El megaproyecto mal llamado Tren Maya contempla 1,500 km de tren divididos en 7 tramos. Cada uno de estos tramos ha sido concesionado, o está a punto de serlo, a alguna empresa del gran capital. Mientras el discurso oficial afirma que el mal llamado Tren Maya es un proyecto comprometido con el desarrollo social del pueblo, el mapa de las concesiones muestra que quienes se ven beneficiados a partir de este desarrollo, son los grandes emporios. En la página oficial del mal llamado Tren Maya se afirma:
“Como tal, el Tren Maya se apega a los 12 Principios Rectores de la Cuarta Transformación y a los 3 ejes del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024, entre ellos:
– No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera
– Democracia significa el poder del pueblo
– Hacia una democracia participativa
– Consulta popular
– Mandar obedeciendoPor primera vez, el gobierno se acerca a las comunidades con el ánimo de construir, entre todos y a través del diálogo, un proyecto de desarrollo regional que pone a la gente como el centro de las decisiones.
El tren es un ejemplo de cómo pueden y deben ser los proyectos de infraestructura centrados en las personas.”
Este discurso de la actual administración que insiste en presentar esto como un proyecto democrático, que empodera al pueblo, y que va a desarrollar la zona, contrasta o se enfrenta con la realidad de la resistencia organizada de los pueblos, con la historia de turismo destructivo de la zona, y con los múltiples señalamientos por parte de especialistas de que el proyecto es profundamente nocivo para la región. Esta nota pretende reunir brevemente el mapa de las concesiones del mal llamado Tren Maya para mostrar otro de los rostros que el gobierno pretende ocultar y que revelan otra cara de la historia de saqueo alrededor de este proyecto.
Tramo I Selva: Palenque – Escárcega (228 km aprox.).
Este tramo fue concesionado por FONATUR a Mota-Engil México SAPI de C.V. en convenio con China Communications Construction Company LTD, Grupo Cosh S.A. de C.V. Eyasa S. de R.L de C.V y Gavil Ingeniería S.A. Esta concesión es notable debido a que una de las empresas implicadas, Mota-Engil, tiene otros megaproyectos en marcha en el país que han sido conflictivos y que han quedado endeudados (la carretera Siervo de la Nación en Edo. Mex. y Costa Canuva en Nayarit). Mientras otra de ellas, China Communications, tiene denuncias a nivel internacional por proyectos corruptos llevados a cabo. Esta empresa estuvo vetada durante ocho años por el Banco Mundial por ‘desarrollos fraudulentos’ en Filipinas; mientras que una subsidiaria suya ‘fue incluida por Bangladesh en su ‘lista negra’ por un intento de soborno a funcionarios’.
Tramo II Golfo: Escárcega – Calkiní (235 km aprox.)
Este tramo fue concesionado al consorcio formado por Carso Infraestructura y Construcción (CICSA) y la española Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Dicha concesión se adjudicó el jueves 30 de abril y es el mayor contrato, hasta la fecha, adjudicado por el gobierno de la llamada Cuarta Transformación. Esto no tiene nada de transformador. Grupo Carso tiene un largo historial de contratos ventajosos con las diversas administraciones del Estado mexicano. Sería bueno recordar la venta de Telmex a Slim en 1990, defendida por Carlos Salinas de Gortari en este artículo de El financiero.Éste último fue escrito en 2014, en el contexto de la reforma a las telecomunicaciones, que también resultó en beneficio profundo para el mismo empresario quien la aplaudía desde el inicio.
Tramo III Golfo: Calkiní – Izamal (172 km aprox.)
Este tramo fue concesionado al consorcio formado por Construcciones Urales, GAMI Ingeniería e Instalaciones y AZVI. La concesión es notable, debido a que una de esas empresas participó en la construcción de una sección del segundo piso del periférico de la Ciudad de México durante el gobierno de López Obrador. Esa misma empresa, GAMI Ingeniería e Instalaciones estuvo a cargo de la obra de la nueva sede del Senado de la República. Ésta última, estaba planeada inicialmente con un presupuesto de 1 mil 699 millones de pesos. “Sin embargo, en mayo de 2013, se dio a conocer que, de acuerdo con el Estado de la Situación Financiera de la Cámara alta, el monto total del gasto ejercido en la construcción a cargo de GAMI fue de 4 mil 032 millones de pesos; hasta 2 mil 333 millones más, un 137% de sobrecosto.” (Animal Político).Mientras que Construcciones Urales también será encargada de construir el Tren Transístmico, otro de los megaproyectos promovidos por el capataz en turno: “Regiomontana de Construcción y Servicios (RECSA) y Construcciones Urales, conforman el consorcio encargado del desarrollo y la modernización de 42 kilómetros del tramo ferroviario que va de Medias Aguas a Ubero en Veracruz, a Salina Cruz, Oaxaca, y forma parte del proyecto del Tren Transístmico, con una inversión de 19 millones de pesos por kilómetro.” Tramo IV Golfo: Izamal – Cancún (257 km aprox.)Este tramó se adjudicó de manera directa, sin licitación, a ICA. Jiménez Pons de FONATUR justificó el hecho diciendo que esa empresa es concesionaria de la vía carretera existente por 30 años más. A pesar de que la carretera que va de Izamal hacia Cancún es federal, ICA tiene la concesión. Según Jiménez Pons se trata de dos cuerpos carreteros: por uno se construirá la vía férrea, el otro se va a ampliar para restituir los 4 carriles. Se adjudicó a ICA para “que haya un arreglo con ellos en corto” [Jimenez Pons dixit] y no tener que entrar en litigios para quitarles la concesión.
