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Chipuac: la aldea donde la existencia del coronavirus está en duda

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Créditos: Redes Sociales
Tiempo de lectura: 7 minutos

PorGilberto Escobar

En la aldea Chipuac, en Totonicapán, los pobladores dudan de la existencia del coronavirus. La falta de información sobre la enfermedad y explicaciones sobre la muerte de una persona se convirtieron en las principales razones de la discordia entre pobladores y autoridades.

Seis personas se reencontraron con sus familiares después de 29 días de estar en cuarentena en el hospital improvisado en el Centro de Ferias y Mercadeo de Quetzaltenango (Cefemerq). “Aquí estamos presentes” y “Dios es Grande” fueron dos frases que repitieron las personas recuperadas de la covid-19 en un discurso improvisado brindado a la comunidad durante una bienvenida jubilosa.

“De la mente no se borra la imagen de los uniformados en mí patio, todo fue muy rápido, y apenas nos dio tiempo de planificar la partida, dos días antes a mi esposa se la llevaron con orden judicial”, contó Carlos, quien bajo la condición del anónimato, accedió a  relatarnos los 27 días en el hospital, los más largos de su vida.

Los vecinos que regresaron a sus hogares, luego de guardar cuarentena en el hospital, denunciaron que Jorge Mario Cabrera, gobernador departamental, los ha investigado y temen por su seguridad, “agradezco al flamante gobernador que se dedicó a investigarme”, fue una de las ideas que expresó una de las personas que retornó a la comunidad.

“Fue extraño que durante los días que estuvimos en Cefemerq intente utilizar mi teléfono y hacer llamadas por WhatsApp, pero no pude. Ahora que estamos en la comunidad no tenemos problemas de comunicación”, comentó Carlos quien sostiene que su celular pudo haber sido intervenido por autoridades de Gobernación de Totonicapán, durante su estancia en el centro médico.

Varios pacientes que regresaron del hospital señalaron también que sospechan que sus teléfonos podrían haber sido intervenidos. Al consultarle sobre las sospechas de las personas, el Gobernador Cabrera respondió: “agendemos una entrevista”.

Por otro lado, uno de los pacientes entrevistados, quien prefirió el anonimato, mencionó que sobre el fallecimiento de una mujer en el hospital departamental “el Gobernador no ha aclarado la muerte de la vecina si fue por covid-19 o de otra enfermedad”.

La paciente de 61 años era originaria de la aldea Chipuac de Totonicapán, falleció cuando era trasladada al Hospital de Villa Nueva, el sábado 25 de abril.

En la aldea de Chipuac confluyeron dos hechos: la poca información de la Gobernación sobre la causa de muerte de una mujer; y la falla en la señal teléfonica de los teléfonos celulares de varias personas que guardaron cuarentena en el hospital temporal de la ciudad de Quetzaltenango, y que según ellos, la responsabilidad es del gobernador Cabrera.

25 de abril por la tarde

Totonicapán empezó a ser noticia el sábado 25 de abril a las 21 horas, cuando vecinos de la zona 3 de la cabecera departamental se organizaron para evitar el entierro de una mujer de 61 años, que falleció presuntamente por la covid-19, en el Hospital Nacional José Felipe Flores.

La paciente era de Chipuac. Esa misma noche Luís Herrera, alcalde municipal, oficializó las causas del fallecimiento de la paciente, confirmó que fue por causa del coronavirus, pero los vecinos sostienen que no. “Ella tenía varios padecimientos, y nunca se dejó claro el motivo de su muerte”, mencionó la fuente anónima. Pero las autoridades no fueron transparentes en el manejo información.  

Por el caso se instaló un cordón sanitario desde el 7 de mayo al 5 de junio en los caseríos de Tzanjuyup 1 y 2.

Los días tiene más de 24 horas

“Puedo asegurar que el día tiene más de 24 horas”, mencionó Carlos, quien a su regreso, agradeció las ayudas y el apoyo moral que recibió de varios vecinos.

“Las actividades cotidianas de la comunidad cambiaron, en Cefemerq el único espacio que tenía era una cama en donde no se podía dar más de una vuelta, a veces mirábamos televisión y allí se pasaba el tiempo. Los días fueron difíciles moralmente, pero físicamente estamos bien”, relató Carlos. 

El regresó de estas personas no fue como hubieran esperado. Uno de los pacientes se encontró que había recibido una cita por abandono de hogar en el juzgado de familia de Quetzaltenango. “Cuál abandono de hogar, yo no me fui, a mí me llevaron con orden judicial, y no pude hacer nada”, agregó.

“Tenía muchas dudas de cómo es el proceso legal, me asusté, pero busque asesoría legal y entendí que el proceso no tenía lógica”, agregó.

El pasado 5 de junio el juzgado de familia de Totonicapán cerró el caso. No procedió, nos relató el paciente.

El regreso

“Durante el tiempo que estuvimos nunca nos dieron medicina, a veces nos tomaban la temperatura, y solo nos proporcionaron una constancia donde decía: recuperado, y fue así como salimos”, agregó Carlos, quien recuerda que durante su estancia solo pidió pastillas para la gastritis que padece, “la alimentación del lugar me estaba afectando, pedí medicamento y faltando pocos días para salir me lo proporcionaron”.

Carlos agregó que “la ayuda de los vecinos fue fundamental, nos donaron manzanas, galletas, y producto de primera necesidad, a veces papel higiénico”.

“Se llega y deja en la puerta los productos, solo se decía para quien va dirigido”, mencionó un vecino que varias veces fue a dejar ayuda para los vecinos.

