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Este 1 de diciembre, la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) cumplió 79 años de autonomía, en un contexto de graves retrocesos por las intervenciones del gobierno actual, que se ha coludido con actores universitarios para amañar las elecciones a rector en 2022, y lograr imponer a Walter Mazariegos como rector de facto, 18 meses atrás, pero también para hacerse con el control del Consejo Superior Universitario (CSU), juntas y consejos directivos de esa casa de estudios.

Por Paolina Albani

Quienes abogan por una universidad independiente no son otros que los que casi siempre, han sido perseguidos por defender la autonomía de la Usac: estudiantes, profesionales y catedráticos.

En la última semana, un grupo de ellos ha salido a las calles para visibilizar desde el arte, la memoria histórica y pronunciamientos públicos, los riesgos de la perdida de autonomía y el paralelismo histórico que se vive actualmente, con el terror de Estado que se puso en marcha en la década de los 80 y que causó que decenas de ellos fueron secuestrados y desaparecidos por oponerse a los regímenes militares de la época.

Pese al clima de miedo e incertidumbre por las acciones de criminalización, este grupo ha reafirmado su compromiso para seguir adelante, defendiendo una Usac independiente.

Mazariegos no es rector, es una usurpador”, fue la consigna que corearon frente al Paraninfo Universitario, en la zona 1, este 1 de diciembre. Quienes la cantaban no eran otros que estudiantes, profesionales y catedráticos de la Usac en conmemoración a los 79 años de autonomía universitaria.

Y es que esa autonomía para autogobernarse y aportar a la formación de estudiantes para que propusieran soluciones a los problemas nacionales, fue uno de los logros de la Junta Revolucionaria de 1944.

Aludiendo a la historia, la sede del Paraninfo, donde hace 79 años se firmó la autonomía universitaria, fue el sitio que el Frente Universitario para el Rescate de la Usac escogió para manifestarse contra el gobierno de facto de Walter Mazariegos.

“Nuestra universidad está cooptada por redes mafiosas que han hecho su modus vivendi dentro de nuestra casa de estudios y en los organismos de Estado. Son redes que se articulan en el Pacto de Corruptos que hoy controla los organismos e instituciones del Estado y que desarrolla una estrategia que atenta contra el derecho al voto de la ciudadanía guatemalteca contra la sucesión presidencial y contra las mismas garantías democráticas.

En este contexto, la única manera para intentar revertir estas acciones ha sido la digna resistencia que valerosamente ha sido sostenida, no obstante, la estrategia de criminalización y judicialización emprendidas desde la Rectoría y el CSU”, expresaron.

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Estudiantes de diferentes unidades académicas como Joshua Armira, estudiante de Comunicación, leyeron su posicionamiento en rechazo a la “imposición de Mazariegos como rector”, pues “está al servicio de mafias corruptas que son cómplices de atentar contra la democracia y Estado de Derecho”.

También señalaron su repudio a la criminalización de la resistencia y a las acciones espurias del Ministerio Público de Consuelo Porras, hacia los profesionales, estudiantes y docentes universitarios que se han expresado en contra del fraude a la rectoría y que hoy tienen casos penales abiertos.

“Es un deber defender la autonomía de la máxima casas de estudios. La lucha y las demandas son legítimas. Es necesaria la organización y acción para defender la democracia de la Usac”, indicó Amira.

Posteriormente, el grupo se encaminó hacia el Paseo de la Sexta y frente al Pasaje Rubio recordaron al líder estudiantil Oliverio Castañeda de León y a los demás mártires de la Usac quienes perdieron la vida, defendiendo la autonomía de la universidad mientras estaba vigente el conflicto armado interno.

Más adelante, se integraron al plantón sobre la esquina de la 7 avenida y 9 calle de la zona 1, conocida como Comunidad 7-9, en donde autoridades ancestrales del norte del país, llevan más de 10 días concentrados para presionar a los diputados a que los reciban y escuchen sus demandas para que desistan de apoyar y promover las acciones que han ocasionado el golpe de Estado y el atraco a las votaciones.

La otra conmemoración por la “autonomía” de Mazariegos

El pasado 30 de noviembre, Mazariegos celebró los 79 años de “autonomía” universitaria en un suntuoso acto dentro del Colegio Mayor Santo Tomás de Aquino, en la Antigua Guatemala, una de las primeras sedes de la Usac en la historia. Allí enunció un discurso en el que rechazó la cooptación de la Usac.

