El RENAP intenta modificar el sistema de nombres de la población Q’anjob’al de Huehuetenango

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Créditos: Leopoldo Batz.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Leopoldo Batz

Este 24 de agosto, en la ciudad de Quetzaltenango, se presentaron los resultados de un estudio etnográfico sobre la asignación de nombres y apellidos de la población maya Q’anjob’al de tres municipios, situados en la región norte de Huehuetenango.

El estudio de la fundación Konrad Adenauer Stiftung determina que la población de habla Q’anjob’al se enfrenta a diversas barreras institucionales sobre el reconocimiento de su identidad. Una de esas barreras es la dificultad que enfrentan las comunidades en el Registro Nacional de las Personas (RENAP), al momento de realizar la inscripción de nacimiento de sus hijas e hijos, a quienes se les obliga de forma arbitraria a cambiarse de apellidos. Esas actitudes, según la investigación, se traducen en una carga de racismo institucional al no reconocer la identidad natural de las personas.

Foto: Leopoldo Batz.

La investigación de campo se realizó en tres de los cuatro municipios que integran el área Q’anjob’al: San Juan Ixcoy, San Pedro Soloma y Santa Eulalia.

Simeón Tiu, pedagogo y coordinador del estudio de casos, comentó que con el trabajo buscaban identificar el estado del sistema de asignación de los nombres. El RENAP está vulnerando los derechos de filiación cultural del pueblo Q’anjob’al, comentó Tiu.

En esa región encontramos personas con cuatro nombres y nos preguntamos por qué no tienen apellidos. En realidad, se debe a un sistema de filiación que se va heredando del papá, ya que los nombres y apellidos se trasmiten a las hijas e hijos, indicó.

De acuerdo con Tiu, el RENAP obliga a las personas a buscarse apellidos que no correspondan al sistema de nombres que utilizan, generado varios problemas. “Las personas que se han puesto nuevos apellidos tienen dificultades para trámites legales y ha generado gastos económicos. Lo que hemos compartido es la experiencia de estas comunidades y ocurre igual en otras regiones de Guatemala”, afirmó.

Foto: Leopoldo Batz.

El análisis del estudio lo que busca es tomar conciencia de cómo el Estado debería de implementar sistemas de registro de sus habitantes, para que no sean obligadas a cambiarse de nombres culturalmente reconocidos.

El trabajo de investigación fue presentado en la Universidad Rafael Landívar (URL) con sede en Quetzaltenango, para que desde la academia los estudiantes reconozcan la importancia de los idiomas y los nombres de la población maya.

Por su parte, María Fernanda Revollo, coordinadora del Programa Regional Participación Política Indígena de esa fundación, aseguró que se interesaron en la investigación con la esperanza de mantener viva la identidad natural de las personas. “Este problema es muy complejo y tiene que ver con la identidad, además implica tener un respaldo jurídico para demostrar a las personas, quienes han sido sus abuelos, sus padres y no perder toda la historia que hay detrás”, dijo.

La investigación se publicó en materiales impresos y se distribuyeron a organizaciones comunitarias de Totonicapán, Sololá y Quetzaltenango, para que puedan presentar propuestas de políticas públicas al Estado y que a través de sus instituciones tengan un sistema abierto de filiación y así reconocer la identidad de las personas originarias con sus nombres y apellidos originales.

Foto: Leopoldo Batz.

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