Los domingos 25 de junio y 20 de agosto de 2023 se realizaron las elecciones presidenciales en Guatemala. Con la participación en la primera vuelta de 22 candidaturas y 24 partidos políticos, la negativa por parte del Tribunal Supremo Electoral de inscribir a dos binomios más y la cancelación de una candidatura ya inscrita a pocas semanas de su realización, se trató de uno de los procesos más polémicos de los últimos años. Y el más sorpresivo. En esta cuarta y última parte revisaremos la elecciones y gobiernos de la última década, todos caracterizados por su desfachatez en la corrupción y su empeño en perpetuar la impunidad. Y un proceso electoral que parecía condenado al fracaso, pero que tuvo un desenlace totalmente inesperado.
Por Rolando Orantes
Otto Pérez Molina
En las elecciones del domingo 11 de septiembre de 2011 participaron 13 partidos y 10 candidaturas. Los tres primeros lugares los ocuparon el general retirado Otto Pérez Molina, del PP, con 36,01, el abogado Manuel Baldizón por Libertad Democrática Renovadora (LIDER) con el 23,20 y el físico matemático y coronel asimilado José Eduardo Suger Cofiño, del partido Compromiso, Renovación y Orden (CREO), con 16,38%.
Mario Amílcar Estrada Orellana de la UCN sacó 8,57, el pastor evangélico Harold Osberto Caballeros López, de la alianza Visión con Valores (VIVA)-Encuentro por Guatemala, 6,16, y el empresario Juan Guillermo Gutiérrez Strauss del PAN, 2,76.
Participaron tres mujeres: Rigoberta Menchú Tum por la coalición Frente Amplio de Izquierda (URNG-MAIZ, ANN, Winaq) con el 3,27%; la ex primera dama Patricia Escobar Dalton de Arzú por el Partido Unionista, que por primera vez retomó el histórico lema del MLN, Dios, Patria, Libertad en su propaganda, con el 2,18 y Adela Ana María del Rosario Camacho Sinibaldi de Torrebiarte, ministra de Gobernación de 2007 a 2008, con el 0,43% por Acción Desarrollo Nacional (ADN). En esa ocasión Alejandro Giammattei Falla, del partido CASA, quedó en penúltimo lugar, con el 1,04%.
En la segunda vuelta, realizada el 6 de noviembre de 2011 compitieron Otto Pérez y Manuel Baldizón, obteniendo 53,74 y 46,26 respectivamente. Pérez Molina, jefe de la Dirección de Inteligencia de quien se desempeñó como comandante del destacamento militar de Nebaj, una de las regiones donde se cometieron algunas de las peores atrocidades durante 1982, asumió el 14 de enero de 2012. Su gobierno es recordado principalmente por sus escandalosos casos de corrupción, aunque no faltaron graves violaciones a los derechos humanos.
El 4 de octubre de 2012 elementos del ejército reprimieron una manifestación en el kilómetro 169 de la carretera Panamericana, en la cumbre de Alaska, Totonicapán, disparando sus fusiles contra gente que respondió con palos y piedras. Seis personas murieron y decenas resultaron heridas.
El 16 de abril de 2015 la CICIG y el Ministerio Público anunciaron el desmantelamiento de una red de defraudación aduanera. Semanas más tarde las investigaciones arrojaron que la estructura era liderada por el presidente y la vicepresidenta de la república, Roxana Baldetti, quien renunció el 8 de mayo de 2015. Seis días más tarde el Congreso nombró a Alejandro Baltazar Maldonado Aguirre para sustituirla. El 21 de agosto de 2015 Baldetti fue arrestada, y el 1 de septiembre del mismo año el Congreso retiró la inmunidad a Otto Pérez, quien renunció al día siguiente y fue capturado al finalizar su anuncio. Así, Maldonado Aguirre cumplió finalmente su anhelo de llegar a la Presidencia, ocupando el cargo hasta el 14 de enero de 2016.
Jimmy Morales
Las siguientes elecciones se realizaron el domingo 6 de septiembre de 2015, y contaron con la participación de 15 partidos y 14 candidaturas. El ganador fue el cómico Jimmy Morales (nacido James Estuardo Morales Cabrera), del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación) con el 23,85, seguido de Sandra Torres de la UNE con 19,76 y Manuel Baldizón de LIDER con el 19,46.
