Créditos: Prensa Comunitaria
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Los votos de la segunda vuelta para la Unidad Nacional de la Esperanza se centraron en los municipios en donde los programas sociales de ese gobierno fueron más fuertes, además, coinciden en varios casos con municipios de la costa sur utilizados normalmente como corredores para el trasiego de droga.

 Por Carlos Estrada

La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), obtuvo en la segunda vuelta electoral para elegir presidente y vicepresidente 1 millón 567 mil 472 votos a nivel nacional, logrando la victoria en cinco de los 22 departamentos del país, e imponiéndose en 155 de los 340 municipios.

Varios de estos municipios en los que el partido de Sandra Torres ganó tienen características similares: en donde lo rural, la pobreza y la extrema pobreza están más presentes; forman parte de los corredores que utiliza el crimen organizado, entre ellos el narcotráfico, por la poca presencia del Estado y son territorios en donde el gobierno de la UNE, de 2008 a 2012, implementó programas sociales.

¿Por qué Torres ganó en estos municipios?, según analistas consultados, hay al menos dos explicaciones. Por un lado, al ser los municipios con mayores índices de pobreza, fue en donde los programas sociales se enfocaron con mayor fuerza durante la administración del presidente Álvaro Colom.

Por ejemplo, varios de los municipios de Alta Verapaz, Quiché, Huehuetenango e Izabal en los que ganó el partido de Torres, fueron parte de los 89 municipios priorizados por el programa de Transferencias Monetarias Condicionadas (TMC) conocido como Mi Familia Progresa, en 2008.

En los municipios de Uspantán, Chajul y Chicamán, Quiché, Torres obtuvo más del doble de votos que los obtenidos por Arévalo en esta segunda vuelta. Estos tres municipios fueron de los primeros en recibir las TMC durante el Gobierno de la UNE, según la última Rendición de Cuentas del Programa Mi Familia Progresa.

Los municipios priorizados fueron seleccionados para ingresar al programa de TMC debido a sus condiciones de pobreza y pobreza extrema, según lo que señalaba entonces el Gobierno.

Para el analista Luis Fernando Mack, los votos de Torres se centraron básicamente en la misma población que votó por ella en los dos periodos anteriores.

“Si se cruza la información de Mi Familia Progresa y otros programas sociales que se llevaron a cabo durante el Gobierno de la UNE, hay una correlación. Hay una población que la identifica como una de las pocas funcionarias que les ofrece algo concreto”, señaló Mack.

Los lugares en donde Torres no ganó, dijo Mack, fueron en su mayoría las áreas urbanas, en donde los medios de comunicación tienen mayor alcance y las necesidades son diferentes a las de las poblaciones con inequidad.

Por su parte, el analista Enrique Godoy señala que la “ruralidad” de algunos municipios en donde el acceso a internet y, principalmente a redes sociales, es escaso, hizo que Torres obtuviera una ventaja frente a un Arévalo, desconocido para la mayoría.

Durante el Gobierno de la UNE, Sandra visitó cada uno de los municipios del país en donde los programas sociales se implementaron. La candidata que perdió por tercera ocasión en una segunda vuelta electoral, tenía la ventaja en estos municipios debido a que era conocida y los beneficiarios la identificaban como la persona que les llevó dinero o bolsas de alimentos.

Carlos Menocal, ministro de Gobernación durante el gobierno de Álvaro Colom, señaló que durante varios años los programas sociales hicieron que Sandra Torres y el símbolo del partido fueran identificados por muchas personas beneficiarias, lo que a Torres le dio durante las últimas tres elecciones “un voto duro”.

Godoy por su parte recuerda que durante el Gobierno de la UNE se acusó a Torres de afiliar al partido a las mujeres beneficiadas por los programas sociales.

Pero además, varios de estos municipios debido a sus condiciones de pobreza, son más propensos al clientelismo político, como lo documentó el Mirador Electoral, que evidenció, por lo menos, 46 casos en donde la agrupación política entregó vales por láminas o bolsas de víveres a los votantes.

