Vía Crucis
En un recinto oscuro
resguardado por sombras,
no personas,
se ahogan los gritos de 41 niñas,
sus cuerpos mancillados
claman por justicia,
nadie responde a su clamor.
Hermanas en el dolor,
unen sus manos
para resistir juntas.
Una llama se enciende:
¡Es el fénix de su voz!
Sus alas de fuego
escapan del horror.
Crucifixión
Un 8 de marzo,
los crayones
pintan de negro el cielo,
las aulas de la escuela
lloran su ausencia,
las jacarandas
dejan de florecer.
Han muerto 41 niñas,
el abandono fue su verdugo,
destinadas a llevar la cruz
desde antes de nacer.
Fariseos celebran su muerte:
-¡Niñas rebeldes de barrios pobres!
no hay nada que perder.
Mientras tanto
en el Palacio Nacional,
se lavan las manos como Pilato.
¿Qué esperar de un país que no es?
La resurrección
Que las canten los coros,
que construyan 41 efigies por su rebelión,
todas las sinfonías sean en su honra,
que en nuestro pecho
cuelgue la medalla de su recuerdo.
Ellas solo clamaban por amor,
por un lugar donde jugar,
por un plato de comida digna,
por un país donde vivir su primavera.
¡Valientes niñas!
Desafiaron el yugo
del gigante.
¡Por siempre las 41!
Porque ahora son semillas
que harán florecer
el desierto jardín
de nuestro pueblo.
Que las aves de la justicia
lleguen al árbol de su cielo,
que sus miradas aferradas a la vida
nos recuerden que el camino,
es el triunfo del amor ante el horror.
-Lenina García