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Créditos: Luis Ovalle.
Tiempo de lectura: 12 minutos

 

El periodismo en Guatemala tiene una larga historia de violencia y censura, pero también de jornadas importantes para la historia del país, en donde la prensa ha jugado un destacado papel en el desarrollo de los hechos. Hoy, bajo un régimen con rasgos autoritarios, el periodismo se encuentra bajo asedio y criminalización, convirtiéndose en una profesión de riesgo.

Por Juan Calles

El 24 de octubre de 2021 luego que el gobierno de Alejandro Giammattei decidiera instaurar un estado de sitio en el municipio del El Estor, tras reprimir a los pescadores que exigían el cese de operaciones de la minera en la localidad por contaminar el lago de Izabal, fue allanada la casa del periodista comunitario Juan Bautista, la policía y el Ministerio Público le incautaron su celular y estuvo a punto de ser detenido.

El día anterior durante las acciones violentas de las fuerzas policiales por romper la resistencia comunitaria el periodista había sido difamado y hostigado en las redes sociales, en donde se mostraba la foto de una persona con el rostro cubierto portando una escopeta, se decía que era Juan Bautista quien aparecía en la fotografía.

En las mismas acciones, Carlos Choc y Baudilio Choc, de Prensa Comunitaria fueron hostigados por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), les quitaron un celular y la cámara fotográfica, les exigieron que no grabaran las acciones policiales. En el caso de Choc, su casa fue allanada en su ausencia y fue denunciado por 13 agentes que lo señalaron por el delito de “instigación a delinquir” y en el caso de Baudilio Choc, la policía lo buscó en su casa sin indicar las razones y sin orden judicial.

El Estado vuelve a criminalizar al periodista Carlos Choc y a Prensa Comunitaria por informar sobre las operaciones de la mina rusa en El Estor

En otro caso, al norte del departamento del Quiché, en Ixcán, Rolanda García reportera independiente y corresponsal de la cadena internacional de noticias TeleSur fue agredida y amenazada en diferentes ocasiones, su trabajo informativo incomoda a diferentes sectores en aquel departamento, desde donde realiza reportajes televisivos que evidencian los abusos cometidos contra comunidades del pueblo maya Quiché.

En la ciudad capital, Sonny Figueroa y Marvin del Cid, dos periodistas del medio independiente Vox Populi, han sido acosados y uno de ellos agredido por la PNC. Incluso el mismo presidente Alejandro Giammattei, mencionó a del Cid durante una conferencia de prensa en el Organismo Judicial, el 20 de enero de 2021, “Me parece que el señor Marvin del Cid nos la trae y nosotros mismos consideramos que se está extralimitando”, dijo el mandatario.

Además, se conocen casos de al menos dos periodistas que debieron salir al exilio por el acoso en su contra, Juan Luis Font del programa radial Con Criterio, y Mishell Mendoza de la cadena CNN, se encuentran fuera del país, luego que el primero fuera denunciado judicialmente por el exministro Alejandro Sinibaldi, acusado y apresado por corrupción, y en el caso de Mendoza, las amenazas en su contra subieron de tono por lo que decidió salir del país.

El caso más reciente fue la captura del periodista y presidente del diario elPeriódico Jose Rubén Zamora y de Flora Emilza Silva Flores, gerente administrativa y financiera del medio. El Ministerio Público (MP) asegura que la captura se debe al delito de lavado de dinero, no por su labor periodística, sin embargo, el asedio y ataques contra el medio son constantes, durante la captura y enjuiciamiento de Zamora se congelaron las cuentas bancarias de elPeriódico, medida revocada días después, al recibir numerosas críticas, porque dicha medida prácticamente impedía el funcionamiento del diario.

La palabra MIEDO, se repite constantemente cuando en charlas entre colegas se habla de la situación en la que se trabaja hoy en día; reporteros, editoras, fotógrafos, investigadoras, se sienten con temor al momento de hacer una entrevista o al decidirse a publicar un trabajo periodístico, pese a ello, todos los días se continúan reportando casos de corrupción, aprobación de leyes regresivas; el periodismo en Guatemala se debate entre el miedo y la vocación.

Hacer periodismo es una forma de libertad

Las personas entrevistadas para este reportaje aseguraron que no encuentran otra forma de hacer su vida que no sea haciendo periodismo, entendido por los periodistas como una forma de ejercer su derecho a la libertad. Desde diferentes regiones del país y desde diferentes medios de comunicación, todos y cada una de las personas entrevistadas tienen una visión pesimista de la situación actual en el país, sin embargo, su decisión es continuar escribiendo y reportando la verdad.