Un voto duro que se redujo

 Durante varios años los municipios en los que los programas sociales de la UNE estuvieron presentes le dieron a Torres este voto duro que la acompañó a ella y a quienes competían por una diputación o una alcaldía. Sin embargo, con el paso del tiempo, estos votos disminuyeron.

Las elecciones del 25 de junio muestran su último fracaso. Torres pasó de tener un voto duro de 1 millón 122 mil 909, en la primera vuelta electoral, de 2019; a 881 mil 592 en la primera vuelta de las elecciones de este año, una diferencia de 241 mil 317 votos menos.

Además, el número de diputados electos por la agrupación pasó de 52, en los comicios de 2019, a 28 diputados electos en estas elecciones. Lo mismo ocurrió con las alcaldías, en 2019, la UNE logró el control de 106 municipios, ahora, en las elecciones de este año solo obtuvo 38.

Menocal señala que los bastiones electorales de la UNE cayeron en la primera vuelta trasladándose esos electores a otras agrupaciones como el partido oficial Vamos.

Mientras Mack señala que, aunque Torres incrementó su oferta electoral ofreciendo llevar los programas sociales a más personas y mejorar los que ya se habían implementado, su estrategia electoral de hacerse a la derecha y aliarse con quienes tradicionalmente había señalado como enemigos, además del surgimiento de candidatos como Carlos Pineda pudo haber influido en la reducción del caudal electoral de Torres en la primera vuelta.

La ruta del narco

 Tanto Menocal como Godoy coinciden en que la inyección de fondos y apoyo de alcaldes y líderes vinculados al narcotráfico en algunos municipios aportaron un buen número de votantes en las áreas consideradas como rutas del narcotráfico.

La necesidad de votos de Torres se topó con la necesidad del narcotráfico de mantener las alianzas para tener rutas expeditas. Sin embargo, estos aportes y apoyos son más difíciles de evidenciar y documentar debido a que según señalan los analistas, se mezclan con fondos lavados por constructoras y aportes de los candidatos del narco.

Los resultados positivos en el oriente y nororiente del país, agregó Menocal, no eran resultados tradicionales de la UNE, estos bastiones estaban dominados normalmente por partidos como la Unión del Centro Nacional (UCN), de Mario Estrada y, otras agrupaciones con vínculos directos con el narcotráfico, sin embargo, esta segunda vuelta la UNE ganó en varios de estos sectores y obtuvo buenos resultados.

Torres ganó en todos los municipios de Jutiapa vecinos con El Salvador, excepto en Jerez. También en Camotán, Chiquimula; en Gualán y La Unión, en Zacapa; y en El Estor y Los Amates, todos vecinos con Honduras.

“Estos municipios en el oriente y nororiente en donde gana la UNE, tienen la particularidad de que son zonas en donde ocurre el trasiego de las drogas y hay figuras, liderazgos y candidatos que están vinculados a estas estructuras y que obviamente jugaron un rol de alianza estratégica con el partido UNE para apoyarlos en esta segunda vuelta”, indicó Menocal.

Por su parte, Godoy agrega que no es casualidad la victoria de la UNE en el corredor de la Franja Transversal del Norte, qué abarca municipios de Izabal, Alta Verapaz, Quiché y Huehuetenango.

Esta ruta, explicó Godoy, es una de las utilizadas por el narcotráfico para movilizar la droga desde Honduras hasta México y es en donde la presencia del Estado es laxa y en donde alcaldes, policía, ejército y Gobierno ven hacía otro lado mientras los cargamentos se mueven por el territorio.

Huehuetenango, aunque fue ganado como departamento por la agrupación Semilla, fue dominada por Torres en varios de los municipios del norte colindantes con México.

Petén, a pesar de ser el departamento en donde Torres ganó en esta ocasión, no era un distrito electoral en el que arrasara. Líderes cómo Manuel Baldizón o los Barquín acaparaban el voto, mientras en esta segunda vuelta Torres ganó la mayoría de los municipios.

