Por: Rony Morales
En el marco de la defensa de la tierra, comunidades, organizaciones, miembros de medios de comunicación populares, radios comunitarias y la cadena radial FGER, en apoyo a la Red Nacional por la Defensa de la Soberanía Alimentaria en Guatemala (Redsag) realizaron jornadas de formación, edición y creación de cuñas, spots y microprogramas con el fin de defender las semillas, que son bienes naturales relacionados con la producción de alimentos, y de defender el agua y la biodiversidad, que están cada vez más en situaciones de riesgo.
Durante la sesión de trabajo, los miembros de Redsag mencionaron que es necesario cambiar los hábitos de consumo, ajustándolos a las necesidades reales y optando en el mercado por bienes y servicios que favorezcan la conservación del medio ambiente. Es recomendable producir nuestros propios alimentos a través de huertos familiares y parcelas diversificadas para no depender en su totalidad del mercado.
Es por ello que en las búsquedas de alianzas en la lucha por la soberanía alimentaria, la red mira como una de sus estrategias la comunicación y la difusión de contenido de consumo sano y responsable en los diferentes medios. Comunicación viene de comunidad, comunicar es poner en común el compartir, ponerse de acuerdo en diálogos diversos, por medio de diferentes instrumentos como la radio, la televisión, la fotografía y la prensa comunitaria. Estos medios sirven para comunicarnos, hablar y convivir a diario, algo fundamental en la búsqueda del buen vivir y en el desarrollo de la vida, que es un derecho humano.
Se abordaron diferentes temáticas, una de ellas es la de las amenazas, y la ratificación del convenio sobre la diversidad biológica, a través del decreto número 5-95 del Congreso de la República, en el que se propicia la adopción de protocolos que no son más que la legalización de un sistema de saqueo, que formaliza las condiciones de orden administrativo por medio de instituciones gubernamentales que actualmente están promoviendo políticas públicas respecto a la regulación de los compromisos derivados del Protocolo de Nagoya. Estos protocolos únicamente generan condiciones para que las empresas nacionales y transnacionales fortalezcan las estrategias para ampliar el control sobre la mercantilización de la biodiversidad, recursos genéticos y conocimientos tradicionales.
En el caso de Guatemala, se ha otorgado al Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) la discrecionalidad para el otorgamiento de contratos que faciliten la ruta de otorgamiento de concesiones, patentes, registros, cambios de regalías, tasas de acceso y licencias de comercialización, entre algunas de las condiciones preferenciales acordadas entre el Conap y las empresas, que no representan beneficios para las comunidades indígenas.
Para el colectivo Aj Mayon, la diversidad de las comunidades campesinas e indígenas, así como sus sabidurías, tienen una gran importancia frente a la crisis actual. Estas sabidurías tradicionales se enriquecen continuamente a través de nuevas innovaciones y tecnologías que son controladas localmente, establecidas por sus usuarios y a disposición libre de la comunidad
El control por parte de los pueblos sobre su territorio, sus elementos naturales, la tierra y el agua a través de la Agroecología y el conocimiento ancestral son las mejores maneras de conservar la biodiversidad, como lo ha sido durante miles de años según lo comentaban en la actividad
Entre los temas puntuales que se plantearon durante los talleres están: la no aprobación del reglamento de organismos vivos modificados, la derogación de la política nacional de bioseguridad de organismos vivos modificados, la prohibición de transporte, experimentación, cultivo y consumo humano y animal de semillas y alimentos transgénicos, asimismo la expulsión de los protocolos de Nagoya y Cartagena del ordenamiento jurídico nacional.
Los precios de los alimentos en los mercados agroecológicos son menores en comparación a los precios en los mercados convencionales, porque el consumidor obtiene el producto de forma directa con el productor y las características de estos mercados, es promover una economía solidaria que beneficia tanto al consumidor, como al productor.
Para colectivos como la red por la defensa de la soberanía alimentaria (Redsag) las y los comunicadores populares jóvenes, mujeres, niños y adultos tienen un gran reto, al conocer estos temas de las diversas problemáticas del campo y poder comunicarlas.
Los temas de agroecología, soberanía alimentaria, la defensa de las semillas criolllas y conocimientos ancestrales son invisibilizados, satanizados por los gobiernos y las empresas que tratan de generar organismos derivados de biología sintética para su desarrollo agroindustrial en las comunidades indígenas y campesinas.
Hacer que cada día más personas se unan a esta labor llamada comunicación de los pueblos y lograr romper el cerco mediático de las grandes empresas es esencial para las luchas por la soberanía alimentaria, la defensa de nuestros recursos, nuestros derechos humanos y nuestra dignidad.
La comunicación comunitaria por medio de las nuevas tecnologías es importante para el intercambio de experiencias y articulación. Es una herramienta que está floreciendo en los corazones de los jóvenes comunitarios, como una forma valiosísima de educación, dialogo, intercambio, defensa y movilización por una soberanía alimentaria.