Joel Pérez, corresponsal de Prensa Comunitaria, en Ixcán, Quiché, dijo que hacer periodismo en estos días es muy complicado porque se han cerrado las puertas de las autoridades municipales para los medios independientes, los funcionarios municipales identifican a un periodista comunitario y no ofrecen declaraciones, sin embargo, para medios corporativos que no denuncian los problemas comunitarios si tienen acceso a las fuentes de información.

“Yo llevo como tres meses que no puedo hablar con el alcalde municipal, porque ellos consideran que uno los cuestiona, lo único que quieren es dar a conocer lo que les conviene y si hay anomalías no quieren hablar de eso”, dijo Pérez.

Para el periodista la situación para los periodistas no se ve de forma positiva, ya que según su análisis los comunicadores se ven afectados porque no hay leyes que los protejan y mientras no se corrija esa situación las amenazas y agresiones van a continuar.

“El periodismo comunitario siempre se ve perseguido, mientras no existan reformas en las leyes la situación no va a cambiar, yo no he pensado en abandonar el periodismo, porque hacerse a un lado es darles puerta libre a ellos, además, las comunidades esperan el tipo de periodismo que hacemos nosotros, la gente sabe a qué periodistas quieren leer.”

Foto: Joel Pérez.

En la ciudad capital, la periodista Betty Lix, editora de la sección económica de elPeriódico, quien vivió de cerca el ataque contra el medio y su director Jose Rubén Zamora opina que en los tiempos actuales es difícil hacer periodismo, denunciar la corrupción los hace vulnerables a sufrir ataques y censura.

“El ejercicio del periodismo en esta época es difícil, ya de por si en los medios comerciales tenemos censura, partimos de allí, de estas pequeñas censuras invisibles y si vamos más allá está el tema de criminalizar el trabajo y la denuncia”, comentó Lix

El allanamiento que realizó el MP en las oficinas de elPeriódico duró 16 horas, durante ese tiempo los trabajadores fueron retenidos en el edificio, y no se les permitió el uso del teléfono celular y no podían comunicarse, según la ley, un allanamiento no puede durar más de 6 horas.

“Uno se siente vulnerable, impotente, ellos argumentan un señalamiento que está por probarse y aunque suene trillado y a cliché, no están ejerciendo el debido proceso, por el allanamiento y captura.  El MP dice que se capturó al director por su actuar como empresario y no como periodista, pero si están interrumpiendo el ejercicio periodístico, porque allanan un lugar violando la ley. Llegaron con agresividad sin informar a qué llegaron, no lo hicieron conforme a la ley”, comentó la periodista.

A pesar de ello, asegura que debe seguir haciendo su labor informativa, “Quizá sea utópico, pero hay una causa que defender, me gustaría seguir ejerciendo, pero buscar otras formas de hacerlo porque el periodismo es una vocación”.

Lix agregó que la intención de las autoridades de gobierno es clara, desarmar un equipo que hace periodismo de investigación que publica y denuncia. Al hacer proyecciones hacia el futuro Betty ve oscuro el panorama: “El máximo temor es que estamos en el camino de Nicaragua, allá la prensa tuvo que salir exiliada y eso es lo peor que le puede pasar a este país.”

Foto: Betty Lix.

A decir de Ketzali Awalb´iitz Pérez, investigadora y reportera de la revista feminista Ruda, antes de publicar alguna información de la actual situación en el país se ha visto obligada a autocensurarse, “lo que me ha pasado es que cuando estoy en el periodo de investigación debo cuidar mucho de proteger a las fuentes, me pasó en el caso de la exfiscal Virginia Laparra, te limita de hacer el trabajo periodístico, para no perjudicarla”.

“Pero si no hiciéramos este ejercicio periodístico, las personas no sabrían cómo está la situación del país, porque buscamos explicar por qué pasan las cosas, le damos voz a las personas, y eso sirve para que la gente se indigne, que decida acompañar los procesos, no solo informamos, en el caso de las mujeres debemos seguir organizándonos y acuerpando lo que está sucediendo”, comentó Ketzali.

Y aunque también mencionó la palabra miedo, aseguró que su experiencia la ha llevado a saber cómo abordar ciertos temas y cómo publicarlos para evitar agresiones y, aun así, con miedo continuar con su labor periodística. “El miedo nos lleva a la precaución y al cuidado”, comentó.

“Para las y los periodistas han sido años en los que ha pasado de todo, hay mucho cansancio y la gente que recibe la información también lo siente así, creo que como sociedad estamos abrumadas, existe la sensación que todo está mal, y hay muchas ganas de seguir viviendo la vida con normalidad, pero también de que pase algo y cambiar la situación, esperemos a ver qué pasa con las elecciones del otro año”, concluyó Ketzali.

