Por Miguel Ángel Sandoval
Pero lo central es la mirada de Yon sosa sobre los temas de la época.
En el año 1966, en una entrevista que cita Taracena, Yon Sosa afirmaba que la fortaleza del MR13 tenía entre otras vertientes: “la principal arma era la palabra y la mejor defensa el apoyo social. De esa manera se refería a su visión guerrillera como la base de su postura política. En ese entonces en uno de los momentos críticos del movimiento revolucionario guatemalteco, se debatía entre dos posturas. Una era la que expresaba el PGT que buscaba por todos los medios espacios para negociaciones o al menos, conversaciones con el gobierno. Mientras que los del MR13 negaban esa posibilidad. Yon Sosa en ese momento había rechazado cualquier posibilidad de tregua o algo parecido.
Es por ello que junto a la presencia de los trotskistas que para esa fecha ya estaban en retirada (el grupo posadista mexicano) la postura de una figura como Yon Sosa, hacia las reiteradas vacilaciones de la dirigencia comunista, fueron uno más de los ingredientes para descalificar el liderazgo de Yon Sosa. Sin embargo, las posiciones del comandante insurgente eran mucho más categóricas, y coincidían con las que expresaba, con no pocas contradicciones, Turcios Lima, desde las FAR y de manera particular desde la guerrilla Edgar Ibarra.
Una cita de los puntos relevantes en el pensamiento de Yon Sosa vale la pena incluirla en esta pequeña reseña de un texto que debería ser obligatorio en las escuelas de historia de las universidades, y de manera especial en la USAC. Decía Yon Sosa: “En la coyuntura que se vivía, marcada por los traspiés del movimiento revolucionario, él consideraba que la disputa ideológica no debía desempeñar una función primordial, sino la voluntad de llevar a cabo una reforma agraria y de luchar por la incorporación de los campesinos a la vida activa del país, por lo tanto, se tenían que hacer varias tareas al mismo tiempo: recuperar la soberanía nacional, devolver la dignidad al pueblo guatemalteco”.
Se trata de temas que tienen hoy, total vigencia. Era Yon Sosa, sobre todo un hombre de acción, pragmático, pero con un criterio político revolucionario formado a lo largo de los años gracias a las influencias ideológicas recibidas, y a un desarrollo intelectual propio. Es algo que ahora, décadas después de su asesinato por el ejército mexicano en la frontera entre los dos países, vale la pena tener en consideración para un mejor análisis de una época que en su desarrollo abarcó, finalmente unos 30 años.
Hay en el texto de Taracena páginas enteras dedicadas a la fundación de las FAR, a la resistencia urbana de esos años, a las acciones militares del MR13 de noviembre, al levantamiento de los militares, al fenómeno del trotskismo en Guatemala, pero en verdad son temas que de alguna manera se conocen o forman parte de las historias que se han escrito por aquí y por allá. No obstante, hay quizás algunos detalles en los que hay que detenerse. Pero el tema principal a mi juicio, es la versión que da sobre muchos temas el propio Yon Sosa. En especial porque se trata de aspectos que de forma deliberada o por no tener acceso a las fuentes, han sido desestimadas, incluso por estudiosos del periodo. Sobre esto vuelvo en próxima entrega.