Tramo V Caribe: Cancún – Tulum (121 km aprox.)
¿Black rock?
Black Rock se asume a sí misma como la empresa administradora de activos más grande del mundo. Esto quiere decir que es el capital del sector financiero más grande del mundo. En pocas palabras, una empresa que maneja deuda y especulación a niveles superlativos. Y es también el principal inversionista de la Bolsa Mexicana de Valores. Black Rock tiene ya tiempo siendo un capital fuerte en territorio nacional. Durante el sexenio de Peña Nieto, Larry Fink declaró su euforia con las condiciones de inversión del país. En 2016, en Acapulco declaró:
“México es uno de los lugares más seguros para invertir… vivimos en una buena región, en la mejor del mundo”, les dijo.” No es la primera vez que el cofundador, presidente y CEO de la administradora de activos más grande del mundo habla maravillas sobre México. En octubre del 2013, Fink elogió las reformas estructurales impulsadas por Enrique Peña Nieto: “México está comenzando una revolución real”, dijo ante estudiantes de la Universidad de California. “Van a tener una oportunidad tremenda de crecer”.
La euforia de Black Rock se profundizó con la entrada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno de México. Según unanota del economista de noviembre de 2019, fue tan grande su entusiasmo por el rumbo que tomó el país, que en 2019, compró Impulsora de Fondos Banamex:
“Seguimos viendo a México como un gran país en el cual queremos seguir invirtiendo, pero como inversionistas queremos que haya más certidumbre y transparencia en todas las inversiones que hacemos”, destacó la directiva. Recordó que una muestra de la confianza en el país es la compra de Impulsora de Fondos Banamex que hicieron el año pasado, la cual fue la inversión “más grande que jamás habían hecho en un país en desarrollo”. La adquisición por 34,000 millones de dólares se realizó en septiembre del 2019, después de las elecciones presidenciales en México y en un momento de volatilidad e incertidumbre en el mercado nacional.
Otras notas que circulan en la red señalan cierta relación de Black Rock con capitales que se mueven en el país desde tiempos de Salinas de Gortari. Lo que es claro, es que Black Rock se lame los bigotes por subirse al mal llamado Tren Maya.
Black Rock presentó una Propuesta no solicitada para el tramo 5 antes de la publicación del concurso. Mientras la convocatoria ‘para participar en el concurso público denominado ‘Proyecto Carretero Tulum-Cancún (…) en su tramo Tulum-Playa del Carmen-Entronque Aeropuerto de Cancún’, trayecto carretero paralelo al trazo del tramo 5 de la obra ferroviaria bandera de esta administración’ se publicó el martes 23 de junio de 2020, ya desde el 8 de junio de mismo año Fonatur había informado a los representantes legales de Black Rock en México, que su propuesta no solicitada era procedente.
Si bien el 5 de julio se había informado que el resultado de la licitación del Tramo 5 se daría a conocer a principios de Agosto; el 14 de agosto se informó que el fallo se daría a conocer hasta el 31 del mismo mes. Ya Jimenez Pons había declarado que Black Rock llevaba la ventaja, aunque era necesaria la licitación. Ahora se sabe que el consorcio encabezado por esta empresa, es el único contendiente en la licitación.
El consorcio está formado por: Greenfield SPV VIII S.A.P.I. de C.V. en participación conjunta con BlackRock México Infraestructura II S. de R.L. de C.V.; Promotora y Desarrolladora Mexicana S.A. de C.V.; Promotora y Desarrolladora Mexicana de Infraestructura S.A. de C.V.; PRODEMEX Construcciones SA de CV y Constructora de Infraestructura Nacional S.A. de C.V.
Tramo VI Caribe: Tulum – Bacalar (254 km aprox.) y Tramo VII Selva: Bacalar – Escárcega (287 km aprox.)
Se anunció en mayo de este año, que los dos últimos tramos de este megaproyecto serán construidos por la SEDENA. Sobre estos dos tramos no hay información que circule en redes ni en medios de información. No sorprende. Los militares no rinden cuentas públicas nunca. Lo que es de notar es cómo, esta administración ha decidido entregarle todo a los militares: además del mayor presupuesto de los últimos 12 años, también entregó el desarrollo del Nuevo Aeropuerto de Santa Lucía, el manejo de dinero de programas sociales, entre otros asuntos.Es notable que estos dos tramos constituyen, prácticamente, una tercera parte del total del proyecto: 541 km de los 1554 km totales. La asignación a la SEDENA de estos dos tramos se suma al hecho de que de los 230,000 efectivos desplegados en territorio nacional, la vasta mayoría están concentrados en torno al desarrollo de los megaproyectos.
Este mapa muestra algo: No importa quién sea el capataz que cuide la puerta en México, el patrón sigue siendo el gran capital. Las mismas empresas de siempre, los consorcios más grandes del mundo, se dan cita para destruir una forma de vida en la península Maya y reconstruir un paraíso para la ganancia basada en la explotación y el despojo. La suma de los datos es clara. Lo que queda de Estado mexicano es esto: un capataz que administra y cuida la finca al patrón, además de organizar también a los guardias blancas que le van a cuidar el territorio.
Publicado originalmente en Grieta