En cuarto lugar, aunque a una distancia considerable, quedó Alejandro Giammattei con 6,45 por el partido FUERZA, seguido por Zury Ríos, que sacó 5,89 con el partido VIVA. Lizardo Sosa, ministro de Economía y presidente del Banco de Guatemala durante el gobierno de Cerezo y nuevamente presidente de esa institución durante el gobierno de Portillo, y candidato a la vicepresidencia con Fernando Andrade Díaz Durán en 1995 sacó 5,33 por el partido TODOS.
Mario David García, un periodista que en las elecciones de 1985 quedó en quinto lugar por la Central Auténtica Nacionalista y en 1988 participó en una intentona golpista, sacó 4,63 con el desacreditado Partido Patriota. Roberto González, de la alianza Creo-Unionista y Mario Estrada de la UCN sacaron 3,45, Juan Guillermo Gutiérrez Strauss del PAN 3,10, Miguel Ángel Sandoval por Winaq-URNG, 2,11, José Ángel López Camposeco de Encuentro por Guatemala 0,91, Luis Fernando Pérez por el Partido Republicano Institucional PRI, nombre que el FRG adoptara en 2013, 0,81, y en último lugar Aníbal García, del partido de izquierda Movimiento Nueva República, con 0,58.
En la segunda vuelta Morales le ganó con el 67,44 a Sandra Torres, que sacó 32,56. Hasta entonces Jimmy era conocido por su programa de televisión Moralejas, en el que junto a su hermano Sammy (Samuel Everardo) representaban diversos personajes estereotípicos: una pareja de “inditos” que vende canastas y frutas en la calle, donde Jimmy se burlaba de quienes utilizan el español como segundo idioma y lucía una prominente dentadura de oro; dos “árabes” de narices enormes; un número de blackface… O su dúo más popular, Nito y Neto, dos amigos del oriente guatemalteco con sombrero, grandes bigotes y poca inteligencia que en varias ocasiones fue llevado a la pantalla grande, como en Un presidente de a sombrero, donde la casualidad y su buena estrella los lleva a convertirse en candidatos, pero cuando están a punto de llegar a la presidencia Nito y Neto declinan al reconocer que no están lo suficientemente preparados.
Con el lema “Ni corrupto ni ladrón” Morales comenzó su gobierno asesorado por un grupo de militares de la era contrainsurgente, como el coronel retirado Edgar Justino Ovalle Maldonado, secretario general de FCN-Nación y diputado entre enero de 2016 y hasta marzo de 2017, cuando le fue retirada la inmunidad y escapó al estar acusado por delitos de lesa humanidad. En enero anterior la jueza Marta Claudette Domínguez Guerrero le había levantado una orden de arraigo que ella misma le impuso un mes antes, y hoy se encuentra prófugo.
El gobierno de Morales es recordado, entre muchas otras, por su empeño en debilitar a la CICIG. Luego de que en enero de 2017 el hermano y el hijo del presidente fueran detenidos en el marco de un caso de corrupción en agosto de ese año, Morales declaró non grato al comisionado Iván Velázquez y ordenó su expulsión del país. Posteriormente anunció que no extendería el mandato de la CICIG.
El 7 de marzo de 2017 las niñas, niños y adolescentes que albergaba el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, un centro estatal para menores en situación de riesgo dependiente de la Secretaria de Bienestar Social de la Presidencia, decidieron protestar por los malos tratos, sistemáticas violaciones sexuales y casos de trata que ocurrían en el lugar. Luego intentaron escapar, pero la Policía Nacional Civil con violencia hizo que regresaran al hogar. Luego de permanecer más de ocho horas a la intemperie, sin poder ir al baño, 56 jóvenes de entre 13 y 17 años fueron encerradas en un aula de 7×7 metros. Siete horas después se originó un incendio. Nadie abrió la puerta. 19 niñas murieron encerradas y 22 más, que fueron hospitalizadas, morirían posteriormente.
Alejandro Giammattei
El sucesor de Jimmy Morales fue Alejandro Eduardo Giammattei Falla, quien participaba en las presidenciales por tercera ocasión, ésta vez con el partido Vamos. En la primera vuelta, realizada el 16 de junio de 2019 y en la que participaron 19 personas y 20 partidos obtuvo apenas el 13,96, frente al 25,53 de Sandra Torres, de la UNE. Edmond Mulet, del Partido Humanista de Guatemala, quedó en tercer lugar con el 11,22, seguido por Thelma Cabrera, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) con 10,37.
