Quienes pretenden negociar con el bosque, sin consulta previa a los habitantes de la comunidad, violan los derechos de las poblaciones; las autoridades deben investigar a quienes hayan realizado o pretendan realizar esas acciones. Autoridad indígena maya Ch’orti’
Por Amílcar Morales
Este martes, en el municipio de Jocotán, departamento de Chiquimula, al oriente de Guatemala, nuevamente quedó suspendido un debate programado en el Ministerio Público (MP) donde la población de la comunidad maya Ch’orti’ Matazano, pretendía hacerse escuchar sobre una aparente apropiación ilegal del boque comunal por parte de personas desconocidas.
La población se concentró frente a la sede del MP donde se tenía contemplado celebrar el debate, no obstante, los señalados no se hicieron presentes y ante esa ausencia, se les indicó por parte del MP que se reprogramaría para el 15 de noviembre.
El pasado 9 de noviembre también fue suspendido el debate que estaba programado, bajo la misma excusa.
El bosque comunitario es uno de los recursos que ha sido conservado, protegido y reconocido por las comunidades indígenas maya Ch’orti’ desde hace siglos, ya que está ubicado en una de las pocas montañas que aún quedan en la comunidad y que abastece de agua al área urbana de Jocotán, Camotán y comunidades aledañas, según manifestó Damaso Aldana, autoridad indígena maya Ch’ortí’ de Matazano y defensor de derechos humanos de pueblos originarios.
Aldana calificó como “una violación de derechos de las poblaciones la que realizan quienes pretenden negociar con el bosque sin consulta previa a los habitantes de la comunidad”, y pidió a las autoridades que puedan investigar a las personas que pretenden realizar o hayan realizados esas acciones.
Más de 800 firmas de rechazo
Población de Matazano indicó estar preocupada por la destrucción de bosques en la parte norte de Jocotán, por parte de personas extrañas que han hecho negociaciones sin consentimiento de las comunidades.
Leonel García, vecino y representante de la comunidad indígena Matazano, dijo que son 30 manzanas de bosques las que estarían en riesgo si las comunidades no se unen, ya que también temen que en el futuro puedan convertirse en un espacio para exploración o explotación minera.
García agregó que las comunidades originarias de ese sector cuidan del bosque porque hacen uso de él para sacar leña o madera para construir viviendas.
Para García, existen personas mal intencionadas que pretenden apropiarse del bosque, ya que han construido una brecha para circular e impedir el paso de los pobladores que a diario caminan por el lugar.
Entre las acciones que se han emprendido por parte de comunidades e iglesias a nivel general, se han recaudado más 800 firmas donde se afirma el rechazo en contra de la apropiación del bosque.
“Cualquier persona que pretenda apoderarse de la comunidad o de los recursos tiene que consultar primero con los vecinos, porque la comunidad tiene su círculo comunitario, título histórico y por eso hacen de conocimiento a las autoridades estatales para que inicien con una investigación”, indicó García.
García añadió que a nivel nacional la minería está causando graves problemas, ejemplo de ello, en el lugar conocido como El Zompopero, en esa región del oriente, ha sido destrozada una parte del bosque que la misma comunidad tenía conservado y protegido, y se ignora por qué el Ministerio de Energía y Minas ha otorgado una licencia para la exploración y explotación de los ecosistemas y recursos naturales.
La comunidad Matazano declaró que se mantendrán en resistencia en oposición a toda clase de proyectos mineros, porque llegarán a destruir el futuro de las próximas generaciones.
También piden que cada una de las comunidades aledañas tomen conciencia y sus autoridades indígenas, Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes) puedan sumarse a la resistencia, en oposición a cualquier empresa que solo llegue a las comunidades con el interés de enriquecerse de los recursos colectivos, perjudicando la vida, la salud y la integridad física de los habitantes.
Jocotán cuenta con una extensión territorial de 635 caballerías, como parte del área urbana, las 32 comunidades y 154 caseríos. Pese a que en las últimas décadas el vestuario de la población ha cambiado, el pueblo maya Ch’ortí’ sigue vigente en sus diversos aspectos culturales, sociales y espirituales.