Al regresar del hospital, varias personas de Chipuac empezaron a dudar de la autenticidad del coronavirus. “Esa enfermedad no existe”, mencionaron varios de los que estuvieron en el centro y contaron que no tuvieron ningún síntoma al estar allí, algunos por más de 25 días.

“Nos hicieron tres hisopados, pero nunca nos dieron los resultados”, agregó Carlos.

“En varias comunidades no se cree en el coronavirus porque es algo que no se ve”, mencionó Keyner Gómez Vásquez, médico cirujano y partero, los siete años de experiencia en salud comunitaria le han permitido aproximarse a la dinámica de los pueblos alrededor de la salud y las enfermedades.

Al respecto de la enfermedad Gómez mencionó, “para los pueblos es un castigo por el daño que han realizado”.

El médico explicó que una de las razones de la desconfianza se explica en la forma de comunicar de las autoridades, por ejemplo, recuerda las jornadas de vacunación, “en algunas comunidades las ven como algo negativo, pero también existe mucha influencia de los miedos que se inculcan a nivel social”.

Que tu alimento sea tu medicina

Al ser consultado sobre la concepción de los pueblos hacia la enfermedad Rigoberto Quemé Chay, antropólogo e investigador del Centro Universitario de Occidente, de la Universidad de San Carlos, y primer alcalde indígena de Quetzaltenango por el comité cívico Xel-Jú, en 1995, mencionó que todos los pueblos tienen diferentes formas de concebir la enfermedad y no todos los pueblos práctican su cosmovisión.

“La enfermedad es parte del ser humano, no es ajena a la vida, y no se ve como una desgracia, se ve como un acontecimiento que tarde o temprano va suceder, y se agradece la enfermedad”. Quemé Chay recordó que su abuela decía “agradezcamos la llegada de la enfermedad, y cuando partía también se agradecía”.

“Quienes conservan las prácticas desde la cosmovisión maya saben que la enfermedad no es un castigo, es el complemento de la vida”, agregó Quemé.

Al respecto el exalcalde de la ciudad de Quetzaltenango agregó un elemento que permite un acercamiento a la forma de ver y entender la presencia de las autoridades de Salud en Chipuac. Para Quemé la presencia del Estado en las comunidades ha sido una experiencia represiva, por ello dice, “es lógico que a nivel comunitario al Estado no se le crea”.

La desconfianza es a las instituciones, sobre todo las de Salud,  “la gente busca el médico porque confían en la persona, pero no en las instituciones”, agregó Quemé.

Poca comunicación y racismo estructural

El médico Juan Carlos Verdugo, quien además cuenta con una amplia experiencia en medicina social, y del 2006 a 2017 se desempeñó como viceministro de salud, y ahora es director del Instituto de Salud Incluyente (ISIS), sostiene que “la comunicación no ha sido la adecuada durante la pandemia, y esa es una debilidad a nivel comunitario”.   

“Los servicios de salud deberían comunicar en su idioma materno, en esta pandemia una de las barreras es el idioma, no todos hablan español en el país”, mencionó Verdugo, quien hace énfasis en la necesidad de un sistema de Salud con pertinencia cultural en el país.

“En las comunidades no tienen información del covid-19, la pandemia se está manejando con el mismo racismo estructural de siempre, existe un divorció entre la comunidad y las instituciones”, señaló Verdugo.

Para el director del Instituto de Salud Incluyente en un sistema de salud pertinente se deberían trabajar mensajes de información de la pandemia validados por las comunidades en donde participen, comadronas, Ajquij, terapeutas mayas, y autoridades comunitarias.

Al consultar a Verdugo la razón de porqué en las comunidades dudan del sistema de salud mencionó que “el problema no son las comunidades, el problema es el sistema de salud que llega al área rural con racismo, y discriminación”, eso permitiría una explicación preliminar sobre la concepción que los comunitarios tienen de los representantes de instituciones,  “los miran como gente de afuera y no los aceptan”.

Nada claro

Carlos enumeró a cuatro menores de la comunidad que se quedaron solos mientras las madres guardaban cuarentena en el hospital temporal de Quetzaltenango, durante ese tiempo cada uno de ellos fue atendido por algún familiar. “Los del centro de salud mencionaron de alguna ayuda para los menores pero nunca llegó”, ninguno de los menores llega a los 18 meses.

 “Entiendo que el gobernador de Totonicapán, quieren tapar el problema de la muerte de la vecina, nos tomaron como pruebas supuestas, pero nada queda claro en Chipuac sobre la muerte de la vecina”.


Fotografía publicada en Facebook de la aldea Chipuac, Totonicapán.

El 5 de junio el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) publicó el acuerdo Ministeriales 147-2020 en donde se dejan sin efecto el cordón sanitario establecidos en la Aldea Chipuac en los caseríos de Tzanjuyup 1 y 2, implementado desde el 7 de mayo.

Según datos oficiales, hasta el 16 de junio se reportaron 57 casos de covid-19 en el departamento de Totonicapán.

Al ser contactado el Gobernador departamental de Totonicapán, vía telefónica no respondió, y solo contesto un mensaje vía WhatsApp para poder acordar una entrevista la cual no se concretizó.

El Gobernador de Totonicapán

El pasado 14 de enero, Jorge Mario Cabrera Ordoñez asumió el cargo de Gobernador del departamento de Totonicapán.

Según acta del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de fecha 9 de marzo de 2019, el actual gobernador fungía como representare legal del partido VAMOS.

“Aquí no ha quedado nada claro”, mencionaron los pacientes que regresaron del hospital temporal de Quetzaltenango, quienes siguen sin encontrar explicación a la muerte de la vecina de 61 años.

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