Caso las Dos Erres: construyen casa de la reflexión “Para que nuestros hijos no olviden”

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Créditos: casa5
Tiempo de lectura: 3 minutos

Texto y fotografías: Elmer Ponce

Desde el 2 de enero de 2017 dio inicio la construcción de la casa de la reflexión de las víctimas de Las Dos Erres, en el municipio de las Cruces en el departamento de Petén. Esta casa será utilizada por los sobrevivientes de la masacre del parcelamiento Las Dos Erres para recordar y conmemorar esta atrocidad, cometida en 1982 en el contexto de la guerra que sufrió Guatemala, y que duró 36 años. En ese entonces, el poder Ejecutivo lo ostentaba el general Efraín Ríos Montt, y es sobre él sobre quien pesan las responsabilidades de dicha masacre.

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Visitamos el cementerio del municipio Las Cruces y pudimos ver el avance de dicha construcción. Logramos conversar con dos familiares de las víctimas que han estado por años en dicho proceso. Una de ellas es doña Juana González, presidenta del comité de construcción. Según nos comentó, son ya seis años de solicitar el proyecto: “hemos luchado para poder tener la construcción y nos han dado Q359 mil, y eso es exactamente lo que necesitamos para finalizar la casa. La fecha para poder concluir esta construcción es el 28 de abril y la inauguración está para el 3 de mayo de 2017”. Luego hizo un poco de memoria sobre cómo sucedieron los hechos: “la masacre fue el 7 de diciembre del 82, hecha por los militares que mataron toda esta pobre gente. Ellos eran inocentes. Mataron niños, mujeres embarazadas, algunos eran católicos y otros eran evangélicos pero Dios sabrá qué va a hacer con ellos. Lo que nosotros pedimos es que se haga justicia. Algunos de ellos están capturados y a uno que acaban de mandar de Estados Unidos. Pues ahí estamos que vamos a ir a la audiencia porque queremos que paguen lo que hicieron”.

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Ante el sonido de los martillos que golpeaban el concreto y los trabajadores que con el sol abrazador apresuraban el paso de la construcción, a doña Juana la acompaña su hija y doña Timotea Alicia Pérez López, que es también familiar de las víctimas. Con la mirada fija en el monumento que registra cada nombre de las víctimas, escuchaba a su compañera hablar del mausoleo: lugar donde se guardan los restos de las 205 víctimas de esta masacre y de la cual, el pasado 7 de diciembre se cumplieron 34. Doña Alicia también nos habló de los esfuerzos hechos para llevar a cabo la construcción de la casa de la reflexión: “para mí es muy importante porque a nuestros hijos, que van creciendo, nosotros les vamos contando lo que pasó. Para que ellos crean que es verdad, pedimos esta casa para que lo que antes pasó en 1982 no se vuelva a repetir. Y por parte de los familiares, pedimos esta casa de reflexión para que así cualquier persona que no estuvo en ese tiempo ni conoció ni vivió en carne propia lo que sufrimos nosotros en el año de 1982 quede esta casa como una historia, para que todo el que venga aquí conozca un poco de lo que pasó en ese año de la masacre”.

Además doña Licha, como cariñosamente le llaman sus familiares y conocidos, nos cuenta que ella perdió en esa masacre a su padre, Canuto Pérez Morales, a su hermano Cecilio Gustavo Pérez, a su esposo Abel Pérez y a Marcelino Granados Juárez. La nostalgia embarga a doña Alicia, que con la voz quebrada nos dice: “cómo quisiera ver yo a mi padre, ya tengo los 50 años. Cómo quisiera ver a mis hermanos. Si uno tan feliz que es con su familia y en ese tiempo para nosotros fue muy duro, fue muy duro perder a varios de nuestra familia en esa masacre. La construcción tendrá 25.15 metros por 18.50 metros y será el lugar que albergará el mausoleo, las lapidas con la cruz y el pozo de la vergüenza. A partir de su construcción será el destino de muchos familiares para recordar a sus seres queridos.

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