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Exhumación en San Martín Jilotepeque, 40 años después de una ejecución extrajudicial

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Créditos: Juan Manuel Rosales
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Juan Manuel Rosales y Nelton Rivera

Un equipo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala FAFG, exhumo nueve osamentas de personas maya Kaqchikel de San Martín Jilotepeque, que fueron asesinadas por el ejército de Guatemala en la década de los años 80, en el contexto de la contrainsurgencia.

Del 12 al 18 de julio los peritos en arqueología y antropología de la FAFG, llevaron a cabo la exhumación de las osamentas. El equipo excavó tres fosas de exploración; este es un método que los arqueólogos utilizan luego de encontrar una depresión en el piso o suelo que no está en sintonía con el entorno.

Encontraron los primeros restos en la fosa número uno, en las otras dos fosas no se realizaron hallazgos. Los esfuerzos se enfocaron en esa fosa, después de localizar el primer indicio de restos humanos, el trabajo de la arqueología forense fue metódico, afirmaron los forenses.

Después de localizar los primeros restos humanos, aparecieron al menos nueve cráneos, era una fosa colectiva, los cuerpos no habían sido colocados con una orientación específica, lo que permite deducir que no fueron enterrados por sus familiares. Se pudo observar restos de ropa y que los cuerpos habían sido colocados unos sobre otros, sin mayor preocupación por la forma en la que fueron enterrados.

Los peritos y las familias, esperaban encontrar entre nueve y 13 personas en la fosa, según el testimonio de una de las personas que ayudó a enterrar los cuerpos horas después de hallarlos asesinados. Al final exhumaron nueve osamentas.

El hecho, que es atribuido al ejército de Guatemala, ocurrió en los últimos días de octubre y primeros días de noviembre de 1981, según el testigo Francisco Sutuj, maya Kaqchikel. Francisco subió a San Martín Jilotepeque para celebrar el Día de Muertos -1 de noviembre- y en el pueblo escuchó que había varios cuerpos en la Quebrada, cuando regresó pudo observar que tenían marcas de violencia.

La población de la localidad se organizó, los enterraron y dejaron una marca de 17 machetazos en un pino a la orilla del camino, esta marca aún estaba, y ahí a la orilla del río, debajo de otro pino encontraron los restos de nueve personas. Otros testimonios de la represión en este territorio dan cuenta de lo ocurrido contra la población. San Martín Jilotepeque: “De aquí no me voy, aunque me maten”.

En Chimaltenango, en San Martín Jilotepeque operaba la guerrilla de las Fuerzas Armadas Rebeldes FAR, donde posteriormente instaló el frente guerrillero Tecún Umán. La cercanía de la guerrilla con la ciudad capital a unos escasos 60 kilómetros, exacerbó la idea de los militares de la posibilidad de la caída de la capital. La represión fue la respuesta del ejército en contra de las comunidades Kaqchikel. Dos años después en el 83, se extendió el accionar del frente Javier Tambriz de la Organización del Pueblo en Armas ORPA.

El general Manuel Benedicto Lucas García, durante el juicio que enfrentó en 2017, por la detención y desaparición del niño Marco Antonio Molina Theissen, afirmó que él mismo dirigió las operaciones del ejército en Chimaltenango, era el inicio de la contrainsurgencia y del Genocidio en Guatemala. En 1981, Benedicto Lucas García era jefe del Estado Mayor General, su hermano, el general Romeo Lucas, era el jefe de estado.

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