La autoridad comunitaria y habitantes de la colonia Xejuyú del municipio de San Lucas Tolimán, Sololá, iniciaron un proceso para defender su territorio ante el intento de apropiación de un terreno comunal donde se encuentra el tanque de distribución de agua por parte de una familia de la misma comunidad.
Por Diego Petzey
En mayo pasado la comunidad de Xejuyú y el Órgano Coordinador del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) decidieron construir un muro perimetral alrededor del terreno comunal donde se encuentra el tanque de distribución de agua potable. Semanas después, una familia que reside en la misma comunidad, derribó el muro, diciendo que el terreno les pertenecía y que lo habían adquirido a los propietarios de la finca Las Amalias. Desde esta fecha la comunidad inició un proceso para defender el terreno comunal; según el COCODE solicitó apoyo a la Procuraduría de los Derechos Humanos, en un juzgado civil y en la municipalidad de San Lucas Tolimán, sin embargo, no tuvieron ninguna respuesta.
Cinco meses después, a través de una asamblea comunitaria, decidieron circular de nuevo el terreno comunal y realizaron una manifestación en la carretera principal que comunica a San Lucas Tolimán, hasta que el alcalde municipal se presentara al lugar.
La colonia Xejuyú se fundó en 1999
Teodoro Sotz Sicay, de 68 años, y Jesús Sajvin de 72, relatan que ellos fueron parte del grupo de personas que fundaron la comunidad Xejuyú en 1999 y que negociaron la compra venta de una parte de la finca Santa Tomás, para construir sus viviendas. Narran que en una ocasión Carlos Torrebiarte, dueño de la finca, los llamó para decirles que les iba a pagar sus prestaciones por el tiempo que habían trabajado.
Jesús Sajvin relata que él nació en la finca Santo Tomás y trabajó en ella durante 50 años. Comenzó a trabajar cuando tenía 12 años, por eso, dice, no aprendió a leer ni escribir, porque no tuvo acceso a una escuela. Sajvin recuerda que el dueño de la finca lo llamó para entregarle un papel para que lo firmara. Él respondió que no sabía leer ni escribir, por lo que pidió que se lo leyeran. Según Sajvin, el papel decía que el patrono les daba sus prestaciones por los años de trabajo y que tenían quince días de permiso de vacaciones junto a su familia.
“Yo no firmé el papel porque tenía que consultar con mis compañeros; solicité permiso para sonar la campana de la finca, para convocar a todos los trabajadores y de esta manera decidir de forma comunal”, recuerda Sajvin.
La conclusión a la que llegaron fue solicitar a cambio de sus prestaciones, que se les diera una parte de la finca para construir sus viviendas porque no todos los trabajadores tenían terreno propio. Carlos Torrebiarte rechazó la petición. Ante esto, tanto Sajvin y Sotz Sicay hicieron una nueva propuesta, esta vez pedían se les pagara sus prestaciones y que con ese dinero comprarían una parte de la finca, petición a la que accedió el propietario.
“Señor yo no tengo a donde ir, por qué no hacemos un negocio, que nos dé nuestro tiempo y nos vende el terreno”, esto sucedió en 1999 recuerda Sotz Sicay que dijo al dueño de la finca.
Carlos Torrebiarte les vendió a cuatro mil quetzales cada cuerda de terreno. Según Jesús Sajvin, la parte de la finca que accedió a vender fue el lugar donde estaba ubicado el potrero.
“Nos costó tanto trabajo limpiar este terreno para construir nuestras viviendas, este terreno lo hemos comprado con el sudor de nuestra frente, es por esto que tenemos ese valor de decir que es nuestro”, dijo Jesús.
Tanto Teodoro como Jesús, dicen que el mojón del terreno que adquirieron en 1999 es un camino de terracería conocido como el “camino viejo”, esta es la colindancia que les fue indicada por los dueños de las fincas Santo Tomás y Las Amalias. A decir de Teodoro, el camino viejo existía desde 1970, pero cuando se construyó la nueva carretera pasó por el terreno comunal de la comunidad, quedando de 762 varas del otro lado de la carretera, lugar donde está ubicado el tanque de agua de la comunidad.
El origen del conflicto por parte de una familia
El terreno en el que está el tanque de agua es de la comunidad, porque Carlos Torrebiarte firmó un papel cuando lo vendió, “por eso luchamos por el terreno propio, porque el trato lo hicimos nosotros, tenemos derecho a defender ese pedazo de terreno”, dijo enérgico Jesús Sajvin, uno de los fundadores de la comunidad.
