Por David Toro
Cinco amigos del barrio Gerona, en la zona 1, se organizan para apoyar a sus vecinos con víveres, mascarillas y desinfección cada fin de semana de áreas comunes.
El barrio Gerona es uno de los más antiguos de la ciudad de Guatemala, fue fundado en el primer cuarto del siglo XX, en el oriente del centro histórico, originalmente era conocido como Llanos de Gerona y su área urbana era de apenas siete cuadras según el portal Guatemala.com. En en la actualidad abarca de la 16 a la 19 calles, entre la 14 y 19 avenidas de la zona 1.
En Gerona se encuentra la sede central del Ministerio Público (MP), la comisaría 11 de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Parroquia de Santa María Magdalena. Antes de la llegada de la pandemia de la covid-19, sus habitantes se movilizaban en la ruta 101 de los buses urbanos que se pasean por las calles del barrio para llegar a su destino final en el Parque Colon o jugaban futbol en el polideportivo del barrio.
Uno de los símbolos más icónicos de este barrio es que está atravesado por las oxidadas vías del tren, cerca de sus calles se encuentra “La Línea”, un sector conocido por la prostitución, donde muchas mujeres son esclavisadas por la trata de personas y ofrecen servicios sexuales en medio de la delincuencia y la extorsión.
Hace cinco meses Douglas y cuatro de sus amigos, que crecieron juntos en el Barrio Gerona, tomaron la iniciativa de recaudar víveres para apoyar a las personas de escasos recursos durante el embate de la pandemia, “pedimos colaboración de los vecinos a través de las redes sociales y respondieron donando huevos, cereal, frijol y otras cosas. La primera entrega que hicimos en abril logramos juntar 30 bolsas para personas necesitadas”.
Para complementar la ayuda, los voluntarios se organizaron para realizar cordones sanitarios alrededor de la subestación de la Policía Nacional Civil (PNC) y del mercado local, que funciona en la 10 avenida y 10 calle del centro de la ciudad de Guatemala, “ahí estuvimos durante un mes desinfectando los zapatos de las personas y carros que entraban al barrio”.
Desde hace dos semanas los voluntarios salen los fines de semana a desinfectar teléfonos públicos, banquetas, gradas, puertas y ventanas, cuentan con el apoyo de la PNC para realizar este servicio comunitario sin inconvenientes.
Los vecinos también han mandado a imprimir dos centenares de mascarillas para vender a Q5 cada unidad y así poder reunir fondos para nuevas bolsas con víveres para los vecinos que durante la pandemia han quedado sin trabajo para poder sobrevivir.