El regreso de Raymundo Quib a Salacuim, la historia de un migrante que falleció en México

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Créditos: Joel Pérez
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Joel Pérez

A 311 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, en la comunidad Salacuim en Cobán, Alta Verapaz, está el que fue el hogar de Raymundo Quib Tzalam uno de los migrantes fallecidos en Ciudad Juárez, México, el pasado 27 de marzo, y que intentaba llegar a Estados Unidos en busca del sueño americano.

Foto de Joel Pérez
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El miércoles 12 de abril, ingresó su cuerpo a Salacuim para dar el último adiós a la comunidad que lo vio nacer y crecer. Después de ser velado dos noches, sus familiares le dieron un último recorrido por las calles de su comunidad. Posteriormente, fue despedido y sepultado en el cementerio local por sus seres queridos.

Raymundo formaba parte de la comunidad LGBTQIA+, según reconoció su amigo Marco Antonio González, quien estuvo en el sepelio. González no solo fue uno de sus mejores amigos de la infancia, sino que fue una de las últimas personas con las que Raymundo conversó antes  de iniciar el viaje.

Apenas había cumplido 30 años el pasado 3 de enero. Se decidió a dejar la casa de sus padres y emprender camino al norte el 8 de marzo.  De acuerdo a su familia, él buscó un guía que lo llevara hacia Huehuetenango. Ahí pasó varios días en espera de más migrantes que también iniciarían el viaje.

“Eran a las 6 de la mañana, aproximadamente. Yo iba a Playa Grande Ixcán por asuntos médicos y él iba dentro del bus. Cuando llegamos al municipio, lo despedí con un fuerte abrazo, pero no podía creer que él se fuera. Sin embargo, jamás pensé que sería la última vez que lo vería”, contó González.

Foto de Joel Pérez
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Raymundo en busca de oportunidades

Raymundo era uno de ocho hermanos, hijo de Flabio Quib y Marta Tzalam. Cinco de sus hermanos están en la unión americana desde hace un tiempo. Dos más todavía viven en la comunidad.

Nació y creció en la aldea Salacuim. Las condiciones económicas limitadas de su familia solo le permitieron estudiar hasta tercero básico. Después de eso se dedicó al trabajo de campo, limpiando milpa y cortando cardamomo.

La falta de oportunidades laborales en su comunidad fue uno de los motivos más fuertes que le llevaron a migrar. Esa misma razón es compartida por muchos otros vecinos de este lugar, quienes han tomado la decisión de migrar al extranjero, indicó Gilberto Choc, uno de los vecinos de Salacuim.

A casi 20 días de su salida, la mañana del 27 de marzo, Raymundo envío un mensaje a sus hermanos para informales que, finalmente, había llegado a Ciudad Juárez, en compañía de otros migrantes. Minutos después, fue detenido por personal de la migración mexicana.

Perdió la vida esa misma noche. Murió asfixiado por el humo que se generó en el incendio dentro del centro de detención para migrantes junto a 39 personas más.

“Lo revisé y él no está quemado, fue el humo que lo mató” contó su hermano Ricardo Quib.

Foto de Joel Pérez
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El regreso a Guatemala

“Cuando supe de la muerte de mi hermano, busqué apoyo para empezar las gestiones de repatriación con el alcalde municipal de Cobán. Sin embargo, no recibí respuesta alguna y fue entonces cuando se me ocurrió platicar con el alcalde municipal del Carchá y fue él quien, sin dudarlo, nos llevó personalmente hasta el Consulado de México”, refirió Ricardo Quib.

Los restos de Raymundo fueron repatriados después de un largo proceso que costeó el gobierno mexicano. México les ha ofrecido acompañamiento psicológico y apoyo material como medida de resarcimiento tras la muerte de los migrantes, pero está pendiente de ser entregada.

El cuerpo de Raymundo regresó a Guatemala, 16 días después del incendio. En la aldea Salacuim, permanece la modesta casa de madera y lámina que su padre le heredó y que, ahora, queda como uno de los últimos vínculos físicos con él.

Foto de Joel Pérez
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