Texto: Gilberto Che/Rony Morales
Fotografías: Gilberto Che
En conferencia de prensa este 12 de octubre de 2016, comunidades y el colectivo de organizaciones q´eqchi´, poqomchi´, achi´ y mestizo de la región norte de Guatemala se pronunciaron reivindicando el día de la resistencia de los pueblos, a favor de la defensa de la vida y el territorio.
En la actualidad los pueblos indígenas siguen siendo vulnerables debido a una nueva forma de despojo, especialmente la familias rurales que defiende sus territorios en contra de los mega proyectos transnacionales, como la palma africana, hidroeléctricas, minerías y petróleo, que siguen despojando el territorio de las familias indígenas q’eqchi’s sin tomar en cuenta las consecuencias.
En el desarrollo de la conferencia pidieron a las autoridades respeto y que se cumpla la consulta vigente en el código municipal y el Convenio 169 a favor de los pueblos, tal como es el caso de Santa María Cahabón, donde hasta este momento no hay alguna respuesta que favorezca el proceso. Asimismo, la pronta respuesta del informe de operación de las hidroeléctricas que operan en las comunidades de San Pedro Carchá, por parte de la corporación municipal. Finalmente anunciaron una caminata a favor de la defensa del territorio el día 17 de octubre del presente años, en los municipios de Santa María Cahabón, San Juan Chamelco y San Pedro Carchá.
El pueblo q’eqchi’, poqomchi´, achi y mestizo, dueños legítimo de sus tierras, se están levantado en resistencia ante las amenazas del capitalismo implementado por capitales transnacionales, y apoyado por las instituciones del Estado con mecanismos de despojo, criminalización, impunidad y división comunitaria.
En Alta Verapaz las empresas extractivas de monocultivos, hidroeléctricas y minería se han adueñado de la mayoría del territorio y los ríos, sin consultarle a la población indígena y campesina. Estas dinámicas al igual que los desalojos violentos, son instrumentos de los terratenientes y personas que tienen sus intereses particulares.
La vida en la tierra tal y como la conocemos, depende de que se reconozca a los pueblos indígenas y las comunidades locales como custodios de nuestro planeta. Asegurar estos derechos es el eje central para construir un mundo justo y equitativo desde la salud a la educación, la participación a la paz y el crecimiento a la diversidad cultural.