmente Guatemala atravesó desde 1970 por sólo tres años y diez meses de dictadura, casi todos sus gobiernos se han caracterizado por el uso de medidas que harían palidecer incluso a regímenes abiertamente autoritarios.

Al revisar brevemente cada uno de esos procesos electorales y sus gobiernos nos encontramos con una historia a menudo absurda. Y también macabra. Entre 1970 y 1996 Guatemala estuvo sumida en una guerra en la que el Estado aplicó estrategias basada en el terror, cometiendo atroces crímenes contra la humanidad. Ni la proclamación de una nueva Constitución redactada bajo las botas militares, ni la firma de unos acuerdos de paz que nunca se cumplieron han podido modificar un sistema desigual que mantiene a Guatemala como uno de los países con peores índices de desarrollo y pobreza a nivel continental.

Echar un ojo a este pasado, reciente pero olvidado, puede ayudarnos a comprender cómo se llegó a gobiernos como los de Jimmy Morales o Alejandro Giammattei, herederos de un modelo basado en el autoritarismo, la corrupción y la impunidad. Un modelo que quizá hoy podría estar a punto de desaparecer.

Pare eso vamos a hacer un recuento de los procesos electorales ocurridos desde 1970 hasta la fecha. Como son muchos, el análisis se publica dividido en cuatro partes. En esta PRIMERA PARTE que se publica hoy, nos centramos en los procesos ocurridos entre 1970 y 1986 cuando “la democracia” estaba dominada por las figuras de los generales del Ejército 

Arana Osorio

El miércoles 1 de julio de 1970 al mediodía el coronel Carlos Manuel Arana Osorio asumió la presidencia de Guatemala. Durante la ceremonia de traspaso de mando el licenciado Julio César Méndez Montenegro declaró ser “el tercer presidente electo, en ciento cincuenta años de historia, que entrega el poder a otro presidente electo, después de haber terminado su periodo legal”.

Las elecciones se habían realizado  el domingo 1 de marzo, con la participación de cuatro partidos y tres candidatos: el coronel Arana Osorio por la coalición Movimiento de Liberación Nacional (MLN)-Partido Institucional Democrático (PID), que obtuvo un 43,35%; el abogado Mario Fuentes Pieruccini por el Partido Revolucionario (PR), con 34,91 y el mayor Jorge Lucas Caballeros por la Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG) con 21,74. Al no obtener la mayoría absoluta, Arana fue elegido por el Congreso, que presidía quien a su vez era su candidato vicepresidencial, el líder del ultraderechista MLN licenciado Mario Sandoval Alarcón.

El eslogan de la campaña fue la pacificación nacional. “Pero será una pacificación dentro de la ley”, explicó Arana al asumir. Dijo también que “todo ciudadano que recurra a la violencia debe ser juzgado como delincuente, no importa la condición o calificativo que escoja para protegerse”, pues quien se aparta del orden jurídico “cae en la delincuencia, aunque ésta se encubra bajo supuestas aspiraciones de redención social”.

El 13 de noviembre de 1970 a las 7 de la mañana el coronel Arana anunció por la radio la suspensión de las garantías constitucionales y decretó un estado de sitio “sin contemplaciones”, en el que no se permitiría siquiera la circulación de ambulancias durante el toque de queda, y que se suponía duraría 30 días, pero se extendió más de un año. En la madrugada del 27 de noviembre el ejército ocupó la Ciudad Universitaria con la excusa de buscar armas.

El 13 de enero de 1971 el diputado de centroizquierda Óscar Adolfo ‘Fito’ Mijangos López fue asesinado en la 4a avenida y 9a calle de la zona 1, cuando en su silla de ruedas se dirigía de su oficina a su automóvil. Desde su banca en el Congreso se había opuesto al estado de sitio y a la concesión a la empresa de níquel Exploraciones y Explotaciones Mineras de Izabal, EXMIBAL.

Al año siguiente, el 26 de septiembre de 1972 agentes del Estado secuestraron a una colaboradora, a una antigua militante, a cinco miembros de la Comisión Política y al secretario general del clandestino Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) en una casa en la ciudad de Guatemala. La mayoría había participado de alguna u otra manera en el gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán (1951-1954). Nunca aparecieron. Según el testimonio del ex detective Abel Juárez Villatoro, sus cuerpos fueron arrojados al mar. Durante todo su gobierno secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones se sucedieron a diario. El general retirado Arana Osorio falleció por enfermedad la madrugada del 6 de diciembre de 2003.

