El Ministerio de Salud responsabiliza a la población de ser “descuidada” y no tomar las medidas necesarias para evitar el covid-19, pero analistas consideran que la cartera ha mandado mensajes contradictorios y poco claros a la población al enviar, por un lado, el de la responsabilidad personal para cuidarse y por el otro, al estimular el consumo y la actividad económica.
Por Regina Pérez
En las últimas semanas cada vez es más frecuente ver a los guatemaltecos visitando centros comerciales, celebrando fiestas y cumpleaños o participando en desfiles, sin usar mascarillas y sin mantener el distanciamiento físico, pese a que la pandemia del COVID-19 sigue latente y los casos han ido en incremento en la primera semana de diciembre.
La Comisión Presidencial para la Atención del COVID-19 (Coprecovid) informó esta semana que el uso de camas en el intensivo está aumentando y las autoridades esperan una inminente “segunda ola” de casos. ¿Pero por qué la población ha bajado la guardia en uno de los momentos más críticos de la pandemia?
Una fuente del Hospital San Juan de Dios dijo a Prensa Comunitaria que el Ministerio de Salud trata de ocultar los datos, ya que la realidad es que cada día los casos van en aumento y hay más pacientes hospitalizados.
La fuente del Hospital San Juan de Dios señala que al ocultar la realidad, el gobierno ha provocado que la población se relaje y deje de protegerse.
“Los directores de hospitales donde se atiende a la población, lo que han hecho es decir que los casos se detuvieron y empezaron a bajar”, dijo.
En los Hospitales, asegura que los trabajadores de la salud siguen sin insumos para su protección, incluso hay momentos en los que falta oxígeno y los médicos tienen que ventilar en forma mecánica. Esto no se ha dado a conocer de manera oficial, mientras que los trabajadores de la salud siguen contagiándose.
“Lamentablemente vemos que en los centros comerciales, en las calles, en los parques, grandes cantidades de personas los visitan”, dijo la persona entrevistada, quien señaló que esto eleva el riesgo de contagio.
Considera que esto se debe, hasta cierto punto, a la complicidad de las autoridades del Ministerio de Salud, dirigido por la ministra Amelia Flores, cuya gestión la compara a la del exministro Hugo Monroy, quien a su criterio lo que hizo fue maquillar y ocultar los casos.
Según dijo la fuente, en octubre y noviembre han observado que se han reportado menos casos. “Mientras el Ministerio no de datos reales, la población cree que la crisis del Covid ya pasó”, indicó.
Algunos Hospitales nuevamente están habilitando los servicios para la atención del COVID, afirma. Este dato fue confirmado por el Ministerio de Salud que señala que algunos Hospitales Nacionales como el del Roosevelt, tienen todas las camas de terapia intensiva, destinadas a pacientes con Covid más graves, ocupadas.
El viceministro de Hospitales, Francisco José Coma, indicó que se han habilitado más camas de terapia intensiva en el parque de la Industria, en Villa Nueva y en el Hospitales regional y el temporal en Quetzaltenango.
En el caso de los Hospitales de la red nacional, se esperaba que estos volvieran a su estructura de operación normal de atender consultas externas y se dedicaran a atender otras enfermedades “pero encontramos que estos hospitales, de las camas que tienen dedicado a los pacientes de COVID, en el Roosevelt el 100 por ciento de las camas por terapia intensiva están ocupadas, en el San Juan de Dios y en el Regional de Occidente un 83 por ciento”, dijo Coma en una rueda de prensa ayer.
En total en los hospitales nacionales hay 207 camas destinadas a pacientes graves y en los temporales, 126.
INUNDACIONES SE CONVIRTIERON EN LA NUEVA EMERGENCIA
La doctora Patricia Cortez, quien trabaja en el área de Salud de San Pedro Carchá, en Alta Verapaz, señala que ciertamente hubo un baja de casos graves, quizá no de casos leves. Eso le dio a la gente la sensación de que no está pasando nada.
