Por Lencho Pez
Miman Ch’ib’al es el nombre ancestral de la comunidad Chibal Grande, localizada a 10 kilómetros al oriente de la cabecera municipal de Santa Eulalia, Huehuetenango. Cuenta con un aproximado de 1500 habitantes divididos en cuatro sectores y cada uno cuenta con un Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) y sus propias autoridades comunales.
Según testimonios de una de las personas damnificadas, a eso de la media noche del día jueves 19 de noviembre se escuchó un retumbo que nunca habían escuchado y al percatarse, era un alud de tierra que se había desprendido del cerro, a esa hora decidieron evacuar sus viviendas acudiendo a la casa de otros vecinos para pasar el resto de la noche.
Sus habitantes se vieron obligados en abandonar sus casas durante el paso de la tormenta Iota. Todo el terreno se humedeció y puso en peligro a toda la comunidad algunas familias llegaron a refugiarse en la escuela de la comunidad San Pedro Soloma una comunidad cercana.
Al día siguiente se percataron que la Iglesia Católica Renovada de la localidad, ya había sido soterrada por el derrumbe, lo cual pudo haber amortiguado la presión del deslizamiento para no acabar con las casas que están en el mismo sector. El total de las familias que quedaron sin casa son seis, que actualmente siguen esperando ayuda del gobierno central o autoridades locales, ya que es urgente que tengan un lugar donde puedan empezar nuevamente su vida familiar. Las familias afectadas dicen qué tardaron tres años de trabajo y ahorro para construir sus viviendas y que en cuestión de segundos quedaron completamente destruidas.
Eulalia, una madre de familia afectada, cuenta que el ruido de la noche del 19 de noviembre fue algo que nunca había escuchado en su vida, dice que quedó grabado en su mente y jamás se olvidará de ello hasta que se muera, no sólo yo, sino que toda mi familia, hasta los niños recuerdan cuando los tuvimos que sacar arrastrados a esa hora.
Hasta ahora un grupo de docentes que conforman la Comisión de Asuntos Sociales del Magisterio local, apoyados por los COCODES y algunos trabajadores de la municipalidad han realizaron un llamado a la solidaridad para recolectar víveres para los damnificados. Durante esta emergencia la participación de la radio comunitaria Snuq’ Jolom Konob’ fue fundamental para informar y ayudar a las comunidades afectadas.
La carretera como única vía de acceso a la comunidad quedó destruida por el paso de la tormenta Iota, haciendo más difícil para los comunitarios iniciar a reconstruir sus viviendas. Las personas han tenido que cargar los materiales de construcción por varios kilómetros. El alcalde municipal Augusto Sebastián asegura que en estos últimos días del año se dará prioridad para reparar la carretera que comunica a estas comunidades.