Carlos Manuel Arana Osorio en marzo de 1970

Kjell Laugerud

El ganador en las elecciones del 3 de marzo de 1974 fue el general Kjell Eugenio Laugerud García, nuevamente por la coalición MLN-PID. Nacido en 1928, hijo de un inmigrante que en 1926 llegó a Guatemala en un barco que zarpó del pequeño pueblo noruego de Hokksund, Kjell Laugerud fue jefe del Estado Mayor General del Ejército de julio de 1970 a diciembre de 1971, y ministro de la Defensa de enero de 1972 a enero de 1973, cuando renunció para dedicarse a su campaña política. Oficialmente obtuvo el 41,61 por ciento de los votos, por encima del general José Efraín Ríos Montt, de la coalición socialdemócrata Frente Nacional de Oposición (DCG, Partido Revolucionario Auténtico PRA y Frente Unido de la Revolución Democrática FURD) que oficialmente obtuvo 34,04, y del coronel Ernesto Paiz Novales del PR, que sacó el 21,36.

Pero las elecciones fueron señaladas de fraudulentas. Ríos Montt dijo esa noche desde su casa en Vista Hermosa, zona 15, donde se encontraba junto al candidato a la vicepresidencia y líder del PRA Alberto Fuentes Mohr: “Soy el presidente electo de Guatemala. Hemos triunfado y esperamos que no haya que derramar una sola gota de sangre”. Más tarde llegó el alcalde de la ciudad de Guatemala y líder del FURD Manuel Colom Argueta para entregarle los datos computados por la municipalidad, que le daban una amplia ventaja.

Esa misma madrugada unos tres mil campesinos fueron trasladados en camiones de carga desde Zacapa y Chiquimula al centro de la ciudad. Todos tenían un cartón pegado a la camisa con la bandera azul, blanca y roja con el sable al centro y las siglas MLN, llevaban un palo con un lazo que además de sus funciones les servía como identificación y algunos además un machete. “Divididos en grupos, cada uno con su jefe. Hay uno gordo, que pareciera el jefe general, porta metralleta y pistola”, contó el enviado especial del diario costarricense La Nación, Danilo Arias Madrigal.

Luego desfilaron a la municipalidad, donde se encontraba la documentación de las mesas electorales, pero a las pocas cuadras el propio Laugerud les pidió que se detuvieran. A su regreso al Palacio golpearon a ocho fotógrafos de prensa, destruyéndoles su equipo. Pasado el mediodía, y luego de que el vicepresidente Mario Sandoval Alarcón llegara a saludarlos, fueron enviados de vuelta a sus casas.

Durante algunos días el tema principal fue el fraude, pero finalmente Ríos Montt fue reincorporado al ejército, se le nombró agregado militar en España y el 28 de marzo abandonó el país junto a su esposa y su hija de 6 años Zury Maité. El 1 de julio de 1974 Kjell Laugerud asumió la presidencia.

Kjell Laugerud Patzun 78

En campaña Laugerud había sido presentado como un candidato progresista, e incluso fue acusado por algunos de sus adversarios de ser una especie de nuevo Jacobo Árbenz. Y si bien la relativa apertura democrática de su gobierno permitió un rápido crecimiento del movimiento sindical y son recordados momentos como la marcha de los mineros de Ixtahuacán y los cañeros del Ingenio Pantaleón en noviembre de 1977, que fue recibida por no menos de cien mil personas en El Trébol, en una manifestación que fue creciendo mientras se acercaba al centro de la ciudad.

Lo son también el asesinato del asesor sindical Mario López Larrave y el secuestro, tortura y desaparición seguida de muerte de los dirigentes estudiantiles Robin Mayro García Dávila y Aníbal Leonel Caballeros Ramírez en mayo, julio y agosto del mismo año, o la masacre de Panzós, Alta Verapaz, donde el ejército asesinó a más de cien personas desarmadas en una plaza el 29 de mayo de 1978. Kjell Laugerud entregó el cargo el 1 de julio de 1978, en el recién estrenado Teatro Nacional, y poco después se retiró. Falleció de causas naturales en diciembre de 2009.