Roberto Arzú, de la coalición PAN-Podemos sacó 6,08; Isaac Farchi, de Visión con Valores, 5,90; Manuel Villacorta de Winaq 5,22; el kaibil y capitán retirado Estuardo Galdámez del FCN 4,12; Julio Estrada de CREO 3,75; Freddy Cabrera, de Todos, 3,13; Amílcar Rivera de Victoria 2,54; Pablo Ceto de la URNG 2,16; Pablo Duarte del PU 1,43; Manfredo Marroquín, de Encuentro por Guatemala 1,15; Aníbal García de Libre 0,95; Benito Morales de Convergencia 0,86; Luis Velásquez de Unidos 0,61; Jose Luis Chea Urruela del Partido Productividad y Trabajo 0,54; y Danilo Roca, de Avanza, 0,48.
Pero en la segunda vuelta efectuada el domingo 11 de agosto de 2019 Giammattei resultó el ganador con el 57,95, ante el 42,05 de Sandra Torres. El nuevo presidente asumió el 14 de enero de 2019, y su gobierno se caracterizó por los graves escándalos de corrupción y su empeño en consolidar la impunidad.
El gobierno llegó a tener el control del Congreso, la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público y su Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), entre otras instituciones. Más de medio centenar de jueces, fiscales y periodistas tuvieron que salir al exilio, y quienes no lo hicieron a tiempo fueron a dar a la cárcel. A las fiscales anticorrupción Virginia Laparra y Samari Gómez y al director del diario El Periódico José Rubén Zamora por ejemplo se les confinó en una celda de aislamiento, con derecho a una hora al día de sol.
Las elecciones de 2023
La primera vuelta de las elecciones de 2023 realizada el domingo 25 de junio resultó una de las más complicadas, y la más sorpresiva de las últimas décadas. Participaron 24 partidos y 22 aspirantes, mientras la candidatura de uno más fue cancelada a un mes de las votaciones y a dos binomios les fue negada la inscripción: Thelma Cabrera y Jordán Rodas, del MLP, y Roberto Arzú García-Granados y David Esteban Pineda, de Podemos. El Tribunal Supremo Electoral argumentó que el ex procurador de los derechos humanos Jordán Rodas tenía un problema con su finiquito y que Arzú había realizado campaña anticipada, por lo que decidió dejarlos fuera de la contienda. El TSE dejó sin efecto además la asamblea del Partido de Oportunidades y Desarrollo (Poder) en la que se había proclamado la candidatura del binomio Óscar Rodolfo Castañeda y Luis Adrián Ruiz.
Durante meses, diversos pronósticos ubicaban a Zury Maité Ríos Sosa a la cabeza, pero el 2 de mayo Prensa Libre publicó una encuesta elaborada por la firma Pro Datos que relegaba a la hija del general a un lejano cuarto lugar, por debajo de Sandra Torres y Edmond Mulet, de Cabal.
A la cabeza aparecía Carlos René Pineda Sosa, de Prosperidad Ciudadana (PC), un empresario y terrateniente que supuestamente habría alcanzado la fama gracias a la publicación de videos en la red social Tik Tok, y a presentarse como una novedad en la política, pese a que ya en 2019 había sido mencionado como posible candidato vicepresidencial de Mario Estrada, de UCN. Pero el 9 de mayo el ex presidenciable Manuel Baldizón, a quien le fue negada su inscripción como candidato a diputado por no cumplir con los criterios de idoneidad y honradez, pues recientemente había vuelto de purgar una condena por lavado de dinero en los Estados Unidos, interpuso una denuncia contra Pineda por “actuar de manera incorrecta e ilegal” y ser “un energúmeno” que apareció de la nada “a insultar a medio mundo”, en cuenta mujeres y gente humilde, y de rodearse de un ejército de personas fuertemente armadas, por lo que lo acusó de sedición, actividad contra la seguridad interior de la nación, amenazas, difamación y acusación y denuncia falsa. El 19 de mayo un tribunal decidió suspender la candidatura de Pineda argumentando que su partido incurrió en vicios durante la celebración de su segunda asamblea, y días más tarde Prosperidad Ciudadana, cuya totalidad de candidaturas también habían sido suspendidas, lo dejó solo, quedando fuera de las elecciones.
