La Revolución llegó a Guatemala un 20 de octubre de 1944: un movimiento ciudadano, junto a miembros de las fuerzas armadas, derrocó al presidente de facto Federico Ponce Vaides y puso fin a décadas de gobiernos dictatoriales. Se conformó la Junta Revolucionaria de Gobierno que convocó de inmediato a elecciones democráticas y con la llegada de Juan José Arévalo Bermejo a la presidencia, inició la década primaveral en el país.
Por Violeta Cetino
Como un déjà vu, 79 años después la ciudadanía guatemalteca emprendió una lucha desde inicios de octubre, cuando se volcó a las calles para exigir el cese de las acciones ilegales emprendidas desde el Ministerio Público, así como la renuncia de la Fiscal General Consuelo Porras, el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), Rafael Curruchiche, la fiscal Cinthya Monterroso y del juez Fredy Orellana, quienes en su afán por beneficiarse de la descomposición estatal, pretenden deslegitimar la voluntad popular emitida claramente en las urnas durante las elecciones realizadas en junio y agosto recién pasados, siendo electo el binomio presidencial de Bernardo Arévalo De León, hijo de Arévalo Bermejo, y Karin Herrera.
Hoy la ciudadanía se vuelca a las calles para conmemorar este evento histórico y se mantiene en resistencia ante la corrupción que ha debilitado al Estado y a la democracia.
Antes de sumarse a las caminatas conmemorativas, autoridades ancestrales de diferentes pueblos indígenas ofrecieron una conferencia de prensa, en la que manifestaron su rechazo rotundo a las acciones de los golpistas. “Nuestro mensaje en el día del aniversario de la Revolución de 1944 es decirle a los pueblos y a los territorios que estamos firmes y con la postura de que esta lucha, este paro indefinido que se inició el 2 de octubre, sigue para adelante y nuestro mensaje para el pueblo de Guatemala es que no vamos a dar ni un paso atrás”, dijo Alida Vicente, autoridad indígena de Palín. “Por la defensa de la democracia, ¡ni un paso atrás! Por la defensa de nuestro voto, ¡ni un paso atrás! Por la defensa de la voluntad del pueblo de Guatemala, ¡ni un paso atrás!”, vocearon las autoridades mientras elevaron su vara.
Artistas de diferentes expresiones se han sumado a la manifestación que recuerda aquel momento histórico. Samy Ochoa, del colectivo artístico Artistas en Acción, comentó que la lucha emprendida en los últimos días por la población es legítima y agradeció a los 48 Cantones de Totonicapán por las enseñanzas que dan sobre dignidad. “Nos estamos sumando a una conmemoración de lucha histórica, a una lucha legítima… Y lo hacemos desde nuestro arte, desde nuestro baile, desde nuestro canto, desde el teatro, desde la música, desde la batucada y los zancos”, manifestó antes de iniciar la marcha desde El Trébol, en la zona 8 de la ciudad de Guatemala.
Desde El Obelisco se sumaron profesionales de diferentes áreas del conocimiento y antes de iniciar la caminata hacia el Centro Histórico, la psicóloga Leslie Aguilar, quien labora en el hospital Roosevelt, indicó que la Junta Médica del hospital ha reunido a los profesionales de la salud para abordar la coyuntura nacional y manifestó que apoyan las manifestaciones pacíficas porque también son parte del pueblo. “Lo que buscamos es una democracia transparente. Nosotros seguimos brindando el servicio, seguimos apoyando y estamos con el sentir de la población. Seguimos con nuestro trabajo, quisiéramos también estar en las calles, y por eso hoy lo estamos haciendo. Los servicios se quedan cubiertos con turnos específicos, pero el resto del personal que tiene un asueto se va a hacer presente”, aseguró Aguilar.
La defensa del voto es de suma importancia, sobre todo para las mujeres quienes no siempre lo han ejercido. Con la llegada de la primavera democrática, en 1945 se aprobó el derecho al voto para las mujeres alfabetas. De acuerdo con la Política de equidad de género del Tribunal Supremo Electoral (TSE), en 1945 se logó el derecho al voto únicamente para las mujeres que sabían leer y escribir, negándose a las mujeres analfabetas que en su mayoría eran indígenas.
Según la política del TSE, de 1945 a 1954 la participación social y política de las mujeres se consolidó, creándose organizaciones y sindicatos de mujeres, así como una creciente participación en partidos políticos.
Link:
https://tse.org.gt/images/POLITICA_EQUIDAD_TSE.pdf
Fue 20 años después de la llegada de la primavera democrática que se estableció el voto universal en Guatemala, otorgando el derecho pleno a las mujeres para elegir y ser electas en cargos públicos, gracias al trabajo que facilitó la lucha revolucionaria emprendida en 1944.
Yolanda Batz, de la comunidad de Juchanep, uno de los 48 cantones de Totonicapán, destacó la participación activa de las mujeres en los 18 días que cumplen hoy las jornadas de manifestaciones contra el golpe de Estado. “Quiero felicitar a las mujeres principalmente, hay muchas mujeres lideresas que nos representan en la capital y en todos los puntos del país, hemos levantado la voz también, apoyando a nuestras autoridades. Estamos conscientes de que necesitamos un país con democracia, con derechos igualitarios para todas y todos… Estamos aquí en la resistencia, en la lucha, con nuestro pueblo, con nuestros ancestros”, dijo al inicio de la marcha conmemorativa del 20 de octubre.
“Que todos se levanten”, escribió en un cartel una de las mujeres del Consejo de Tejedoras que espera frente a la sede central del MP, en donde espera que para el medio día converjan las caminatas del Día de la Revolución, mismas que exigen respeto a la democracia.
Diferentes sectores de la sociedad civil, comunidades indígenas, estudiantes universitarios, sindicatos de trabajadores y colectivos urbanos se han concentrado en diferentes puntos del país desde horas de la mañana en conmemoración del Día de la Revolución del 20 de octubre de 1944. Diversas caminatas se dirigen hacia la Plaza Central y la sede central del MP y exigen el respeto a la democracia, un alto a la corrupción y el respeto de la voluntad popular manifestada en las urnas en las pasadas elecciones. Además, celebran, sin duda alguna, el retorno de la primavera democrática.