Foto: Ketzali Awalb´iitz Pérez

Durante las coberturas periodísticas en las calles la única protección que tenían los periodistas era su libreta y su lapicero, hoy en día se ha considerado salir a realizar la cobertura con casco protector, mascarillas antigases, anteojos protectores, se organizan redes de protección por si un periodista es capturado, es decir, las garantías para el ejercicio periodístico no existen, se preparan para enfrentar a la policía, no para hacer su labor informativa.

Durante las protestas de noviembre del 2020 el fotoperiodista Carlos Sebastián, a pesar de estar debidamente identificado como periodista, fue agredido por un policía antimotines que con su tonfa golpeó la cabeza del periodista, quien debió ser atendido en un hospital, además quebró su cámara de trabajo, por lo que se tuvo que hacer una colecta para recuperar su equipo pues es su medio de sustento y no contaba con los recursos para recuperarlo, de la institución policial nadie se hizo responsable por la agresión.

En esas coberturas periodísticas es común ver a la periodista Pía Flores, tomando fotografías, haciendo entrevistas, transmitiendo en vivo, colgando de su espalda el equipo de protección para no salir herida, pero siempre atenta a los hechos.

Flores, periodista y socia fundadora del medio digital Quorum, comenta que en Guatemala las instituciones públicas no están diseñadas para la transparencia, lo cual hace difícil su labor de comunicadora, pero ahora se suma el miedo que sienten al hacer su labor, pero también el temor de las fuentes que no quieren dar declaraciones para no comprometer su seguridad.

“El ambiente es bastante denso y eso es como de doble vía, existe mucha presión sobre las y los periodistas en torno a qué casos tocamos y al mismo tiempo creo que este ambiente también se refleja en las fuentes, hay más fuentes que van a tener miedo de denunciar casos que tengan que ver con instituciones del Estado”, opinó Flores.

Agregó que ha tenido que incluir algunas precauciones al hacer su trabajo periodístico, algo que no hacía antes, se ha visto forzada a incluir medidas de seguridad a su rutina diaria, “debo reconocer que asumir un nuevo caso, acercarme a ciertas fuentes que han sido denunciadas,  si te hace considerarlo más de una vez, no quiero decir que no voy a trabajarlos pero si hay otras cosas que uno tiene que incluir como precauciones de seguridad, tanto de mi integridad física como el propio medio, porque literalmente ya no existe ninguna garantía que me proteja, ni al medio para el que trabajo. Hay que tomar en cuenta cómo nos preparamos para lo que pueda venir después de publicar”.

Pía, al igual que otras periodistas consultadas no puede hacer proyecciones positivas y la posibilidad de que se instaure un régimen dictatorial está en su visión de futuro, “Me imagino que Guatemala podría ser como Nicaragua, que tal vez tengamos que ser muchos más los que tengamos que hacer periodismo desde afuera, desde otro país, me imagino que muchos medios independientes dejen de existir, entonces creo que depende de cómo termine este año se va a definir qué tan difícil será la cobertura el año que viene”, concluyó.

Foto: Pia Flores.

 Carlos Choc un periodista acosado desde 2017

El caso de Carlos Choc es ejemplar, desde que, en mayo de 2017, documentó el asesinato del pescador Carlos Maaz bajo la responsabilidad de agentes de la PNC mientras protestaba por la contaminación del lago de Izabal por parte de la empresa minera CGN-Pronico Solway. La cobertura de Carlos no fue únicamente el día de la protesta, en días anteriores sus reportajes evidenciaban la contaminación y la destrucción de ríos y cerros.

La empresa denunció al periodista como parte de la gremial de pescadores artesanales, lo cual es falso, ya que Choc simplemente cubría los hechos sin tener vínculo gremial con los pescadores, sin embargo, se giró una orden de captura en su contra señalado como miembro de la gremial y como organizador de las protestas, desde entonces la censura, la difamación y las amenazas en su contra se han multiplicado. En 2020 maquinaria de la municipalidad de El Estor destruyó la entrada de su casa, en un supuesto accidente. Su casa y la de sus familiares ha sido vigilada por vehículos sin placas y vidrios polarizados, en su ausencia la PNC allanó su casa tirando al suelo su equipo periodístico y enseres de su hogar.

Actualmente el proceso judicial en su contra sigue vigente y cada 30 días está obligado a firmar un libro en la sede del MP de El Estor, en Izabal, bajo el riesgo de ser puesto en prisión en cualquier momento, su actividad periodística se ha visto afectada por dicha situación.

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Foto: Carlos Ernesto Choc
Foto: Carlos Ernesto Choc

 

Un periodista joven que no vivió los avatares del conflicto armado interno y que tiene una versión del país muy diferente a la que periodistas de otras generaciones vivieron; se ha tenido que enfrentar a que el medio para el que trabaja sea llamado por el MP para explicar lo que sus fuentes han informado en reportajes publicados, lo cual se ha evaluado como un abuso por parte de los investigadores, ya que las fuentes no pueden ser reveladas.

