“Vivos nos llevaron, Vivos estamos, Vivos Regresamos”.
Por Juan Rosales
La colectiva de guatemaltecas y guatemaltecos canadienses “Estamos Aquí”, volvió a las calles de la ciudad de Guatemala, con nuevas búsquedas de niñas y niños que fueron adoptados por familias canadienses durante el Conflicto Armado Interno. Dichos procesos estuvieron llenos de irregularidades y es señalada una estructura de abogados, jueces, médicos y trabajadores sociales, que buscaban a infantes para las adopciones irregulares.
Ahora, en su vida adulta, algunos de aquellos pequeños, voltean a ver su historia, para saber qué ocurrió, cómo llegaron a Canadá y quiénes eran sus padres biológicos.
El pasado martes por la noche fue la cita. El punto de encuentro: las bancas frente a la Casa de la Memoria Kaji Tulam, sobre la sexta avenida de la zona 1, en la Ciudad de Guatemala. Desde ahí inició el recorrido hacia puntos clave del centro de la capital, para empapelar las paredes de casas cercanas a la Casa Presidencial, la sede del Ministerio Público, donde se encuentra la Fiscalía de Derechos Humanos, y el Mercado Central, para que quienes transitan por estos lugares observaran e hicieran memoria de lo ocurrido durante la guerra interna, y cómo el Estado de Guatemala fue permisivo con las estructuras que vendieron niños y niñas a familias de Canadá, Estados Unidos, Francia y Bélgica.
La colectiva “Estamos Aquí” ha logrado, a través de la coordinación con organizaciones locales, como la Liga Guatemalteca de Higiene Mental y la Fundación de Antropología Forense (FAFG), localizar y reunir a las familias de tres de sus miembros, que pudieron reencontrarse después de muchos años, gracias también a la perseverancia y dedicación de sus integrantes.
Muchas de estas personas buscan a sus familias; la frase: “vivos nos llevaron, vivos estamos, vivos regresamos”, resume la situación de este grupo de personas de origen guatemalteca que sufrieron las consecuencias de la corrupción del Estado de Guatemala, durante la década del 80, a través de acciones que cambiaron el curso de sus vidas, al ser arrebatados de sus familias.