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Créditos: Rolanda García / TeleSur.
Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Un grupo de pobladores maya Q’anjob’al de la aldea Las Limas denunció ante la cámara de la periodista Rolanda García de TeleSur, la destrucción de sus viviendas, provocada por la empresa PROURBA, encargada de construir una carretera en Barillas, Huehuetenango. Sin embargo, la publicación del reportaje en el que contaron los hechos incomodó a la empresa y fueron amenazados para cambiar la versión. Ahora buscan convencer a la periodista bajo coacción para eliminar o cambiar el contenido del trabajo periodístico. 

Por Francisco Simón Francisco 

Era una mañana lluviosa, recordó la periodista Rolanda García, y los carros no avanzaban por el lodo que estaba sobre la carretera, mientras algunos pobladores de la aldea Las Limas, observaban cómo sus viviendas habían sido destruidas por las máquinas de la empresa constructora PROURBA, que fue contratada por el Ministerio de Comunicaciones para la construcción de una nueva carretera asfaltada de 25.58 kilómetros, que conduciría del municipio de Barillas y finalizaría en la comunidad Río Espíritu, con la que el gobierno busca conectar con una parte de la carretera de la Franja Transversal del Norte (FTN), que dejó inconclusa Solel Boneh, una empresa constructora israelí.

Ese día, algunos pobladores contactaron a la periodista Rolanda García, corresponsal de la cadena de noticias TeleSur. Le contaron lo que estaban viviendo, pero sin imaginar que después sería un problema por haber denunciado lo que había ocurrido. Pasaron 20 días, aproximadamente, cuando la periodista publicó, el 27 de julio, el reportaje con los relatos de los pobladores.

Foto: Rolanda García / TeleSur.

La noticia no pasó desapercibida, al contrario, se convirtió en una amenaza, ya que al ver a las mujeres y a Francisco Jacinto detrás de una pantalla, describiendo los daños que la maquinaria de la constructora había ocasionado a sus viviendas y por la que, según las personas afectadas, no quiere pagar los daños. Sinceramente incomodó a la empresa y al sector finquero del municipio de Barillas que buscan beneficiarse con este proyecto, dijo la periodista a Prensa Comunitaria.

Por esa razón, el día que salió la publicación, Rolanda García cuenta que no paró de sonar su teléfono, dice que recibió más de cinco llamadas de distintos números hasta el viernes 29 y todas eran de amenazas.

“Las amenazas que recibí eran fuertes”, dijo la periodista, especialmente por haber colocado en el centro de la noticia a los pobladores que denunciaron la destrucción de sus viviendas. También señaló que las personas que se comunicaron con ella, la buscaron para convencerla de que cambiara información de la publicación, al punto, que llegaron a confirmar que fueron amenazadas por la constructora.

Además, mencionaron que, Jacinto, el señor que denunció la destrucción de su vivienda, fue coaccionado por un grupo de personas y miembros del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE), de la comunidad, para que cambiara su versión de los hechos, porque la empresa los amenazó con abandonar el proyecto de asfaltar la carretera si la población afectada continuaba con la denuncia, y que se limitaran a exigir una compensación por los daños que ocasionaron.

Para la periodista, lo que buscaban las personas que la llamaron era que cambiara el contenido del reportaje, a pesar de la insistencia, ella no accedió. “Querían que yo dijera que los pobladores de Las Limas habían dado información falsa, porque unos estaban bolos y otros habían sido manipulados”, aseveró.

La periodista de la cadena Telesur, recordó que, ese día, habían varias personas preocupadas por sus viviendas y querían que alguna autoridad los escuchara. El caso de Francisco, una de las personas que denuncia en el reportaje, no estaba bolo y no era el único caso, además de él había varias afectadas. “Don Francisco habló porque es el más afectado y dijo que ya no tiene vivienda, que la destruyeron toda”, aseguró.

