En una marcha que se realizó para conmemorar el Día de la Autonomía Universitaria, familiares de 53 mártires estudiantes del CUNOC se presentaron para recibir un homenaje. Durante el conflicto armado interno, que duró 36 años en Guatemala, un total de 775 estudiantes de la USAC perdieron la vida.
Por Shirlie Rodríguez
Miembros del Frente Estudiantil en Resistencia, catedráticos y egresados del Centro Universitario de Occidente (CUNOC), de Quetzaltenango, junto a colectivos ciudadanos, recorrieron algunas de las calles de esa ciudad la tarde de este domingo 4 de diciembre, para conmemorar el Día de la Autonomía Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
La marcha inició en el campus, en la zona 3 y concluyó en el Cementerio General, en donde realizaron un acto para recordar a los mártires estudiantiles desaparecidos o asesinados durante el conflicto armado interno, que duró 36 años en Guatemala.
Quienes participaron llevaron barriletes con los rostros de los 53 mártires del CUNOC, de quienes poco se habla. “Es importante reconocer que el conflicto armado no solo ocurrió en la capital o en otros departamentos, también acá en Xela, y el CUNOC fue uno de los lugares en donde más se vio reflejada la persecución y asesinatos”, dijo Amanda Galindo, quien iba en la marcha.
En la USAC se contabilizaron, en total, más de 775 dirigentes estudiantiles que fueron víctimas del Estado entre 1978 y 1996.
El catedrático universitario, Eduardo Vital, dijo que esta marcha tuvo el objetivo de presentar los honores a estudiantes y también catedráticos que fueron secuestrados, asesinados o desaparecidos durante el conflicto armado interno. Destacó la memoria de algunos profesores que fueron honrados: Lucinda Rodas de Villagrán, Francisco Monroy Paredes, Víctor Manuel Hurtado. Estas personas trabajaron por la defensa de la USAC y eran figuras críticas al gobierno, agregó.
“Todos ofrendaron su vida por un mismo ideal y por eso quisimos conmemorarlos y decirles que estamos en la lucha, porque ellos lucharon por una universidad mejor y por eso seguimos nosotros”, agregó el catedrático Vital.
Por su parte, Pilar Bagur del Colectivo Ciudadano de Quetzaltenango, habló sobre la importancia de realizar estas actividades; además de hacer un homenaje también es una forma de fomentar la memoria histórica, que hace falta en los departamentos. Aseguró que en los centros regionales también se debe recordar la historia reciente y la falta de reparación que se ha dado a las familias.
“La idea de los barriletes es recordar que los mártires del CUNOC vuelan, están presentes y los sostienen la comunidad educativa y la sociedad civil organizada. Es una idea simbólica de que los mártires están sostenidos por el hilo conductor tomado de los estudiantes y la población”, comentó Bagur.
El catedrático Vital añadió. “Durante el conflicto armado interno, la USAC, era un bastión de las luchas sociales, pero ahora se ha dedicado a formar profesionistas sin compromiso con el pueblo”.
También mencionó que la Universidad enfrenta una crisis que se viene dando desde entonces, “las autoridades se han olvidado de sus funciones fundamentales y además está presente la indiferencia de los estudiantes y catedráticos”, dijo. Según el profesor, en comparación a la cantidad de estudiantes que hay, solo una minoría se acercó al evento. En el portal de Registro y Estadística de la USAC se contabiliza que en el CUNOC hay 17 mil 414 estudiantes.
Familias recuerdan a jóvenes estudiantes
Como parte del homenaje, varios familiares de los mártires universitarios, hombres y mujeres, llegaron al Cementerio General de Xela a recibir un reconocimiento. Una de ellas fue Leticia Leiva, hermana del estudiante René Aroldo Leiva Caxaj, secuestrado el 19 de octubre de 1987, durante la presidencia de Vinicio Cerezo.
Durante las más de tres décadas que duró la guerra, los gobiernos que asumieron después del derrocamiento de Jacobo Árbenz, iniciaron una persecución en contra de cualquier tipo de oposición que fuera reflejada a través de movimientos sociales y por consecuencia las agrupaciones organizadas de estudiantes. El gobierno implementó tácticas que llevaron a miles de personas a un mismo final: la desaparición o ser asesinados. Estas estrategias ejecutadas por el Ejército de Guatemala, identificaban a quienes veían como opositores y que participaron en marchas estudiantiles y luego, serían detenidos, secuestrados y torturados.
Leiva dijo que asistir a esta actividad es como “jalar un hilo y regresar en el tiempo”, porque recuerdan a su hermano y los actos que realizó durante su vida y carrera estudiantil.
René Leiva estudiaba la carrera de Agronomía en el CUNOC y a sus 28 años fue secuestrado frente a la Casa de la Cultura, en la zona 1 de Xela. A los pocos días su cuerpo fue encontrado junto al del también estudiante, Danilo Sergio Alvarado Mejía. Según la información de la oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG), los jóvenes tenían señales de violencia y tortura cuando encontraron los cadáveres.
Ambos participaban constantemente en marchas que se organizaban en ese centro universitario, también en protestas estudiantiles relacionadas con una huelga de transporte en Quetzaltenango. En julio de 1988 seis agentes de la policía fueron sindicados por el crimen en un juicio casi secreto. Pero apelaron el veredicto en 1989 y fueron liberados.
“Esta decisión causó el retiro del país de un equipo norteamericano de asesoría legal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, hecho que citó la obvia falta de interés del gobierno en dar seguimiento a los casos de terror estatal”, dice el informe de la ODHAG, llamado “Era tras la vida por lo que íbamos”.
Leticia Leiva dijo que en algunos momentos su familia llegó a pensar que todo ese sacrificio no valió la pena, por la situación actual en la que se encuentra el país; además, asegura que no obtuvieron justicia por este crimen y que los responsables fueron respaldados durante el gobierno de Vinicio Cerezo.
“Da tristeza que tantos hombres y mujeres dieron su vida por Guatemala y estamos peor que antes porque no hay conciencia social, solo piensan en ganar y hacerse ricos, no les importa ni el hambre que se vive. Hay desnutrición y falta de empleo, todo lo que estamos viviendo a unos pocos no les interesa”, resaltó Leiva.
Otro estudiante que fue recordado durante esta actividad fue a Joaquín Rodas Andrade, hermano de Jordán, exprocurador de los Derechos Humanos (PDH).
Joaquín tenía 23 años y era estudiante de Agronomía, junto a Rafael Galindo, de 24 años, que estudiaba pedagogía y Ricardo Gramajo Cifuentes, fueron secuestrados en la zona 3 de Xela tras participar en una manifestación contra una propuesta para limitar la autonomía universitaria. Según la información en el Diario Militar, un documento elaborado por la inteligencia del Estado, estos hechos ocurrieron el 2 de marzo de 1985 y después de varios días de estar detenidos, los estudiantes fueron entregados a la inteligencia de la zona militar de Quetzaltenango.
“Soy hermano de Joaquín Rodas, quien fue detenido durante el régimen dictatorial de Óscar Humberto Mejía Víctores. Valoro positivamente que por medio del festival por la Memoria y la Autonomía se rinda un homenaje a las personas sancarlistas que ofrendaron su vida para una Guatemala más digna y humana. Estamos viviendo tiempos que nunca pensamos que se iban a dar en la San Carlos, la democracia aparente de nuestro país está burlándose de la voluntad de miles de estudiantes y profesores al querer mantener en el puesto a un rector ilegitimo, impuesto y que pocos reconocen. Los insto a seguir en esta batalla ardua para defender la autonomía hoy y siempre”, expresó en un mensaje virtual Jordán Rodas.