Créditos: Prensa Comunitaria
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El presidente electo se refirió al Pacto de Corruptos que irrumpió en las elecciones con la intención de socavar la democracia del país. Además, resaltó el papel de los jóvenes en estas elecciones y el de los pueblos indígenas en las movilizaciones pacíficas que llevan 19 días de paro nacional. Bernardo Arévalo es el presidente electo de Guatemala desde el 20 de agosto pasado. Hace 79 años, su padre también sería elegido como el primer presidente de la llamada Primavera Democrática(1944-1954) tras décadas de regímenes militares.

Por Isela Espinoza

La consigna “¡El pueblo unido jamás será vencido!” cobró mayor fuerza en los últimos 19 días de resistencia pacífica en defensa de la democracia. Este viernes, cientos de personas gritaron nuevamente la frase luego que el presidente electo, Bernardo Arévalo, finalizara su discurso en el que abogó por la unión de los pueblos indígenas, mujeres y otros sectores de la sociedad entre ellos empresarios del sector privado que no han sido representados “por el régimen corrupto”.

La conmemoración de la Revolución del 20 de octubre de 1944 es significativa para los guatemaltecos que han salido a las calles desde el 02 de octubre en diferentes puntos del país para pedir que se respete la voluntad expresada en las urnas el pasado 25 de junio y 20 de agosto en las elecciones generales.

Arévalo junto a la vicepresidenta electa, Karin Herrera y diputados electos para el periodo 2024-2028, se unieron a los manifestantes a inmediaciones de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Al lugar también llegó Jacobo Arbenz Vilanova, de 74 años, hijo del expresidente Jacobo Árbenz, quien escuchó emocionado cada palabra del presidente electo.

Ambos son hijos de los expresidentes que lideraron la llamara Primavera Democrática (1944-1954) que inició el 20 de octubre de 1944. El expresidente Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951), se convirtió en el primer mandatario democrático del país tras décadas de regímenes militares.

Al finalizar su gobierno en 1951, le sucedió el coronel progresista, Jacobo Árbenz Guzmán, y Arévalo fue designado embajador itinerante. La llegada de ambos al poder supuso un cambio en la sociedad. Pero un golpe de Estado de 1954 y la renuncia de Árbenz acabaron con esa era.

Foto: Prensa Comunitaria
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Este viernes 20 de octubre, la pasarela que conecta a la Municipalidad de Guatemala con otras instituciones del Estado como la CSJ y el Banco de Guatemala, fue el escenario para su discurso. Además, cerca de ese punto está la sede central del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), uno de los logros de la Revolución de hace 79 años.

“Hoy ante una tiranía de corruptos que sin vergüenza se enriquecen a costillas del sufrimiento y la pobreza del pueblo y la falta de desarrollo del país. Estamos ante una nueva primavera de prosperidad”, dijo Arévalo en sus primeras palabras.

Arévalo recordó que, en las últimas dos décadas, las instituciones del país han caído en la pobreza e impunidad. “Hoy como ayer, el pueblo de Guatemala no se rinde”, dijo al recordar también las movilizaciones del 2015 impulsadas por la corrupción del gobierno de Otto Pérez Molina que llevaron a la renuncia de varios funcionarios entre ellos su exvicepresidenta, Roxana Baldetti. Meses después, Pérez Molina dimitió. Hoy ambos se encuentran encarcelados por el caso La Línea que los señala de liderar una red de defraudación aduanera.

En esta parte de su alocución, Arévalo mencionó a jueces y otros operadores de justicia que “se atrevieron a ver a los ojos a la impunidad”. Sin embargo, esto los llevó al exilio tras su criminalización durante el gobierno de Jimmy Morales y el de Alejandro Giammattei.

“El Pacto de Corruptos, esa alianza criminal al verse atacada, humillada y puesta en evidencia ha respondido con violencia, tomó el control del sistema de justicia y la instrumentalizó para su venganza” contra jueces y fiscales, periodistas y defensores de los derechos humanos, agregó.

En medio de gritos, el sonido de la vuvuzelas y ciudadanos que ondeaban la bandera de Guatemala, Arévalo enfatizó que “el pueblo de Guatemala no se rinde” ante el control del sistema de justicia por parte del Pacto de Corruptos.

“Creyeron que el control de las instituciones les aseguraría el régimen de la corrupción que construyeron, mismo que garantizaría que en las elecciones generales fueran electos”, manifestó al recordar que el voto joven influyó en el actual proceso electoral y que “contagió de esperanza a una sociedad de todas las edades” que lo eligió como presidente. Pero recalcó que el Pacto de Corruptos continúa dando “coletazos” que intentan negarle a la población el derecho a conducir la historia y decidir su destino.

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En su discurso, Arévalo también se resaltó la lucha de las manifestaciones pacíficas y las autoridades indígenas que han llevado a la movilización de otros sectores de la sociedad como los inquilinos de los mercados de la ciudad para defender la democracia.

Sindicatos y pobladores que escuchaban al presidente electo portaban carteles con consignas relacionadas a la Revolución y fotografías de los expresidentes Jacobo Árbenz Guzmán y Juan José Arévalo que encabezaron la década denominada como la primavera democrática del país.

“Miren a su alrededor. Hoy estamos ubicados en el centro de la vida ciudadana del país. Este es un legado de la Revolución de Octubre que está de pie: el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, que haremos crecer y desarrollarse para que llegue a todos los hogares”, dijo. También se refirió al edificio del Banco de Guatemala como una apuesta a la estabilidad económica.

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Ahora, expresó que se construye un nuevo legado de la Revolución pacífica que dejará a las futuras generaciones un Estado con instituciones que recuperan “su sentido democrático” y que garantizan la justicia imparcial, así como el acceso a los servicios públicos, carreteras en buen estado, educación de calidad, y una libre competencia de empresas que generen trabajo.

El presidente electo exaltó el trabajo de los migrantes guatemaltecos y enfatizó que trabajará por que los jóvenes tengan oportunidades de crecimiento profesional en el país. Arévalo finalizó nombrando el nombre de los líderes que “nos enseñaron que las revoluciones se hacen en unidad y con dignidad” entre ellos la junta directiva de la Revolución de 1944 lo que provocó gritos de “¡viva” entre la población.

“¡Que viva el pueblo de Guatemala que no se rinde y que viva presente en nuestra memoria la Revolución de Octubre de 1944!”, agregó Arévalo quien el 20 de agosto pasado se convirtió en el presidente electo de Guatemala y que este viernes 20 de octubre se convirtió en presidente electo cuyo padre fue el primer presidente de la llamada Primavera Democrática.

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