“La autonomía no está en riesgo. El actual gobierno universitario defiende y vela la autonomía universitaria. El pueblo de Guatemala no puede permitir que un pequeño grupo los siga engañando, quienes centrados en intereses individuales, espurios y egoístas apelan a una supuesta pérdida de la autonomía. Esto es totalmente, falso”, fueron las palabras de Mazariegos en el acto.

Sin embargo, no se refirió a los casos abiertos contra los estudiantes, catedráticos y profesionales que han sido señalados de la depredación del patrimonio cultural del campus central de la Usac, por apoyar la toma de la universidad que duró 13 meses.

Ni se refirió a la vinculación que hace el MP a los enemigos políticos del Pacto de Corruptos: el binomio del Movimiento Semilla, que ha sido señalado de utilizar la toma de la Usac como trampolín de cara a las elecciones de este año.

La historia de cómo la Usac se volvió autónoma

La autonomía de la Usac se logró el 9 de noviembre de 1944, menos de un mes después de la “Revolución de Octubre”, pero su decreto fue publicado hasta el 1 de diciembre, fecha en la que se conmemora la nueva etapa de la universidad a la vida política.

En ese entonces, la Junta Revolucionaria de Gobierno nombró a la universidad con la capacidad de autogobernarse de acuerdo a sus propias leyes y estatutos, terminando con la injerencia y dominio del Estado que el dictador Jorge Ubico había instalado sobre la casa de estudios.

El tema de la autonomía llegó a Guatemala como resultado de una ola que recorrió toda Latinoamérica y que inició en Argentina tras una serie de huelgas y paros, que lograron la Reforma de Córdova, un acuerdo que consiguió la separación del Estado de la universidad pública de ese país, y que inspiró la libertad ideológica, económica, académica y social en las universidades estatales de la región.

Sin embargo, tras la caída de los gobiernos democráticos y ante la llegada de dictaduras militares al poder en 1954, decenas de estudiantes, docentes y profesionales fueron perseguidos por sus ideales, contrarios a quienes dirigían el Estado, y murieron bajo la represión y el fusilamiento en los años siguientes.

El golpe a la autonomía de la Usac y el golpe a las elecciones

A pesar de ese contexto adverso, aun durante el conflicto armado interno, la Usac pudo conservar la esencia de la autonomía bajo cierto nivel de resguardo, gracias a varios rectores y decanos que lucharon por preservar este derecho constitucional.

El panorama de persecución empezó a repetirse en 2022, cuando sería la elección a rector de la universidad y surgieron reclamos por anomalías en el proceso, que nunca fueron resueltas.

Por ejemplo, de los 170 electores que debían participar, solo 71 fueron admitidos, y hubo un solo candidato: Walter Mazariegos, de la planilla Innova, quien además fue decano de la Facultad de Humanidades.

Las voces que señalaron anomalías en el proceso advirtieron que el objetivo de sentar Mazariegos en la rectoría era no solo asegurar que el gobierno tuviese un aliado que se replegara a sus intereses, sino, el fin en si mismo, era experimentar.

Experimentar con el amaño de una elección que se repetiría en una votación todavía más importante: la de las Elecciones Generales de 2023, que, de nuevo, intentaría colocar a una figura afín al Pacto de Corruptos en la silla presidencial. De esta forma, podrían asegurar la supervivencia de las redes de corrupción que el poder instaló exitosamente, en 2019, tras la salida de la CICIG.

El pronóstico del fraude electoral se habría cumplido de no ser porque, una serie de factores, como la exclusión de candidatos incómodos y la permanencia de otros con pasados cuestionables, confluyeron contra la estrategia del gobierno y dieron la victoria a un contrincante inesperado: el binomio del Movimiento Semilla: Bernardo Arévalo y Karin Herrera.

Pese a que el pacto no logró sentar a ninguno de sus favoritos en la Presidencia, ha hecho uso de todo su poder e influencia para perseguir administrativa y penalmente, a quienes se le han opuesto, incluyendo a defensores de la Usac.

Asegurarse la cooptación de la única universidad pública ha sido clave para el pacto que, busca dejar asegurados ciertos espacios de poder que ayudarán a bloquear cualquier intento del nuevo gobierno para deshacer el sofisticado entramado de corrupción que han tejido, en los últimos años, a base de mentiras e ilegalidades.

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