El gobierno de Romeo Lucas

El triunfador en las elecciones del domingo 5 de marzo de 1978 fue el general Fernando Romeo Lucas García, jefe del Estado Mayor General del Ejército entre julio de 1973 y julio de 1975, y ministro de la Defensa hasta enero de 1977, cuando renunció para preparar su candidatura por la coalición Frente Amplio (PID, PR, Central Aranista Organizada CAO y la Alianza Democrática Guatemalteca ADG, un grupo de estudiantes y funcionarios de la municipalidad que se definían como de izquierda populista), que obtuvo el 42,3%.

En segundo lugar, por el MLN y con el 33,1 quedó el coronel Alfredo Enrique Peralta Azurdia, que en abril de 1963 dio un golpe de Estado y gobernó dictatorialmente hasta el 1 de julio de 1966, cuando entregó el poder a un presidente electo –luego de promover una nueva Constitución y de forzarlo a firmar un pacto secreto–. Era además el fundador del Partido Institucional Democrático. Y en tercero quedó su sobrino, el general Ricardo Peralta Méndez, jefe del Estado Mayor Presidencial de 1963 a 1966, quien sacó el 24,5 por la coalición Frente Nacional de Unidad FRENU, integrada por la DCG, el socialdemócrata PRA y un grupo de cooperativistas y pobladores de barrios marginales denominado Frente de Participación Popular, según lo definió el líder del PRA Alberto Fuentes Mohr.

El ahora llamado Frente Unido de la Revolución (FUR) de Manuel Colom Argueta no aprobó la candidatura de Peralta Méndez y desistió de participar en el FRENU, pero al no estar legalmente inscrito no pudo participar de manera independiente.

Fue una de las elecciones con menor participación en toda la historia: 35,4% del electorado. Y también fue señalada como fraudulenta. “Tres días después de las elecciones sólo la palabra ‘fraude’ se lee en todos los periódicos y se escucha en todas las bocas”, registró el semanario Inforpress. Los votos nulos y en blanco no se dieron a conocer, pero antes de que ocurrieran las irregularidades eran muy numerosos y en la capital superaban el 20% del total. Lucas y Peralta Azurdia se atribuían cada uno una ventaja de veinte mil votos, pero finalmente Lucas García fue elegido por el Congreso como presidente constitucional de la república.

Romeo Lucas García en 1982

En campaña Romeo Lucas había sido presentado como un personaje democrático y cercano a la centroizquierda. Cuando ocurrieron los asesinatos de Robin García y Leonel Caballeros, Lucas le aseguró a la juventud que su principal meta sería terminar con la violencia en cuanto llegara al poder. Pero durante su gobierno la represión contra la oposición política alcanzó niveles demenciales.

El 20 de octubre de 1978 el secretario general de la Asociación de Estudiantes Universitarios AEU Oliverio Castañeda de León fue ametrallado en la entrada del Pasaje Rubio, a 200 metros del Palacio Nacional, sede de los ministerios de Gobernación y de la Defensa. El 6 de noviembre por la noche su sucesor Antonio Estuardo Ciani García fue secuestrado por militares vestidos de civil cuando caminaba hacia su casa. Nunca apareció.

El 25 de enero de 1979 Alberto Fuentes Mohr fue asesinado en la esquina de la antigua Escuela Politécnica, en la zona 10. Su cuerpo presentaba 23 impactos de bala calibre 45. Como una broma macabra al día siguiente fue aprobada la inscripción de su partido, el Partido Socialista Democrático (PSD). El 22 de marzo del mismo año, una semana después de que la inscripción del Frente Unido de la Revolución fuera aprobada, su líder Manuel Colom Argueta fue ametrallado en la zona 9 recibiendo 24 impactos calibre 45.

El 31 de enero de 1980 38 personas fueron quemadas vivas en la embajada de España. El 21 de junio fueron secuestradas 27 personas de la sede de la Central Nacional de Trabajadores, ubicada a tres cuadras del Palacio Nacional y a unos metros de la sede del Cuerpo de Detectives, y el 24 de agosto ocurrió el rapto de 17 sindicalistas más en un centro de retiros. Nunca aparecieron.

