Texto: Aníbal Barillas
Foto: asilados guatemaltecos en la embajada argentina en Guatemala. Tomado de Exilio Guatemalteco en Argentina, Rodolfo González Galeoti, FLACSO-Guatemala, 2010.
HACER MEMORIA CON EL CINE
“Hacer memoria”, reconocer en el presente los vestigios del pasado, los rostros, las armas, los insultos, las heridas… Recordar, así sea con rabia, la crueldad impuesta y generalizada sobre la población, en espacios y tiempos muy concretos. “Hacer memoria” es engendrar la posibilidad de un presente y un futuro en donde la tortura de un individuo o el aniquilamiento de un pueblo no tengan cabida alguna.
Exilio de una promesa (Guatemala 2010, 45´)
Docuficción de Sergio Valdés Pedroni.
Las condiciones socio-históricas que dieron paso a la caída del gobierno democrático del coronel Jacobo Árbenz Guzmán, legado es patrimonio político del pueblo guatemalteco a lo que debemos agregar con certeza que es la exposición más visitada de todos los tiempos a nivel nacional.
Hoy hacemos un homenaje a todas aquellas personas que una vez debieron partir después del 54 y no han podido contar su historia, con un documental del cineasta guatemalteco Sergio Valdés Pedroni denominada “Exilio de una promesa”, que retrata la diáspora de hombres y mujeres exiliadas por la contra revolución.
El objetivo de esta presentación no es recalcar en la tragedia o el infortunio sino rescatar la templanza y la generosidad del espíritu humano frente a la adversidad.
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El exilio y las promesas de la historia,
Aníbal Barillas.
La primera relación de identidad que tiene un ser humano es con su cuerpo, después con su familia, su comunidad y seguidamente la sociedad y el país en el que le toca nacer. Pero parece ser que para muchos guatemaltecos en cuestiones de identidad presentan acaso una conciencia fracturada por los mismos avatares del destino político que les ha tocado vivir y el exilio es uno de ellos.
En ese sentido debemos decir que para quienes nos a tocado vivir el exilio como hijos, el sentido de la reconstrucción del tejido de las cosas dejadas y la imagen de las cosas presentes cobra gran significado, porque partir a otra tierras no solo implica dejar sino también edificar sobre la nada, no solo implica enterrar sino bregar y sembrar otras semillas en un horizonte ajeno pero siempre hermano.
Perci, uno de los personajes de Cortázar en su primera novela “Los Premios”, sin duda expresa la búsqueda del significado de la existencia a través de la interpretación de las constelaciones celestes, como si estas fueran en efecto mensajes cifrados de los cuáles podemos construir el mundo tangible. En última instancia las fugas del espíritu no son más que el reflejo de una añoranza o una esperanza nunca alcanzada. Esa cartografía que cada ser humano hace del lugar, de la gente, de las cosas y de la cultura que le tocó vivir y la forma en que esa cotidianeidad se convierte en una luz, esas cosas pequeñas que se van haciendo estrellas, esos eventos repetidos que parecen nimios y que sin embargo condensan la sustancia de nuestro ser interior.
El exilio es en principio un salvoconducto para evitar la cárcel, la muerte o la tortura y escenifica dentro de las interacciones políticas a nivel mundial la fuga del cuerpo y las ideas de los que se ven forzados a huir, proceso en el que algunos también encuentran el amor. Sergio nos comenta que sus padres lo concibieron dentro de la cárcel y nos preguntamos, qué posibilidades había de que una periodista argentina se enamorara de un periodista guatemalteco en semejantes circunstancias, tal vez solo la metafísica cortaziana pueda explicarlo.
Victor Frank, psicólogo y sobreviviente de los campos de concentración platea que la persona es capaz de sobrevivir más tiempo a una situación extrema si en su espíritu y su mente anida una esperanza, un amor, un sueño. Hablaba de esas pequeñas cosas que están más haya de los barrotes, de las mayas electrificadas y mas haya del sentido de realidad de un sujeto, de presente. Podemos pensar entonces que el ahora solo es tolerable, es soportable porque el pasado nos da una certeza de futuro, nos da la certeza de poder repetir y transitar incontables veces circunstancias estables en las cuales vamos a observar pequeñas variantes. Bajo esa interpretación el exilio representa necesariamente una ruptura con el universo conocido y tiene su propia carga de angustia.
Pero muchos son los caminos que nos llevan a trazar una concepción de mundo y muchos son los mundos que nos llevan a optar por un camino, el exilio es uno de ellos y las historias relatadas en EXILIO DE UNA PROMESA, de Sergio Valdés, reflejan esas escisiones y esa accidentalidad que provoca la persecución política y trae como consecuencia un hombre una mujer en su lucha por retornar al origen y en cuyo proceso el tiempo es un factor elástico que se extiende junto con su espera.