De acuerdo con Cortez, en la primera ola murió la gente más vulnerable pero actualmente aunque ha habido muertes, como la gente no percibe igual la situación, relajaron las medidas en torno al virus.
En el municipio donde ella trabaja, desde hace seis meses la gente ya no utiliza mascarilla y considera que eso se debe al mal manejo inicial que se le dio al COVID-19.
Un joven piloto de mototaxi fue el primer contagiado en el municipio en ser trasladado al Hospital temporal del parque de la Industria. Cuando dio negativo, el alcalde de Carchá, Winter Coc, organizó una caravana para ir a traerlo.
Ofrecieron una conferencia de prensa diciendo que el primer contagiado de Carchá se había curado y hasta le dio Q2000 al joven por el tiempo en que no pudo trabajar, cuenta Cortez.
“A partir de ahí, nadie usó mascarilla en el pueblo”, comentó.
ES MÁS FÁCIL QUE CAIGA UN CERRO A QUE LES DE EL CORONAVIRUS
Con las inundaciones que afectaron Alta Verapaz, tras el paso de Eta e Iota, las personas tampoco usan la mascarilla, porque no es prioridad para ellos comprarla y porque ya no tienen miedo al virus, dijo Cortez.
De acuerdo con la doctora, ahora está todo normal y la gente afectada por las inundaciones acude más a las iglesias. “Incluso durante el toque de queda hubo iglesias que abrieron, y más ahorita con la debacle de las inundaciones, las iglesias están llenas, la gente tiene que buscar algo a que aferrarse y la iglesia les da la opción de que en algún momento van a estar bien”, indicó.
Según relata, para las comunidades de Alta Verapaz que fueron más afectadas por la tormenta, hay otros riesgos en los que enfocarse más que el coronavirus. “Es más probable que les caiga el cerro encima a que les dé coronavirus, así lo ven, no sienten el riesgo tan grande”, subrayó.
La tormenta Eta que inició a principios de noviembre enterró a la aldea Quejá, ubicada en San Cristóbal, Alta Verapaz y decenas de personas quedaron soterradas. Aldeas como Campur, donde trabajaba Cortez quedaron bajo el agua totalmente.
La ministra de Salud, Amelia Flores señaló que departamentos afectados por las tormentas, entre ellos Alta Verapaz, San Marcos, Izabal, Petén y Chiquimula tienen al menos ocho municipios con alerta roja. Las tormentas agravaron la situación, dijo Flores, en una rueda de prensa.
FALSA SENSACIÓN DE SEGURIDAD Y DESINFORMACIÓN
La doctora Nancy Sandoval Paiz, Presidenta de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (AGEI), considera que la razón por la que la población parece haber relajado las medidas para evitar los contagios es porque las personas pueden estar cansadas y agotadas de estar resguardadas o de tanta información y desinformación.
“Con las medidas preventivas que sabemos que funcionan, ya van 9 meses sin control de la misma, además tener una falsa sensación de seguridad a lo que contribuye la falta de información respecto de los casos, de los fallecidos; no es fácil ahora encontrar los datos en un tablero disponible electrónicamente o en plataformas, además de que es confuso entenderlo si no te lo explican con detalle”, explicó Sandoval, en una entrevista por correo electrónico.
Según Sandoval, los mensajes que se envían es que el virus sigue sin control en el país pero vemos todo abierto, “no hay fiscalización ni mucha verificación del cumplimiento de protocolos”. Hace falta insistir y comunicar efectivamente los riesgos a la población para que puedan tomar sus medidas preventivas, precisó.
Por otro lado, señala que las ayudas económicas no han llegado a la población más necesitada que tiene que salir “porque la gran mayoría de personas en Guatemala vive de la economía informal, las mascarillas y los insumos para protección personal también los tienen que comprar porque el gobierno no se ha visto que abastezca de estos a la población de manera regular”, señaló.
MSPAS CONTROLÓ LA INFORMACIÓN
Esta semana el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) dio a conocer que los casos se han incrementado en un 14 por ciento en la primera semana de diciembre. No obstante, datos clave como la ocupación de camas en el intensivo de los hospitales temporales apenas fueron dados a conocer.