Pero los pronósticos resultaron errados. En los primeros datos preliminares la noche del 25 de junio aparecía como ganador el socialdemócrata César Bernardo Arévalo de León, del Movimiento Semilla, y aunque poco después descendió a un segundo lugar, por debajo de Sandra Julieta Torres Casanova, de la UNE, la tendencia se mantuvo durante todo el conteo y quien hasta hacía unas horas aparentemente nadie consideraba un serio competidor pasó a la segunda vuelta con el 11,8 de los votos, frente al 15,9 de Torres.
El tercer puesto lo ocupó el oficialista Manuel Conde, de Vamos, con 7,9, y en el cuarto quedó el diputado y secretario general del partido VIVA Armando Castillo, aliado del ex presidente Alfonso Portillo –a quien tampoco se le había permitido inscribirse como candidato a diputado por las mismas razones que a Manuel Baldizón– con 7,3.
Edmond Mulet Lesieur, de Cabal, y Zury Ríos Sosa, de Valor-Unionista, a quienes la Encuesta Libre, considerada por diversos analistas como seria y precisa había ubicado en segundo y tercer lugar –y que le atribuía inicialmente un 0,7 a Bernardo Arévalo, situándolo en el penúltimo, aunque en un segundo sondeo lo ascendió al octavo– quedaron en quinto y sexto, con 6,7 y 6,6 respectivamente.
El siguiente más votado fue Manuel Villacorta, de Voluntad, Oportunidad y Solidaridad (VOS), con 4,3, seguido por Giovanni Reyes Ortiz de BIEN con 2,5, José Amílcar Rivera, de Victoria, con 2,4, Amílcar Pop de la coalición URNG MAIZ-Winaq con 1,5, Ricardo Sagastume, de Todos con 1,4, Rudy Guzmán de Nosotros (PPN) con 1,2, Isaac Farchi de AZUL con 1,1, Julio César Rivera, de Mi Familia con 0,8, Francisco Arredondo de CREO, Giulio Antonio Talamonti de Unión Republicana y Hugo Peña Medina, de Comunidad Elefante los tres con 0,7, Rudio Lecsan Mérida del Partido Humanista con 0,6 y el ex vicepresidente Rafael Espada del Partido Republicano con 0,5.
En el puesto número 20 quedó el ex comediante Sammy Morales, de FCN-Nación, con el 0,4, únicamente por encima de Álvaro Trujillo Baldizón, de Cambio, que sacó 0,3, y del militar y antiguo asesor del ex presidente Jimmy Morales: Luis Antonio Lam Padilla, del Partido de Integración Nacional, que se jactaba en entrevistas de ser quien recomendó declarar non grato al titular de la CICIG Iván Velázquez y obtuvo el 0,1. A Jimmy esta vez la suerte no lo acompañó, no pudo convertirse en diputado y el FCN desapareció.
La participación fue de un 60,5%, con un total de cinco millones y medio de votos válidos. Pero el gran ganador fue el voto nulo, que alcanzó el 17,4 –cuatro veces más que en las elecciones de 2019–, predominó en 13 de los 22 departamentos y casi rozó el millón de votos, cifra que ninguna opción pudo alcanzar.
Durante las semanas siguientes el Ministerio Público intentó por todos los medios entorpecer el proceso electoral y separar al Movimiento Semilla de la contienda. Luego de su sorpresa ante los resultados, cuentas de redes sociales que se autodefinen como “la derecha conservadora” y acostumbran alardear de su relación directa con las autoridades del MP y otras instituciones de justicia consideraron apoyar a Sandra Torres, de quien hasta entonces se habían referido en muy malos términos, y que a pesar de ser socialista, dijeron, era mejor que Bernardo Arévalo, señalado durante las semanas siguientes de ser comunista, de pretender desaparecer al ejército, de planificar la expropiación de tierras, promover el aborto, el uso de drogas y el matrimonio igualitario, de proponer la destrucción de la familia y constituir una amenaza para el desarrollo infantil, además de ser uruguayo y haber cometido fraude en las elecciones. El pastor de una modesta iglesia evangélica lo llamó “hijo del diablo” e “hijo de Satanás”.
