Por Joel Pérez
Tras el paso de las tormentas Eta y Iota, en noviembre y diciembre del año pasado, varias familias de la aldea Horizonte Rub’elholom, Ixcán, Quiché, perdieron sus viviendas y gran parte de terrenos para sus cultivos. A un año de ese desastre, la población sigue esperando que se materialice la ayuda que se les prometió por parte de las autoridades nacionales.
Según Carlos Hub, alcalde comunitario de la aldea, la población sigue sufriendo, porque los escombros de las casas dañadas continúan en las mismas condiciones de hace un años y los pobladores han buscado nuevas formas para sobrevivir, porque el crecimiento del río destruyó las playas donde cultivaban.
Angélica Chocooj, una de las afectadas, aseguró que tras el paso de las tormentas perdieron su vivienda, y se vieron en la necesidad de buscar un nuevo espacio para reconstruir. Después de esa situación, dice que su padre padeció de una enfermedad y meses después falleció.
El alcalde comunitario de la aldea y las personas afectadas aseguraron que varias comisiones gubernamentales como la Coordinadora para la Reducción de Desastres (CONRED), han llegado a realizar censos, encuestas y documentar la situación, para gestionar apoyo para los afectados, sin embargo, las familias siguen sin recibir nada.