Por Hernán González
La Universidad de San Carlos de Guatemala constantemente realiza elecciones de autoridades de todo tipo, esta vez es el turno de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, entró en una nueva etapa de campaña electoral, los tres cuerpos electorales: Estudiantes, Profesionales no profesores y Profesores, elegirán al próximo Decano por un período de cuatro años.
Esta elección no tienen precedente, tendrán que realizarse en medio de la Pandemia, esta elección fue suspendida el año pasado por el Consejo Superior Universitario (CSU), por la emergencia del COVID-19. Al no realizarse la elección asumió la decanatura Astrid Jeannette Lemus Rodríguez Vocal I, quién tiene las funciones de Decano, la primera mujer que dirige a la Facultad de Derecho en los 345 años de existencia. La pandemia continúa y según las autoridades del Ministerio de Salud hay un aumento crítico de los contagios en enero de 2021.
La Facultad de Derecho, históricamente fue un bastión de intelectuales, que jugaron un papel histórico para el país, especialmente en la vida política. A tal punto que fue crucial su participación en la Revolución del 20 de octubre del 44 y en los diez años de la primavera democrática -1944-1954-. Ahora se ha convertido en un lugar de señalamientos que van desde casos de corrupción contra las principales autoridades, catedráticos señalados de acosadores, violencia entre los mismos estudiantes, comités de huelga ligados a grupos violentos, profesionales vinculados a casos de corrupción e impunidad investigados por el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, un ejemplo contundente el caso contra el juez Mynor Moto o el caso contra el ex rector y decano de esta facultad, Estuardo Gálvez.
Esta unidad académica se ha convertido en un lugar común para el tráfico de influencias, políticas clientelares y tantos males que parecen enfermedad sin cura, en dónde se vive una incertidumbre parecida a la que nos produce la pandemia como sociedad. ¿Terminará algún día?
Para cualquier profesional del derecho que quiera ocupar la decanatura de esta facultad, que quiera alejarse de todas estas prácticas deberá combatir contra la corrupción interna en la facultad y la Universidad, deberá promover una nueva reforma del pensum de estudios, las prácticas clientelares internas y asumir un papel más activo y propositivo para resolver los problemas estructurales del país o la cooptación del sistema de justicia.