Un grupo de estudiantes universitarios que se sumó a la convocatoria de un paro a nivel nacional, en la entrada a la USAC, por la avenida Petapa, fue desalojado por la policía.
Por Juan Calles
Un grupo de estudiantes de varias facultades y escuelas no facultativas en resistencia, de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), tomaron la avenida Petapa, a la altura de la 30 calle, de la zona 12, a pocas cuadras de la entrada al Campus Central, como parte del paro convocado por organizaciones sociales del país a nivel nacional.
Los principales mensajes de la movilización de hombres y mujeres estudiantes, y algunos de los trabajadores de la universidad, para este martes 9 de agosto, se enfocaron en pedir la renuncia del presidente Alejandro Giammattei, por lo que consideran ha sido una gestión provista de actos de corrupción; pero también pidieron la salida de Walter Mazariegos de la Rectoría de la USAC, porque dijeron fue impuesto a través de un proceso que ha sido señalado de ilegal.
Minutos después de tomar la 30 calle de la avenida Petapa, docenas de agentes y antimotines de la Policía Nacional Civil (PNC), se presentaron al lugar, con la intención de desalojar la vía.
El comisario Elder de León y el oficial Carlos Castañeda simularon dialogar con los estudiantes, mientras estos pedían a las autoridades conocer el protocolo policial para manifestaciones pacíficas, ante los cuestionamientos los oficiales no respondieron y se retiraron.
Los estudiantes coreaban consignas y los oficiales encargados del operativo policial pedían instrucciones vía telefónica; los estudiantes gritaban ¡Alerta!, ¡Alerta! Mientras los agentes se formaban para intentar desalojar a los estudiantes.
“Esta no es violencia es una digna resistencia”
Mientras la policía se formaba, los estudiantes decían que tenían derecho a manifestar, “Esta no es violencia es una digna resistencia”, insistían.
Se entabló el diálogo nuevamente, esta vez los agentes policiales dieron diez minutos a los estudiantes para retirarse del lugar, “¿Y si no nos vamos que hará oficial?”, preguntaron los estudiantes. Visiblemente molesto, el agente Carlos Castañeda respondió: “Usaremos la fuerza pública”, la respuesta hizo que los ánimos se crisparan. Los estudiantes gritaban con más fuerza sus consignas y cantaban La Chalana, el himno universitario, mientras que los policías se alineaban para desalojar a los estudiantes.
Al menos durante 15 minutos se intentó llegar a un acuerdo, del lado policial se giraban órdenes a los antimotines, mientras los estudiantes agitados gritaban con más fuerza y por medio de megáfonos pedían a la policía que se retirara, que no usaran la violencia contra la manifestación.
Uno de los representantes estudiantiles se acercó al contingente policial y pidió hablar con el comisario Elder de León; esta vez, el estudiante propuso que para que ellos retrocedieran debían retirar al pelotón antimotines, De León aceptó y retiró a los antimotines, los colocó a la vuelta de la esquina y los estudiantes paso a paso empezaron a retroceder.
Los estudiantes retrocedieron hasta la puerta del Campus Central, mientras que la PNC retiraba un bus articulado que se encontraba en la avenida Petapa; minutos después, cuando el bus se había retirado, los agentes avanzaron y los antimotines volvieron a su formación, rompiendo así el acuerdo que habían logrado con los estudiantes.
El retiro del grupo de estudiantes y el avance de la policía permitió que el tráfico circulara de nuevo, dando con ello por finalizada la protesta estudiantil.
El contingente policial estuvo acompañado de asesores legales que escucharon el diálogo con los estudiantes; hacían recomendaciones a los oficiales a cargo del operativo policial y al final decidieron los plazos de tiempo que se daban a los estudiantes para retirarse, los asesores legales vestían de particular, pero llevaban chalecos con insignias policiales.
Para el 11 de agosto está convocado un paro nacional y se tiene previsto realizar manifestaciones en diferentes puntos de la ciudad, al mismo tiempo, en el Congreso de la República se preparan para aprobar la iniciativa de ley 6076, llamada Ley para el Fortalecimiento de las Fuerzas de Seguridad Pública y del Ejército de Guatemala. De aprobarse dicha iniciativa de ley, las fuerzas policiales tienen autorizado usar fuerza letal contra manifestaciones sin tener consecuencias legales.