Este es el caso del reportero del diario La Hora, Diego España, para quien hacer periodismo en Guatemala es tener miedo constantemente, “Cuando uno trata de publicar piezas periodísticas sobre corrupción, anomalías de funcionarios o personas relacionadas a ellos, claro que existe miedo”, reconoció España.

Sin embargo, considera que la prensa es muy importante en la sociedad ya que es por el periodismo que la población se ha enterado de situaciones que de otra manera jamás se conocerían y quedarían en total impunidad; “Es gracias al periodismo que Guatemala se ha visto en el ojo público con estos casos que han sido descubiertos.” Y recuerda que desde su época de estudiante el periodismo se convirtió en una de sus pasiones.

“Cuando entré a la universidad yo pensaba en la comunicación en general, no en el periodismo como tal, pero al estudiar me apasionó la carrera y hoy no me imagino haciendo otra cosa que no sea periodismo, es una carrera que se realiza por pasión, se trabaja en ello las 24 horas, no es justamente remunerado, pero quiero seguir por muchos años, espero que este miedo que hoy siento no me haga abandonarlo en algún momento”, comentó.

“El periodismo independiente se dedica a hacer periodismo de investigación de alto impacto, sus investigaciones marcan la agenda informativa, sin embargo, este tipo de periodismo es de dos vías, la ciudadanía tiene un papel importante que jugar en él, lo deben apoyar no solo leyendo y compartiendo la información sino apoyar para que estos medios puedan sostenerse por sí solos. Pero los medios y los periodistas independientes son el futuro del periodismo en este país”, puntualizó España.

Foto: Diego España.

Una mujer con cámara en mano y la prensa liberadora

Desde Ixcán, el Quiché, Rolanda García transmite reportajes televisivos para la cadena informativa Telesur, que se transmite por toda América Latina, Rolanda tiene 15 años dedicada al periodismo y comenta que al principio le era muy difícil que le dieran la oportunidad de publicar y transmitir sus notas periodísticas por ser mujer indígena, “No concebían que una mujer se parara frente a la cámara, hablara su idioma e hiciera periodismo comunitario” recordó.

“Cuando hacemos periodismo de denuncia, cuando visibilizamos las desigualdades sociales, cuando se denuncia la corrupción en las municipalidades, cuando se denuncia la violencia sistemática, cuando se denuncia la contaminación, el despojo de tierras ancestrales, se corre el riesgo de ser criminalizada, sin embargo, existen periodistas que estamos dispuestos a seguir trabajando y desafiando los poderes que tienen empobrecidas a las comunidades y al país”, dijo.

Para Rolanda es necesario hacer este tipo de periodismo para que en los territorios las personas sepan lo que pasa en el país, y para que el país sepa cómo se vive en los territorios; “Es necesario dar voz a la población, aunque de allí nace la criminalización del Estado contra la prensa y hoy nos tiene asediados, sin embargo, es necesario informar”, afirmó la periodista.

Para el futuro de la prensa en Guatemala Rolanda García no cree que la situación vaya a cambiar: “La prensa que cuestiona al poder y da voz a las fuentes que denuncian siempre vamos a sufrir hostigamiento, no vamos a tener grandes cambios, solo que ahora por medio de las redes sociales hay muchas personas que informan y eso es desventaja para el poder, pero mientras estemos gobernados por los de siempre esto no va a cambiar.”

“La amenaza siempre va a ser para la prensa alternativa, la prensa que cuestiona, contra la prensa liberadora como le llamo yo”, concluyó Rolanda.

Foto: Rolanda García.

El periodismo independiente se ha desarrollado en los últimos años gracias a la posibilidad de publicar sin depender de la industria del papel y la impresión, desde plataformas digitales las investigaciones han expuesto la corrupción de gobernantes, empresarios y políticos, ha denunciado los abusos de finqueros y terratenientes, por lo que se ha visto atacado, desde la descalificación y difamación, hasta el encarcelamiento y persecución judicial. Hoy hay intenciones de cerrar medios y crear leyes para censurar la libertad de expresión, sin embargo, todos los días periodistas independientes continúan su labor de investigar y publicar, con miedo pero sin detenerse.

El expresidente de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), Julio Edgar García, un decano de la prensa en el país, con una trayectoria de décadas deja un consejo para los periodistas de la actualidad, “Deben de cuidarse mucho, actualmente la situación es muy difícil, ya son otros los tiempos, cualquier investigación puede tener repercusiones negativas, nunca se dobleguen, denuncien las amenazas, porque es la única forma de defensa que tienen”.

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