Una “liberación” agridulce para los presos políticos del régimen de Ortega

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Créditos: RRSS
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En un hotel cercano al aeropuerto de Dulles, Washington, los presos políticos nicaragüenses desterrados por el régimen de Ortega reciben asistencia médica y legal.

Por Isela Espinoza

“Cantamos el himno de Nicaragua. Sin embargo, es una situación agridulce porque uno ama a su país”, fueron las primeras palabras que expresó este jueves Félix Maradiaga, excandidato presidencial y uno de los 222 presos políticos que deportó el régimen de Daniel Ortega a Estados Unidos.

La madrugada de este jueves los presos políticos que estaban en diferentes penales de Nicaragua fueron movilizados al aeropuerto luego que el Gobierno de Estados Unidos y el de Ortega negociaran la liberación masiva, según confirmó el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

Los que tenían arresto domiciliario también fueron sacados de sus hogares la noche del miércoles. Hasta ese momento nadie entendía lo que pasaba. A las 6:30 de la mañana abordaron un avión rumbo a Washington. Mientras, el magistrado Octavio Rothschuh leía una sentencia del Tribunal de Apelaciones de Managua en la que señala que los presos políticos están acusados por violentar el “ordenamiento jurídico y constitucional atentando contra el estado y la sociedad nicaragüense” por lo que se ordenó su deportación inmediata y el despojo de su nacionalidad.

“Los desterrados van a ser ellos”, dijo Juan Lorenzo Holmann, gerente general de La Prensa, cuando fue cuestionado por el despojo de su ciudadanía. Holmann fue declarado culpable por el presunto delito de lavado de dinero. Su detención llevó a la persecución del personal del único diario impreso del país que desde entonces realiza su labor periodística en versión digital.

Foto: RRSS

Los excarcelados fueron trasladados a un hotel cercano en donde recibieron asistencia legal y médica. En redes sociales circulan fotografías de los reencuentros entre ellos de la aspirante a la presidencia de Nicaragua, Cristina Chamorro, que tenía mayor probabilidad de derrotar a Ortega, con otros familiares que también estaban presos.

En una comparecencia de prensa, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, confirmó que las autoridades estadounidenses se aseguraron antes de que subieran al avión de que “cada uno de ellos deseaba viajar a Estados Unido”.

Puertas al diálogo

Horas antes, Blinken afirmó en un comunicado de prensa que entre los liberados había un ciudadano estadounidense y que la acción “marca un paso constructivo para abordar los abusos de derechos humanos en el país y abre la puerta a un mayor diálogo entre los Estados Unidos y Nicaragua”.

Sin embargo, Price recalcó que las sanciones a Nicaragua “siguen vigentes” e instó al Gobierno de Ortega a que tome nuevos “pasos” para cumplir con las aspiraciones del pueblo nicaragüense, que, subrayó, pasan por el respeto a la democracia y a los derechos humanos.

Por aparte, la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, recalcó que fue “una decisión soberana del Estado nicaragüense” el expatriar a los 222 presos políticos.

“Traslado forzado”

Aunque funcionarios estadounidenses han manejado el término de “liberación”, para el abogado nicaragüense, Yader Morazán, explicó que la dictadura “no ha liberado” a ningún preso político.

“Al contrario, a través de la expulsión o coacción ha cometido el crimen de lesa humanidad de ‘deportación o traslado forzado de población’ en contra del derecho de circular libremente en el territorio”, explicó Morazán basándose en el artículo 31 de la Constitución Política de Nicaragua.

Además, familiares y organizaciones continúan divulgando el nombre de 38 presos políticos que continúan en las cárceles de Nicaragua, entre ellos monseñor Rolando Álvarez cuyo juicio está previsto para el próximo 28 de marzo por supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas.

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