El 14 de julio, día en que debía asumir el nuevo rector, pues el anterior tuvo que salir al exilio, hombres armados ametrallaron como venganza por la muerte de un jefe policial una parada de autobuses en la Universidad de San Carlos. Murieron 7 personas, 14 resultaron heridas y dos estudiantes más fueron asesinados a las afueras del campus. El 29 de enero de 1981 hombres armados irrumpieron en el Centro Cultural Universitario, en el Paraninfo, asesinando a once personas e hiriendo de gravedad a cuatro más. Diariamente aparecían docenas de cadáveres torturados, o la gente simplemente desaparecía. Durante los últimos siete meses de su gobierno ocurrieron también las primeras grandes masacres contra la población civil, cuando su hermano Manuel Benedicto Lucas García era el jefe del Estado Mayor General del Ejército. Romeo Lucas murió en Caracas el 27 de mayo de 2006, víctima del Alzheimer, a sus 81 años.

El general Guevara

El general Ángel Aníbal Guevara Rodríguez, elegido como el sucesor de Lucas García, fue un experimentado oficial de inteligencia. Realizó al menos ocho cursos en la Escuela de las Américas, cuando el promedio era de uno o dos por oficial. Actualmente se encuentra prófugo, acusado de crímenes contra la humanidad.

Guevara no era un gran orador. Durante una conferencia televisada expresó: “Y pienso ganar las elecciones con bastante… diferencia, de mis… de mi más cercano persegui… perseguidor podríamos decir. Y se lo repito a usted aquí: el general Guevara gana las urnas… O mejor dicho, las elecciones en las urnas, y si las pierde, pues las pierde en las urnas. Y si las pierdo seré tan caballero, y reconoceré mi derrota y felecitaré (sic) al que gane. Pero así también espero que ellos me feliciten, porque yo estoy seguro que voy a ganar”, se le ve decir en el documental Ensueños blindados, de MikaelWahlforss.

Las votaciones se realizaron el domingo 7 de marzo de 1982, y efectivamente el general Guevara resultó el ganador por la coalición Frente Democrático Popular FDP (PID, PR y Frente de Unidad Nacional FUN), que según los datos oficiales obtuvo el 35,1%, ante el 25,5% del licenciado Mario Augusto Sandoval Alarcón del MLN, que utilizó eslóganes como “Por tu derecho, la derecha”, y el 20,6 del licenciado Alejandro Maldonado Aguirre, diputado por el MLN en el periodo 1966-1970 y ministro de Educación durante el gobierno de Carlos Arana Osorio, y que esta vez participó por la Unión Opositora (DCG y Partido Nacional Renovador PNR).

El arquitecto Gustavo Adolfo Anzueto Vielman, ministro de Comunicaciones y Obras públicas durante los gobiernos de Arana y Laugerud, y que en 1966 fue señalado de ser uno de los fundadores del escuadrón de la muerte Movimiento de Acción Nacionalista Organizado, o Mano Blanca, hijo de Roderico Anzueto Valencia, un agente secreto del dictador Manuel Estrada Cabrera (1898 a 1920) y director de la policía durante el gobierno del general Jorge Ubico (1931 a 1944), obtuvo un 9,2 con la Central Auténtica Nacionalista (CAN), por debajo de los votos nulos, que sumaron 9,6.

La oposición, representada según un análisis del semanario Inforpress por el centro derecha, la derecha liberal y la extrema derecha, consideró que las elecciones no tenían ninguna validez y denunció que se había consumado un fraude, aunque sin aportar pruebas concretas. Las manifestaciones convocadas por los candidatos, que fueron reprimidas por la policía, no pasaron de incidentes callejeros sin importancia.

“Están mintiendo flagrar… flagrantemente”, indicó Guevara al telenoticiero Aquí el Mundo, de Mario David García. “Cuando se tiene… se dice fraude, hay que mostrar las pruebas. Si no se tienen pruebas sólo están elucubrando”.

Ángel Aníbal Guevara ensueños blindados

El ministro de Gobernación Donaldo Álvarez Ruiz manifestó al mismo noticiero: “Hay lugares en el interior del país donde no conocen al licenciado Maldonado. ¡Sacó cero votos! Y si hay un municipio donde no conocen a un candidato a la presidencia, yo creo que es ilusorio que quiera ser presidente de la república”. Sobre el candidato del MLN, Álvarez Ruiz señaló: “Es una figura agradable, simpática, y a todos los guatemaltecos nos gusta ver al licenciado Sandoval Alarcón vociferando a su gente e insultando. Eso ya es parte del folclor guatemalteco”. A la pregunta de si su coalición aceptaría que se repitieran las elecciones, Donaldo dijo que no entendía la pregunta, pero que podía ser que en cuatro años volvieran a participar como Frente Democrático Popular, o bien le buscaran “un nombre un poco más agradable”.