El día que entrevistó a la gente, dijo García, estaba lloviendo y la maquinaria de PROURBA destruía lo que encontraba a su paso, observó la preocupación de las personas por los daños que estaban ocasionando a las viviendas, ya que algunas estaban a punto de colapsar por las fuertes lluvias y por la carretera que estaban construyendo.

No obstante, las amenazas en su contra no quedaron allí. El 28 de julio, un día después que publicó el reportaje, las autoridades de esa comunidad publicaron en la página de un medio local en el que aseguraban que a la aldea Las Limas, “llegó un grupo de personas que se identificaron como supuestos periodistas tratando de engañar a vecinos del lugar, indicándoles que les iban a apoyar a reconstruir sus viviendas a cambio de entrevistas, esto con el fin de perjudicar la imagen de la constructora PROURBA juntamente con líderes comunitarios de la región”, destaca el comunicado.

En el mismo aseguran que la demolición de algunas viviendas se facilitó a través del diálogo y acuerdos comunitarios, y que mostraban su respaldo total a la constructora. A criterio de la periodista, ese comunicado es totalmente falso, porque al lugar solo llegó ella junto al conductor de su vehículo y la misma gente se ofreció a hablar sin promesas de por medio.

Foto: Rolanda García / TeleSur.

La periodista Rolanda García, además, contó que una de las personas que la llamó se hizo pasar como familiar de Francisco y dijo que su familia estaba muy preocupada, porque él había dado información falsa y que, por esa razón, había un problema en el área, y le pidió que borrara la información. Cuando la periodista atendió la llamada, dijo, notar que quien le hablaba lo hacía con temor. “Lo que lo vive la comunidad es una presión de la empresa”.

Por su cuenta, ella investigó lo que estaba pasando en la comunidad y dos personas bajo anonimato, dijeron que representantes de la empresa estaban amenazando a la población. Además, se enteró que a Francisco lo estaban intentando convencer para que hablara con la periodista y que dijera que la empresa está trabajando bien y que no están destruyendo casas, y que la información que había dado era falsa. “Hay personas muy afectadas que por temor ya no quieren hablar, ya no quieren decir nada”, le dijeron las personas a la periodista.

Al respecto, la periodista García lamentó lo que está viviendo e interpreta como una censura a la prensa independiente cuando la obligan a borrar una información que es real. Ella recordó que la misma situación vivieron las personas cuando se construyó la FTN; en aquel entonces había inconformidad y se conoció poco porque amenazaban a la gente.

“Las empresas están acostumbradas a impedir estos derechos, y utilizan a las mismas autoridades locales, que son cooptadas o presionadas, para hacer este tipo de señalamientos. Además de criminalización, porque eso de que te estén llamando para decir que no has hecho bien tu trabajo y que debes de borrar una información que publicaste, es algo anormal que afecta, pero yo doy fe, porque llegué al lugar y vi que hay un serio problema”, concluyó.

La carretera de Barillas hacia Río Espíritu no avanza

La construcción de la carretera de Barillas hacia Río Espíritu fue una obra regional anunciada por el presidente Alejandro Giammattei, cuando asumió su gestión; sin embargo, hasta la fecha poco ha avanzado por distintos factores.

Este proyecto de carretera está a cargo de la empresa PROURBA (Proyectos Múltiples) con el nombre de Construcción de Carretera Tramo Santa Cruz Barillas – Río Espíritu. Según el acuerdo ministerial 1005-2020, del 30 de septiembre de 2020, el contrato para la construcción de la carretera, con el número 055-2020, fue firmado entre la Dirección General de Caminos del Ministerio de Comunicaciones y la empresa, por un monto de 142 millones de quetzales (Q142, 686,398.14), con un plazo de 18 meses para construir 25.58 kilómetros de carretera asfáltica con un grosor de 20 centímetros correspondiente a la categoría (RN-09N).

El contrato de la construcción de la carretera ya finalizó, y la conclusión del proyecto es incierta. Desde el 2004 se han construido algunos kilómetros de pavimento y su construcción se ha adjudicado a distintas empresas constructoras sin que este avance.

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