El sábado 1 de julio la Corte de Constitucionalidad le ordenó al TSE que suspendiera la calificación y oficialización de los resultados y revisara las actas de las juntas receptoras de votos, mientras las cuentas de Twitter de la derecha conservadora exigían un reconteo, o la repetición de las elecciones. Pero la revisión de las actas no arrojó ningún dato de importancia, y más bien le fueron sumados algunos votos al Movimiento Semilla.
El 12 de julio Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, anunció que el juez Freddy Orellana –el mismo que envió a prisión a la fiscal Samari Gómez y al periodista Zamora– había ordenado la suspensión de la personalidad jurídica del Movimiento Semilla. Curruchiche explicó que más de cinco mil ciudadanos habían sido adheridos ilegalmente, pero se negó a hacer público el expediente. Sin embargo, la Ley electoral y de partidos políticos establece que no es posible suspender partidos después de convocarse a una elección y hasta que ésta no se haya celebrado. Además, un juez no tiene competencia para cancelarlos.
El jueves 13 de julio la FECI allanó el Registro de Ciudadanos del TSE. Hombres armados y con pasamontañas cargaron con las hojas de afiliación y otros documentos. Ese mismo día el juez Orellana ordenó la detención de dos ex integrantes de Semilla: Jaime Gudiel Arias y Cinthya Rojas Donis, pero ni el TSE ni la CC tomaron la orden en serio. El jueves 20 de julio el MP realizó un nuevo allanamiento en el TSE y giró orden de captura contra Eleonora Castillo, la titular en funciones del Registro de Ciudadanos, acusándola de “obstrucción a la justicia”. Al día siguiente fue allanada la sede del Movimiento Semilla, y el jueves 27 de julio la FECI ordenó al TSE que entregara los “nombres de los digitadores que fueron contratados en el actual proceso electoral 2023”.
El 1 de agosto, a invitación de Giammattei llegó al país una misión encabezada por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos Luis Almagro, quien se reunió con “poderes del Estado, actores políticos, el CACIF, movimientos indígenas, iglesias, sociedad civil, derechos humanos y observaciones electorales”. Y con Curruchiche, quien le mostró a Almagro su expediente secreto sobre Semilla. El 3 de agosto, un día antes de que finalizara la misión, el MP allanó nuevamente el TSE, esta vez a petición del partido Valor. El gobierno confiaba en que el secretario de la OEA se pusiera de su lado.
Pero el 10 de agosto Almagro declaró en su informe ante el Consejo Permanente que “no es secreto que estamos muy preocupados en cuanto al proceso electoral y en cuanto al funcionamiento de las instituciones de un estado democrático”. Ya el 20 de julio había manifestado vía Twitter su preocupación ante “los reiterados intentos de desconocer la voluntad popular expresada en las urnas” y “la intervención reiterada” por parte del MP. En su informe, Almagro señaló: “Reiteramos los compromisos asumidos: de que va a haber segunda vuelta, que esa segunda vuelta es entre los ganadores de la primera vuelta, Sandra Torres y Bernardo Arévalo; y que se abre para ellos un período de transición ordenada, abierta y transparente. Y que esos acuerdos de transición van a culminar con la entrega del poder a quien gane en la segunda vuelta el próximo 14 de enero”.
El domingo 20 de agosto de 2023 el binomio Bernardo Arévalo y Karin Herrera ganó las elecciones con el 58,01%, alcanzando 2,441,661 votos y con una ventaja de 874,189 sobre Sandra Torres, que obtuvo el 37,24 y ganó en los departamentos de Alta Verapaz, Izabal, Petén, Quiché y Zacapa. Al día siguiente de las elecciones, Torres reconoció su derrota. El porcentaje de votos nulos fue de 3,4 y un 1,2 de votos en blanco, con una participación del 45%.
En la conferencia de prensa celebrada esa misma noche Arévalo declaró que con los resultados “lo que el pueblo grita es ‘basta ya de tanta corrupción’” y que “participar [en las votaciones] es un acto de defensa de la democracia, y en este momento histórico significó un acto de valentía”.
La vicepresidenta electa Karin Herrera por su parte dijo: “Vamos a hacer un gobierno que sea para todos y todas los guatemaltecos y guatemaltecas. Un gobierno que cuide a todas las personas, sin importar las diferencias. Todos y todas compartimos el amor por Guatemala. Para eso hemos estado trabajando y continuaremos incansablemente para construir una nueva primavera”.