Por Elmer Ponce
Recientemente en un recorrido por el sitio arqueológico de Aguateca, localizado a orillas de la Laguna Petexbatún, en el municipio de Sayaxché, Petén, se pudo constatar el abandono en el que por años se ha mantenido ese sitio arqueológico, que representa un importante potencial como destino de investigación cultural y turístico. Ese sitio posee una importancia histórica relevante para comprender las Tierras Bajas mayas como una ciudad gemela de la ciudad Dos Pilas del mismo período.
No obstante, ese lugar se encuentra en condiciones deplorables y la zona es utilizada para la plantación de granos básicos, extracción de maderas preciosas y saqueo de piezas arqueológicas.
En las mismas condiciones se encuentra Dos Pilas, Tamarindito, Arroyo de Piedra, El Duende, Cancuén y Altar de Sacrificios, sin que el Estado de Guatemala a través de sus instituciones hagan algo por mantener el control.
Según la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación, en su Artículo 1, establece que precisamente el objetivo de su creación es regular la protección, defensa, investigación, conservación y recuperación de los bienes que integran el Patrimonio Cultural de la Nación y que “Corresponde al Estado cumplir con estas funciones por conducto del Ministerio de Cultura y Deportes”.
Además, en el Capítulo II sobre protección de los bienes culturales, en el Artículo 4, se cita las “Normas de salvaguardia del Patrimonio Cultural de la Nación son de orden público, de interés social y su contravención dará lugar a las sanciones contempladas en la presente ley, así como las demás disposiciones legales aplicables”
Así lo apunta la ley, pero ¿Dónde está esa protección? ¿Cuándo se empezará a hacer algo palpable y en serio? ¿Cuál es el precio que tendrán que pagar los monumentos culturales existentes hoy en día? ¿Qué dirá el Ministro de Cultura Y Deportes? ¿A quién hay que darle el aviso? Está y muchas interrogantes más quedan sin respuesta.
En cada sitio arqueológico también tiene presencia el personal del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH) que recibe a algunos turistas, porque además debe realizar acciones de protección, porque muchas personas llegan al lugar, depredan y entran, como se cita en el conocido refrán “como Pedro por su casa”.
Nadie hace nada por preservar toda la riqueza cultural y ambiental de esos lugares que se encuentran en total descuido en pleno siglo 21.