Créditos: Nelton Rivera. Seis personas murieron el 4 de octubre en la masacre de la Cumbre de Alaska.
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“Los militares están para cuidar a Guatemala, no para matar”, dijo Víctor Vicente, quien era alcalde de la aldea Vásquez y testigo propuesto por el MP. Sin embargo, los efectivos del ejército no esperaron a dialogar con las autoridades de los 48 Cantones de Totonicapán y dispararon contra la población. Tres testigos declararon en el noveno día del juicio.

Por Regina Pérez

Tres testigos propuestos por el Ministerio Público (MP) continuaron este martes con sus declaraciones en el juicio que se sigue por la muerte de seis comunitarios de Totonicapán el 4 de octubre de 2012, cuando salieron a manifestar en el lugar conocido como “Cumbre de Alaska”. Las personas relataron que fueron los militares quienes abrieron fuego en contra de la población y que los manifestantes no llevaban armas.

Pedro Silverio Xuruc García era vicealcalde de la comunidad Nimasac cuando ocurrió la masacre. Como parte de sus atribuciones como autoridad comunitaria convocó a los habitantes para congregarse en la Cumbre de Alaska, ubicada entre el límite de Totonicapán y Sololá, en el occidente del país.

Es un área llana que siempre ha sido utilizada para manifestaciones. Ahí hay una pasarela y un espacio donde las personas esperan los buses para transportarse. Según los cálculos del testigo, había miles de personas protestando.

Viudas de los manifestantes que murieron el 4 de octubre de 2012. Foto: Prensa Comunitaria

Después del almuerzo se les informó que se acercaban antimotines y efectivos del ejército y las autoridades pidieron a la gente que no tuvieran miedo. Entre los alcaldes y vicealcaldes de los 48 Cantones de Totonicapán se coordinaron para ir a hablar con los antimotines e informarles que la manifestación era pacífica.

Las autoridades llevaban sus mochilas y varas y se dirigieron a hablar a los antimotines, cuando escucharon las balas. Luego, vieron que manifestantes corrían y llevaban a algunas personas heridas, según el testimonio de Xuruc.

Él regresó corriendo a un camión que llevaban los manifestantes con audio y pidió un micrófono a un vecino que estaba hablando por el altavoz. “Les dije a los manifestantes que no se asustaran, que se tranquilizaran, era para que no entraran en pánico, porque ya los antimotines ya vinieron, seguramente el ejército porque se escuchaban balazos, algunos heridos, eso les dije”, recordó.

Al bajar del camión vio a un señor que era llevado por otras personas, pensó que había muerto.

“¿Quién volvió violenta la manifestación ese día?” le preguntó el abogado Santos Sapón, Xuruc García respondió: “Pues el ejército, porque comenzaron a disparar y yo no creo que uno de los manifestantes fue el que comenzó”. Xuruc agregó que la instrucción de las autoridades de los 48 Cantones en las comunidades fue clara, no llevar armas de fuego o arma blanca, solo su almuerzo.

“Las razones, los motivos, solo Dios y los que dispararon lo saben”, puntualizó. Nueve militares están siendo acusados por ejecución extrajudicial en grado de tentativa y ejecución extrajudicial.

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Militares no esperaron a dialogar

Otro de los testigos en este caso, Víctor Vicente, alcalde de la aldea Nimasac, coincidió en su testimonio, indicando que como autoridades intentaron dialogar con los soldados, pero que no fue posible.

“Los militares están para cuidar Guatemala, no para matar, por eso dijimos con los alcaldes que vamos a platicar, a dialogar, para que la gente no se asuste”, contó. Ellos se acercaron a hablar, con sus varas, pero los soldados no esperaron.

Según su relato, no sabe que quién hizo el primer disparo, pero dijo que vio a los elementos del ejército llegar en un camión, vestidos de verde oscuro.

“Me recuerdo de las personas ese día, no se vale recordar en este momento, pero sí lamento mucho, supuestamente los militares estaban para cuidar Guatemala, no para matar”, repitió. Su voz se entrecortó mientras recordaba los hechos del 4 de octubre.

También relató que después de eso se tiró al suelo y entre los balazos también lanzaron bombas lacrimógenas. Por el humo y el susto, se desmayó. Después de un rato sus compañeros de la corporación municipal lo buscaron y le dieron agua. “Pero yo no sabía que algunos de mí comunidad fueron heridos. Reaccioné, fuimos a Toto a verlos, pero ya era tarde”, indicó.

El otro testigo que declaró fue Agustín Carlos Yax, quien dijo que vio a un soldado disparar contra las personas. Entre los heridos estaba su primo Santos Abraham Yax. Solo un abogado de los militares le hizo una pregunta, los demás declinaron de la interrogación.

De acuerdo con la defensa de las víctimas, tanto el MP como los abogados han propuesto al menos 105 testigos para este caso.

El juicio contra nueve militares comenzó el 15 de junio de este año, a casi 11 años de ocurridos los hechos. La audiencia fue suspendida por el tribunal y se retomará el 28 de agosto.

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