 

En municipios de Petén como San Andrés, que tiene un padrón de solo 17 mil personas, pero cuenta con un vasto territorio que sirve de pista de aterrizaje a aeronaves cargadas de droga, la candidata se impuso con apenas 2 mil 565 votos frente a los 2 mil 112 de Arévalo.

 

De igual manera en La Libertad, Sayaxché y Las Cruces, todos vecinos con México y conocidos por permitir el aterrizaje de aviones con droga, en donde los narcotraficantes incluso suelen organizar a las poblaciones para impedir que las autoridades se acerquen a pistas mientras se descarga la droga, fue territorio con mayoría de votos para Torres.

 

Mientras en la costa sur, la UNE obtuvo victorias en municipios que, aunque más urbanos, son conocidos también por servir de puerto a las lanchas rápidas, submarinos y aviones provenientes de Sudamérica con droga, los cuales además utilizan San Marcos como paso fronterizo.

Municipios como Ocós y la Blanca, en San Marcos; y Champerico, en Retalhuleu, fueron ganados por la tres veces candidata.

En San Marcos, los municipios fronterizos con México, Ayutla, Tajumulco y Malacatán también fueron dominados por Torres.

La derrota en los lugares urbanos

La mayor derrota de Torres, según muestran los mapas de votación elaborados, fue principalmente en los centros urbanos, en donde no necesariamente significa que no existan condiciones de pobreza, indica Godoy, sino que por sus condiciones de infraestructura, tienen más acceso a información y acceso a redes sociales.

El corredor central que abarca los departamentos de Guatemala, Sacatepéquez, Chimaltenango, Sololá y Quetzaltenango fue prácticamente el que le dio la victoria a Semilla. Mientras que Torres sufrió una apabullante derrota principalmente en el distrito central y área metropolitana.

El abandono de la estructura de la UNE

Menocal señala, además, que por intentar cazar los votos de partidos como Vamos y Cabal, con quienes hizo alianza, desplazó y relegó a su estructura partidaria, provocando molestia entre quienes habían trabajado desde la primera vuelta por la agrupación política.

Los audios filtrados de una reunión comandada por Guillermo Sosa, el representante de Miguel Martínez y el exviceministro de Comunicaciones de Alejandro Sinibaldi, dan muestra de este abandono.

Sosa instruyó en esa reunión a los alcaldes y diputados electos de Vamos a que tomaran el control de la campaña en sus municipios, invitándolos a poner vallas y pagar publicidad en tuk tuk, además de “volantear” a favor de Sandra Torres, lo cual fue un choque para quienes participaron con la UNE en la primera vuelta.

“Desplazaron a la estructura partidaria de la UNE, la instrucción en lugares como Chimaltenango y Sacatepéquez fue: aquí los alcaldes electos son quienes van a manejar la campaña y todo y ustedes señores de la UNE solo apoyen y jalen a su gente, haciéndolos a un lado y traicionando a su propia gente dentro del partido”, indicó Menocal.

Además, la mayoría de los fiscales de mesa fueron impuestos por los alcaldes y diputados ganadores, lo que provocó que quienes habían estado al frente en la primera vuelta por parte de la UNE fueran relegados.

El hecho quedó documentado en los audios filtrados de la reunión con la gente de Vamos, en donde el diputado Estuardo Vargas, “coordinador de campaña” e incluido en la lista Engels de Actores Corruptos y antidemocráticos, del Departamento de Estado de Estados Unidos, les dijo a los presentes que ellos ya tenían experiencia de cómo pagarles a los fiscales y que el pago sería de Q300 por fiscal.

Una semana después de la segunda vuelta electoral, Torres sigue sin dar la cara y no ha salido a agradecer a su más de un millón y medio de votantes de votantes entre quienes están no solo los exbeneficiarios de los programas sociales, sino también, mujeres y hombres de partidos aliados a quienes se persuadió a través del clientelismo político.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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