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Guatemala con déficit de vacunas y alerta epidemiológica por COVID-19

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Créditos: Estuardo Tunche.
Tiempo de lectura: 6 minutos

Por Regina Pérez

Guatemala sigue siendo el último país en cobertura de vacunación contra la COVID-19 en la región centroamericana y está lejos de alcanzar la meta de la OMS, de vacunar al 70 % de su población, para mediados de 2022. Además del rezago, existe un déficit de vacunas en el país, luego de que 8.3 millones de dosis se perdieran, esto en medio de una alerta epidemiológica debido a una nueva subvariante de ómicron. Esta situación ha provocado dos problemas: el acceso a las vacunas y su implementación.

De acuerdo con Laboratorio de Datos, un centro de pensamiento que monitorea la situación de la pandemia, solo el 48.3 por ciento de la población guatemalteca tiene una dosis de la vacuna contra COVID-19 y 36.5 por ciento tiene dos dosis. Esto aleja a Guatemala de la meta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de alcanzar el 70 por ciento de cobertura de vacunación para mediados de 2022, para controlar la pandemia.

Además, solo el 16.3 por ciento de la población guatemalteca se han vacunado con refuerzo y la mayoría de ellos, están ubicados en el departamento de Guatemala. Un artículo reciente de Laboratorio de Datos publicado en la iniciativa “Vacunas para la Gente”, señala que en el municipio de Guatemala el 80 por ciento de la población tiene el esquema completo mientras que 171 municipios no llegan ni al 50 por ciento de cobertura.

Foto: Estuardo Tunche.

En contraste a la baja cobertura de vacunación que se reporta en el país, el 16 de junio el Ministerio de Salud declaró alerta epidemiológica debido al aumento de casos de COVID-19, por la presencia de la subvariante ómicron.

Según indicó en un comunicado, esta situación se ve reflejada en el aumento de la ocupación hospitalaria del 8 al 14 de junio, cuando el porcentaje de personas hospitalizadas aumentó de 2.69 a 4.09 y el porcentaje de pacientes severos hospitalizados se elevó de 2.63 a un 5.59 por ciento.

Karin Slowing, integrante de Laboratorio de Datos, señaló que al 3 de junio, el país presentaba un 15 por ciento de positividad en los casos. “Estamos frente a una nueva ola, pero afortunadamente no está teniendo la gravedad que tuvieron las olas previas. Y esto está muy relacionado con el tema de vacunación”, señaló la analista.

Según datos más recientes, la positividad ya supera el 25 por ciento, sobre todo en la ciudad capital, llegando al máximo registrado durante la pandemia.

Slowing atribuyó la menor gravedad de la ola en el área central, como lo fue en 2021, debido a que las tasas de vacunación incluso rondan por el 80 por ciento en el municipio de Guatemala. En el área urbana es donde hay más capacidad para testear e identificar los casos y con los altos niveles de vacunación se comprende que la incidencia no sea en este momento tan dramática como lo fue en años previos, dijo la analista.

No obstante, la situación es muy diferente en el área rural, donde hay menos cobertura de vacunación entre la población indígena y menos acceso a servicios de atención para casos complicados, por lo que hay más probabilidad de mortalidad.

Lesly Ramírez, de la Red de Defensores Comunitarios por el Derecho a la Salud, señaló que la situación de la vacunación en las áreas rurales sigue siendo compleja, no solo con resistencia de la gente a vacunarse, sino más que todo con la desinformación y con otros problemas vinculados a la logística de los servicios.

Ramírez recordó que hubo muchas vacunas a punto de vencer y que eso provocó que muchos servicios de salud y direcciones de área decidieran no recibirla, sobre todo porque cuando se perdieron algunos lotes, el Ministerio de Salud quiso cobrárselo al personal de salud.

De acuerdo con Slowing, el país actualmente se enfrenta a dos problemas, se ha quedado sin vacunas, ya que según el monitoreo que ellos llevan quedan unas 725 mil dosis de Pfizer; y para la gran brecha en vacunación es una cantidad insignificante.

Foto: Estuardo Tunche.

Laboratorio de Datos resaltó a inicios de junio que en 2022 el Congreso de la República autorizó Q1,036.9 millones para adquisición de más vacunas, sin embargo, al 1 de junio, el Ministerio de Salud únicamente había firmado contratos por Q139.2 millones para adquisición de las vacunas.

Según ese centro de pensamiento, 8.36 millones de dosis se vencieron, lo que representó para el Estado una pérdida de Q789 millones.

Por su parte, el doctor Adrián Chávez señaló que desde el inicio de la pandemia se ha evidenciado alguna dificultad para la compra y adquisición de vacunas y que la mayoría de recursos financieros asignados se destinaron a la compra de las vacunas Sputnik.

