“Si consumimos lo que producimos tenemos garantizada una vida saludable”, así se refiere uno de los asistentes a la feria campesina realizada en la comunidad Cubilgüitz en donde buscan recuperar una tradición ancestral y al mismo tiempo tomar control de su producción y economía.
Por Elías Oxom
Productores y productoras de 35 comunidades de Cobán se reunieron en Cubilgüitz para participar en la feria campesina que tuvo como protagonistas a hombres y mujeres que cultivan la tierra y producen alimentos sin la utilización de químicos para su producción.
Desde horas de la mañana del sábado 19 de noviembre, productoras y productores se ubicaron en la calle principal de Cubilgüitz para vender una gran diversidad de semillas nativas, frutas, animales domésticos, árboles frutales, b’oj (jugo de caña fermentada), comida preparada, entre otros.
Mientras las personas adquirían e intercambiaban artículos y alimentos, una marimba tocaba sones tradicionales que complementaban el tono festivo de la convivencia comunitaria.
Uno de los asistentes a la feria campesina, de la comunidad Santa Valeria, dijo que gracias a que han defendido su territorio aún conservan un terreno para cultivar, “para que puedan vivir nuestros hijos, estamos muy felices de participar en esta actividad porque es una señal de vida, para contar que en la comunidad cultivamos los árboles frutales, banano, piña, porque si consumimos lo que producimos tenemos garantizada una vida saludable”, expresó.
Este mercado campesino fue nombrado como Xnimq’e aj awinel o feria campesina, ya que los organizadores consideran que el agricultor debe tener la posibilidad de comerciar bajo sus propios criterios y no los que imponga la economía occidental. “Nuestros productos son mejores en comparación con los que se consiguen en las tiendas o en las abarroterías, la feria campesina, además, ha provocado que muchas mujeres empiecen a cultivar y criar animales domésticos, se están intercambiando semillas nativas, que es uno de los principales objetivos de esta actividad”, afirmó Rodrigo Chub Ical.
Chub Ical, uno de los organizadores de la actividad, señaló que esta es una práctica milenaria del pueblo Q’eqchi’. Los ancianos la nombraban con la palabra k’ayil; “Nuestros abuelos, establecían un espacio para intercambiar sus productos, lo que estamos haciendo hoy es empezar a recuperar esas prácticas, pues uno de nuestros principales problemas en la actualidad es que nosotros los que vivimos en las comunidades viajamos a la ciudad a comprar lo que consumimos”.
Imelda Caal Yalibat, quién obtuvo el primer lugar en el concurso de cultivos, es originaria de la comunidad Eca Roqa’ Uuchil, Cobán, Alta Verapaz, señaló que ella cultiva la tierra porque es el camino y es la vida. “Tengo 74 clases de cultivos en mi lote y en mi parcela, además tengo la crianza de animales domésticos, entre los productos que más demanda tienen está el cacao, la crianza de animales, el chile y el tomate”, indicó.
Además, durante el transcurso de las labores comerciales, los organizadores realizaron actividades para entretener a los asistentes, entre ellas, carreras de costales entre mujeres asistentes, así mismo, se premió a las familias que en su parcela han diversificado su cultivo.
El mercado campesino tuvo tanto éxito que los organizadores indicaron que el próximo año se fijará un día a la semana para comercializar e intercambiar los productos de las comunidades. Mientras tanto, al llegar la tarde, compradores y vendedores se preparaban para regresar a sus comunidades, la música de marimba les daba la despedida con música de fiesta.