“Quizás si repartieran libros…. ¿O será mucho pedir?”
Por Miguel Ángel Sandoval
Como un oasis del pensamiento y de la vida cultural del país, tendrá lugar la XX edición de la feria del libro de Guatemala, FILGUA, que contra viento y marea se hace cada año y solo durante los días aciagos de la pandemia fue en modo virtual, sin poder tener el contacto de los editores, libreros, escritores, lectores, público, y todo aquel interesado en la oferta cultural de una feria que se ha ganado ya, un lugar entre la ciudadanía guatemalteca.
Es un acontecimiento desde donde se quiera analizar, luego del fin de la Pandemia que asolo la vida y las relaciones sociales en nuestro país de una forma jamás imaginada. Por ello la vigésima edición de FILGUA que tendrá lugar entre el 6 y 16 de julio en el foro Majadas, debe estar acompañada por miles de guatemaltecos, que tendrán la ocasión de contar como país invitado a El Salvador. Antes, del 27 al 30 de abril, habrá un encuentro cultural en Retalhuleu, esto es, en plena campaña electoral, antes de la primera vuelta. En este contexto, sería de suma importancia que todos los partidos y sus candidatos dijeran qué lugar ocupa en libro en su vida, en su visión del país, o en su propuesta concreta para estas elecciones.
De la misma manera sería de sumo interés saber cuáles libros han leído en el último año, y qué autores guatemaltecos son de su agrado, o cuáles libros podrían recomendar a sus amigos, y a sus eventuales votantes. Pero de más interés, es saber cuál es la propuesta política en términos de cultura. En otras palabras, si van a apoyar a Filgua, un esfuerzo que los editores guatemaltecos vienen haciendo desde que se firmó la paz en nuestro país y que han mantenido con luces y sombras todos estos años. Es por ello que sería de interés saber si en su propuesta, hay la de un ministro de cultura que sea una persona de letras, un músico, o un pintor, que en verdad sepa de cultura, de las artes, a diferencia de los burócratas de cualquier cosa que se han enquistado en el ministerio de cultura en los últimos años.
Y hace falta impulsar reflexiones sobre la industria del libro, que nos lleve, algún día, a ser un país de lectores como lo dice la divisa de Filgua desde hace años. Es tiempo adecuado para escuchar de partidos y sus candidatos, la idea que tienen del libro, de Filgua y de la cultura en nuestro país. No podemos dejar pasar la oportunidad de que el libro, Filgua, la cultura, estén en el centro del debate en ocasión de una campaña electoral, no importa si desangelada, pero de la cual debe salir el futuro de al menos los próximos cuatro años.
Un libro como expresión de la reflexión, la educación y el hambre de cultura de un país, no tiene mucho que ver con las gorras, las gabachas, las láminas, camisetas y esas cosas que se regalan en campaña. Quizás si repartieran libros…. ¿O será mucho pedir?
