Inicia un nuevo amanecer en la educación de la juventud de Alta Verapaz

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Créditos: Joel Pérez / Prensa Comunitaria.
Tiempo de lectura: 4 minutos

 

El Instituto de Educación Básica Nuevo Amanecer, de Alta Verapaz, promueve la educación con una metodología para el desarrollo integral de la juventud; familias de municipios vecinos buscan la forma de viajar hasta el lugar para inscribir a sus hijas e hijos.

Por Joel Pérez

Mirna Coy Poou inició este 17 de enero el ciclo escolar en el Instituto Básico Nuevo Amanecer, de la comunidad Copal AA, La Esperanza, en Alta Verapaz. A sus 12 años, busca crecer académicamente en el nivel básico. Sin embargo, para estudiar tuvo que separarse de su familia en la aldea San Pedro Xalaroqha’, de Cobán, que está a tres horas a pie

El Instituto Básico Nuevo Amanecer recibió este lunes a la juventud de la comunidad y de otras cercanas para el ciclo escolar de 2023.

La familia de Mirna buscó desde el año pasado un espacio donde hospedarla y lo encontró con una familia de Copal AA, La Esperanza, que vive cerca del Instituto. En el hogar que la acoge aportará en los trabajos familiares.

Historias como la de Mirna Coy se han repetido con estudiantes de la región desde 2004, ya que desde esa fecha en la comunidad Copal AA La Esperanza, ubicada en el noreste de Cobán Alta Verapaz, funciona un establecimiento educativo del nivel básico, que cada año alberga a un aproximado de 65 a 70 estudiantes de diferentes comunidades circunvecinas al municipio de Ixcán, Quiché.

Mirna Coy Poou caminó tres horas para llegar a tiempo al inicio de clases, durante este año estará lejos de su familia, pero su objetivo es terminar los básicos. Foto por: Joel Pérez.

Una educación diferente atrae a la juventud de la región

Una de las principales características del Instituto Básico Nuevo Amanecer es que el personal docente enfoca su proceso de formación en la enseñanza de la historia y la realidad actual del país; formando a la juventud con un sentido crítico, rompiendo el esquema tradicional de educación.

El Instituto Básico Nuevo Amanecer no cuenta con fondos propios, tampoco tiene acceso a algún subsidio del Estado y está registrado como establecimiento privado ante el Ministerio de Educación (MINEDUC). Cada estudiante debe cancelar una cuota anual de Q750. El resto del presupuesto para su funcionamiento se gestiona con entidades amigas, según indicó Rafael Coy, director del establecimiento.

Las clases iniciaron este 17 de enero y en su mayoría las nuevas estudiantes son mujeres, al menos un 70% de nuevo ingreso, lo cual no se había registrado antes. Foto por: Joel Pérez

Cada año ingresan y egresan estudiantes atraídos por el concepto educativo del instituto, que propone una educación lúdica y con concepto que busca la conservación del medio ambiente, existen otros institutos y colegios en la región, sin embargo, por su enfoque, optan por estudiar en Copal AA La Esperanza, una comunidad que basa su desarrollo en la filosofía de la producción agroecológica.

Para el ciclo escolar de 2023, que será de forma presencial, cuentan con cuatro docentes para los tres grados que se imparte. Aunque durante el tiempo más difícil de la pandemia de la COVID-19, las clases no se suspendieron totalmente, porque no cuentan con señal de internet y los padres de familia, la dirección y el personal docente buscaron los mecanismos para no detener el proceso de formación de los estudiantes, según indicó uno de los padres de familia.

El edificio del Instituto cuenta con espacios para una academia de computación y mecanografía, una biblioteca, que requiere ser fortalecida, una librería, oficinas de dirección y un terreno, asignado por la comunidad para el instituto y para los trabajos de campo.

La metodología de la lúdica y la agroproducción ha dado resultados muy interesantes, los estudiantes se interesan más en aprender y se elimina la posibilidad de deserción. Foto por: Joel Pérez.

El proceso de formación de los estudiantes incluye cursos de productividad y desarrollo, en la que se pone en práctica con el trabajo de huertos escolares, que bajo la supervisión y el apoyo del personal docente al finalizar la producción los productos se venden a la comunidad.

Elotes, bananos, yuca, ayotes, güisquiles, cilantro, berro, hierba mora, chipilín, son algunos de los vegetales, frutas y hierbas que se producen de manera orgánica, según el personal docente.

Para este ciclo escolar, dicen los profesores, los estudiantes de primero básico son en su mayoría mujeres, un 70 por ciento aproximadamente, tanto de la comunidad como de las aldeas vecinas, un número que no se había registrado con anterioridad, según el director del establecimiento.

Los proyectos estudiantiles y trabajos de campo son huertos escolares que, al brindar frutos, son vendidos en la comunidad por los mismos estudiantes.
Foto por: Joel Pérez.

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