Dictaduras sin disfraz

Los funcionarios luquistas pensaban que el general Guevara gobernaría hasta el 1 de julio de 1986. Pero la mañana del 23 de marzo de 1982 un grupo de “oficiales jóvenes” del ejército, respondiendo a “la manipulación de las elecciones” y “atendiendo el clamor popular” dio un golpe de Estado y derrocó al gobierno, al que calificó como “una minoría corrupta e indigna”. Los hermanos Lucas, Donaldo Álvarez, Guevara y otros altos funcionarios fueron obligados al exilio y asumió el poder una junta militar encabezada por el general José Efraín Ríos Montt, quien declaró en conferencia de prensa desde el Palacio Nacional que ninguno de los ahí presentes tenía “interés en participar en alguna actividad política”. Pero el 8 de junio de ese mismo año Ríos disolvió la junta y se autoproclamó Presidente de la República. Más adelante intentaría en diversas ocasiones retornar a la primera magistratura, y sería diputado por 16 años.

Durante los 16 meses y medio de su gobierno el ejército cometió atrocidades indescriptibles. El 7 de diciembre de 1982 los kaibiles, llegaron a la comunidad de Las Dos Erres, en El Petén. Encerraron a las mujeres, niñas y niños en la iglesia evangélica, y a los hombres en la escuela. Varios murieron por los golpes. Maniatados y con los ojos vendados los llevaron a un pozo, al que los arrojaron luego de fusilarlos. Después llevaron también a las mujeres, niños y niñas, muchas de ellas violadas en el camino. El ejército asesinó y lanzó al pozo a no menos de 251 personas. 67eran menores de 12 años, con una media de 7.

Masacres como ésta se contaron por centenares en El Quiché, Huehuetenango, Alta y Baja Verapaz, Chimaltenango y otros departamentos.José Efraín Ríos Montt fue juzgado y condenado por genocidio el 10 de mayo de 2013, pero diez días más tarde la Corte de Constitucionalidad anuló el fallo y ordenó repetir el proceso. Falleció a de un infarto a los 91 años, el 1 de abril de 2018.

Ríos Montt el 25 de marzo de 1982

Ríos Montt 1982

El lunes 8 de agosto de 1983 un nuevo golpe de Estado, esta vez de oficiales veteranos, depuso a Ríos Montt y llevó al poder a su ministro de la Defensa, el general Óscar Humberto Mejía Víctores. Usualmente recordado como el hombre que devolvió la democracia a Guatemala, durante sus casi dos años y medio de gobierno desaparecieron o fueron ejecutadas miles de personas vinculadas a organizaciones armadas de izquierda o agrupaciones políticas no violentas, en silenciosas operaciones de inteligencia. Algunas de las desapariciones y ejecuciones fueron registradas en el documento conocido como Diario Militar, elaborado por el Archivo General y Servicios de Apoyo del entonces denominado Estado Mayor del Jefe de Estado. Ese documento registra la desaparición de varios dirigentes de la Asociación de Estudiantes Universitarios en mayo de 1984.

Un año más tarde, en septiembre de 1985 el ejército ocupó la Ciudad Universitaria. El 10 de diciembre de 1985 agentes de inteligencia secuestraron a la maestra y estudiante de derecho de 27 años Beatriz Eugenia Barrios Marroquín, minutos después de que abordara un taxi que pidió por teléfono. Barrios había sido secuestrada previamente, tras lo que decidió exiliarse en Canadá. Cuando los hombres armados la sacaron del taxi gritó: “¡No, otra vez no!”. Su cuerpo desnudo apareció tres días después horriblemente torturado en la antigua carretera a Escuintla, cerca del Quetzal de Piedra.

Mejía Víctores 11 de agosto de 1983

Mientras tanto, el domingo 1 de julio de 1984 se realizaron las elecciones para la asamblea constituyente, el 31 de mayo de 1985 fue aprobada la nueva Constitución y en noviembre del mismo año se celebraron las elecciones generales. El 14 de enero de 1986 el general Mejía entregó el poder, por primera vez en veinte años, a un presidente civil. Mejía Víctores murió de párkinson el 1 de febrero de 2016, a los 86 años.

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