Respiración entrecortada, casi pánico, más bien ansiedad. Busco el grito entre la gente, pensé que cuando lo escuchara no sería capaz de responder, resultó que respondí lo más alto que pude; tan alto que algunos me miraron extrañados. Y entonces miré hacia delante, hacia el mar, y el mar se vertió en mí y yo supe que la era una vez estaba pariendo un corazón.
A lo lejos hay un ruidito que se escucha, es la bandera ardiendo bajo el sol de mi Patria, el sudor corriendo en las frentes que esperan, impacientes, la revolución. Otra vez busqué aquel grito, y esta vez encontré silencio total.
Agencia de noticias desde las ciencias sociales, periodismo comunitario e indígena, arte y feminismos. Contamos la realidad desde nuestras propias narrativas.