Lorenzo Cumes, presidente del COCODE de la comunidad, narró que en los 22 de años de fundación de la comunidad no habían tenido ningún problema con Elmer Ambundio López, propíetario de la finca las Amalias, sobre las colindancias del terreno comunal, hasta que en mayo pasado la familia Buch Sicay adquirió una fracción de en esa propiedad y en esa misma fecha esa familia inició a vender o a lotificar el terreno que habían adquirido.
Según Cumes, la comunidad compró en el 2000 el terreno, a la finca Santo Tomás, donde está ubicado el tanque de agua, específicamente con la idea de contar con un sistema de agua y después de muchos años de gestiones. En 2008 la municipalidad construyó el tanque de agua que utiliza actualmente la comunidad.
Marta Pilar Pocop, vicepresidenta del COCODE, dijo que la lucha es por el bienestar comunitario, en ningún momento por problemas personales, “La familia Buch Sicay, de manera agresiva y sin ningún conocimiento a la comunidad, derribó el muro que se había construido y metieron toda la maquinaria para lotificar el terreno”, relató.
“No solo es un grupo de once personas que está defendiendo este terreno, son 650 familias de la comunidad, es toda la comunidad que respalda la lucha que nosotros estamos liderando”, dijo Pilar Pocop.
Prensa Comunitaria en reiteradas ocasiones intentó comunicarse con el alcalde municipal, sin obtener una respuesta.
Las intimidaciones hacia el COCODE y a la comunidad
Actualmente el órgano coordinador del COCODE lo conforman 11 personas, antes de ellos cinco integrantes del COCODE anterior renunciaron; según los comunitarios se debió a que fueron intimidados por ejercer su derecho de defensa. Posteriormente recibieron amenazas de muerte y fueron agredidos de manera física y verbal y que esta situación persiste con el actual COCODE.
Según el Cocode, en horas de la mañana del 21 de septiembre dos agentes de la DEIC llegaron a la comunidad, preguntaron por los Cocodes y de manera prepotente impidieron a las autoridades tomar fotografías sobre su visita, solamente presentaron una placa y dijeron que habían llegado por instrucciones de Julio Raúl De León González de la Fiscalía de Derechos Humanos, de la ciudad de Guatemala. Después de estar con las autoridades comunitarias fueron a hablar con la Familia Buch Sicay en el terreno donde estaban las maquinarias.
En octubre pasado el COCODE recibió la invitación a una reunión por parte de la municipalidad con la intención de solucionar el conflicto y les fue confirmado que estaría participando el gobernador Departamental de Sololá, por lo que ellos decidieron no presentarse a la cita.
Jesús Sajvin uno de los fundadores de la comunidad y quien negoció la compra venta del terreno comunal en los años 1999 y 2000 lo intentaron atropellar por un integrante de la familia Buch Sicay, por esta situación ha interpuesto una denuncia en el Ministerio Público.
“Nosotros somos gente analfabeta, nosotros no tenemos ningún tipo de título, pero buscamos la dirección de Dios y somos conscientes de luchar por el bienestar comunitario”, concluyeron las autoridades comunitarias.
La respuesta de la familia Buch Sicay y sus posibles nexos políticos
Prensa Comunitaria buscó la reacción y respuesta de la familia Buch Sicay se comunicó con Jayron Buch Sicay, integrante de la familia, pero no accedió a una entrevista; su respuesta fue la siguiente: “Agradezco su comunicación y tengo muchas ganas que me entrevisten, pero será después de un proceso que yo estoy agotando en las instancias que según corresponden, yo no soy de aquellos de hablar de suposiciones, no me parece lo que Prensa Comunitaria ha publicado o va a publicar. Mis abogados ahora ya no permiten hacer ninguna entrevista”.
Jayron Buch se identificó como periodista y se limitó a decir que detrás del conflicto hay intereses y un trasfondo social, político y empresarial, y solo porque Dios lo ha bendecido y porque se maneja a gran nivel, ha contribuido para que él esté tranquilo.
Varias personas de la comunidad que solicitaron no ser citadas, relataron que existe la posibilidad de que el terreno tenga vinculación con Allan Rodríguez presidente de la junta directiva del Congreso de la República; es por eso que agentes de la DEIC y el gobernador intentan influir en esta situación. “Que el gobernador haya venido solo para mediar en una reunión, deja mucho que pensar y posiblemente ha denunciado a varias personas de la comunidad solo por defender nuestra tanque de agua”, dicen los vecinos.
En la campaña electoral del 2019, La familia Buch Sicay apoyó al partido político VAMOS. Jayron Buch formó parte del equipo de campaña de Allan Rodríguez y Eswin Rolando Buch Tojin (tío de Jayron) fue candidato por el mismo partido, a la alcaldía de San Lucas Tolimán. En 2020 fue contratado por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y fue asignado al Viceministerio Administrativo Financiero, en el Área de Planificación Departamental, con un salario mensual de Q. 44 mil quetzales.