Pero desafortunadamente, los distintos retrasos registrados en la entrega de estas vacunas y un “aparente” rechazo de esta vacuna, por parte de un sector de la población, condicionó que el abastecimiento y la propia vacunación a nivel nacional, dependiera prácticamente de la donación que países amigos han hecho y del apoyo de mecanismos como el COVAX, indicó Chávez.

COVAX es un mecanismo mundial coordinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Alianza Global para la Vacunación (GAVI) y la Coalición para la Promoción de Innovaciones en Pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI), que permite el acceso equitativo a las vacunas contra el COVID-19 y por medio del cual Guatemala tuvo acceso a millones de vacunas.

La compra de 16 millones de vacunas Sputnik al Fondo ruso fue un escándalo para el gobierno, que incluso llevó a varias denuncias contra funcionarios, por la opacidad con la que el Ministerio de Salud realizó dicho contrato. Guatemala no solo recibió con retraso los biológicos sino que a finales de abril de 2022 se vencieron los últimos lotes que había en existencia.

Nuevas medidas fueron precipitadas

Otro giro en la pandemia fueron las nuevas medidas que el gobierno implementó para enfrentar la COVID-19, en mayo pasado, derogando las disposiciones tomadas en 2020 para contener la pandemia. Esto, a criterio de Ramírez, provocó un desinterés en la población sobre la pandemia, “todo mundo está como en una normalidad”, dijo.

Ramírez indicó que hay un aumento con la nueva subvariante ómicron, pero no con niveles abrumadores como en anteriores ocasiones. “Eso ha generado como un espejismo de que no pasa nada. En general la gente ya no habla de este tema, si se enferma se cuida en su casa y hasta ahí”, señaló.

En criterio de Chávez, la decisión del gobierno central de endosar la total responsabilidad de control de la pandemia al Ministerio de Salud y a la propia población, fue una decisión precipitada, que instaló en el imaginario social la idea de que ya habíamos superado la pandemia y que estábamos de vuelta a la “normalidad”.

Esto condicionó que, tanto la población y las instituciones de control, bajaran la guardia en cumplimiento de medidas, justamente cuando en el país ya circulaba una subvariante más contagiosa del virus, cuando las coberturas de inmunizaciones eran bastante bajas, generando las condiciones que hoy nos sitúan ante un nuevo repunte de casos, señaló el profesional de la salud.

A pesar del aumento de casos, el último tablero de Alertas Sanitarias COVID-19 publicado por el gobierno, el pasado 11 de junio, estableció que solo 2 municipios en todo el país están en alerta roja: Sololá y Concepción las Minas; 217 en alerta amarilla, 120 en naranja y un municipio en verde, la cabecera departamental de San Marcos.

El gobierno, en su más reciente actualización, indicó que ante el incremento de casos se prevé un cambio significativo en el tablero, en el que aumenten los municipios con alerta naranja.

Sin vacunas para la niñez

Uno de los ejemplos de la falta de disponibilidad de vacunas es el caso de la  niñez. En marzo pasado, el gobierno de Alejandro Giammattei anunció que comenzaría con la vacunación para niñas y niños de 6 a 11 años.

Sin embargo, a la fecha, la cartera de salud se ha quedado sin dosis para vacunar a aproximadamente medio millón de niños que recibieron la primera dosis. “…Qué van a hacer con ellos, tienen que traer Moderna para ellos, porque no hay estudios de vacunación heteróloga (combinación de vacunas) para ese grupo de edad”, señaló Slowing.

El gobierno había basado su decisión de comenzar a vacunar a la niñez tras estudios médicos realizados en Europa por la Agencia Europea del Medicamento.

Ramírez señaló que no hay información de parte del gobierno ni disponibilidad de vacunas. Ella indicó que por ejemplo no ha podido vacunar a su hijo porque cuando acude a los puestos de vacunación le indican que no hay vacunas.

Ahora, señala, no hay claridad de si va a entrar un lote específico de dosis para niños, qué vacunar será y como se estará distribuyendo, “ha habido mucha desinformación en torno a ese tema”, dijo.

La analista de Laboratorio de Datos señaló que desconocen por qué el Gobierno no ha comprado más vacunas. “¿Por qué Guatemala parece ser el único país que no puede comprar? Yo creo que más que no pueda comprar, no quiere comprar y está esperando donaciones” afirmó.

Laboratorio de Datos: exceso de muertes en pandemia de COVID-19 sobrepasó los 49,591 casos

Se le consultó al Ministerio de Salud, por medio de su departamento de Comunicación, si esa cartera tiene contemplado adquirir más lotes de vacunas contra Covid próximamente, así como biológicos para la niñez, sin embargo hasta el cierre de esta nota no hubo respuesta.

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