Karin Slowing, de Laboratorio de Datos, una plataforma que analiza e interpreta datos del COIVD-19, señaló que el gobierno, al dar la información sobre el uso de camas en el intensivo, una información que nunca fue pública, tiene control sobre el mensaje público que transmite y señala que no siempre fueron abiertos con los datos.
En los momentos más críticos de la pandemia, sin información de cómo estaba la situación en los hospitales, porque no había como obtenerla, el ciudadano no tenía la posibilidad de ver que estaba pasando sin las estadísticas, argumentó.
“Los mensajes de los médicos en redes daban una idea…lo que ha caracterizado a esta gestión es controlar la información para que el mensaje a la gente es que todo está bien y se abrió la economía”, señaló Slowing.
Por su parte Sandoval, de AGEI, considera que la responsabilidad y liderazgo del MSPAS para el manejo de esta pandemia debió ser crucial para una mejor guía, que en su opinión dista mucho de ser óptima. “Desde la falta de claridad en el tablero y semáforo, poca orientación a la población de cómo manejarse en medio de un país abierto sin control de la pandemia, hace falta mucha educación, divulgación que llegue a la población, manejo transparente y oportuno de los casos y riesgos”, agregó.
De acuerdo con la presidenta de AGEI, es preocupante también la preparación del sistema de salud frente a la inminente segunda ola de casos de la epidemia en el país, “no se trata sólo de equipos de protección personal o camas disponibles sino de camas de área crítica, con ventiladores mecánicos y sobre todo lo más importante con el personal sanitario necesario, que está cansado, fatigado y que aunque es el recurso más valioso tampoco ha sido tratado como tal y no vemos que se hayan incrementado el número de contratados en salud pública”, manifestó.
SLOWING: CON MENSAJES CONTRADICTORIOS, MEDIDAS SE RELAJAN
Slowing indicó que el gobierno ha dado un doble mensaje a la gente. Por un lado el mensaje de la responsabilidad personal, uso de mascarilla y medidas, y por el otro, el estímulo del consumo, las salidas, la actividad, considera que ambas cosas son incompatibles.
“¿Al final qué hace la gente cuando recibe mensajes confusos? Adopta lo que más le acomoda y si a eso le suma la desinformación, la falta de educación, más bien lo que sorprende es que todavía se está usando la mascarilla”, dijo Slowing.
Según indicó, hay una contradicción en los mensajes oficiales y el mensaje que sale de la autoridad pesa mucho en la sociedad guatemalteca. “Aquí el mensaje es usted es responsable de morirse y al mismo tiempo, consuma, haga sus convivios con cuidado. El mensaje principal es que ya pasó el virus”, manifestó.
¿QUÉ HACER ANTE LA SEGUNDA OLA?
Autoridades del MSPAS alertaron esta semana por el aumento de casos de Covid-19, en un 14 por ciento en la primera semana de diciembre. Según la ministra de Salud, en diciembre se espera la segunda ola por “los descuidos” de la población, como la asistencia a bodas, desfiles y visitas a centros comerciales, sin adoptar medidas como el uso de mascarillas.
Según informó Flores, se realizan de 4000 a 4500 pruebas diarias de COVID-19. El correspondiente al 9 de diciembre, (el dato más reciente hasta el cierre de este reportaje) es de 4417 pruebas realizadas de las cuales 754 fueron positivas, un porcentaje del 17 por ciento.
La doctora Sandoval recomienda a la población que busquen dónde informarse de los casos positivos relacionados con las pocas o muchas pruebas realizadas día a día.
“Hasta que de las pruebas realizadas no haya menos de 5% positivas por más de dos semanas seguidas no es seguro andar en la calle y por ello deben tener sus precauciones si tienen que salir por algo esencial, esto es la utilización correcta la mascarilla, buscar siempre el distanciamiento físico al menos de 2 metros, higiene de manos con agua y jabón o alcohol en gel al 60-70%”, aconsejó.