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La danza del Palo Volador, un pasaje del Popol Wuj, continúa viva a través de los años

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Créditos: Cortesía.
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

La danza milenaria del Palo Volador consiste en que dos bailadores se van desenrollando por medio de cuerdas, desde la punta del tronco de un palo alto hasta que lleguen al suelo. Para realizar este ritual es necesaria una preparación previa que consta de diversas actividades. 

Por Elías Oxom

La historia del Palo Volador, una danza milenaria que se encuentra en el Popol Wuj, el libro sagrado del pueblo K’iche’ y hace referencia a Junajpú e Ixb’alamke, que subieron a sus hermanos Jun B’atz’ y Jun Ch’owen a un árbol, este luego creció y no lograron bajarse, convirtiéndose en monos. Ambos no querían a Junajpú e Ixb’alamke como sus hermanos.

La tradición ha continuado a través de los años y actualmente, la danza se celebra tres veces al año: la primera en Chichicastenango, Quiché, del 17 al 23 de enero; la segunda en Cubulco, Baja Verapaz, el 26 de julio y finalmente en Joyabaj, Quiché, el 15 de agosto.

Para el caso del municipio de Cubulco, habitado por la población maya Achi’, la danza del Palo Volador forma parte de sus expresiones identitarias.

Foto: Cortesía.

No obstante, la realización de este baile requiere de una preparación especial con diversas actividades previas. Una de ellas consiste en que las personas que fueron designadas para actuar de micos viajen a la montaña a seleccionar el árbol que servirá para el baile de los voladores. Una vez escogido se ponen de acuerdo con las autoridades municipales y la sociedad, para ir a cortarlo y llevarlo al sitio de la presentación, que es frente a la iglesia católica de ese municipio.

Antes de cortar el árbol, los hombres que bailarán el 26 de julio comienzan un ritual. El mico mayor, el más viejo, enciende las candelas y quema copal, pom y luego rocía con su boca, aguardiente, alrededor del tronco. Le pega al árbol con un cincho, continúa rezando y pide permiso al dios del cielo, de la tierra y al patrón Santiago para cortarlo, ya que servirá para alegrar la fiesta del pueblo.

Al terminar el ritual de permiso, el mico más viejo da la orden para botarlo, sin embargo, la preocupación en ese momento es que se debe botar el árbol con mucho cuidado para que no se quiebre o se raje, porque entonces ya no servirá para su cometido. Después de tenerlo botado, se procede a quitarle las ramas y dejar solo el palo, al que se aplica de nuevo, copal, pom e incienso para desahumarlo.

Foto: Cortesía.

Las personas que participan en el traslado del palo representan a los 400 muchachos que murieron en manos de Sipakna’, que también aparece en el Popol Wuj.

Los preparativos para este baile comienzan el 8 de julio y finaliza el día 25. De acuerdo al cronograma presentado por los organizadores, esta danza tiene los siguientes procesos: ritual para ir a traer el árbol como elemento principal de la danza del Palo Volador, instalación de la escalera, velada de las máscaras, instalación de la canasta, mientras el palo del baile se presentará en la feria de dicho municipio del 17 al 25 de julio.

La danza del Palo Volador consiste en que dos bailadores se van desenrollando por medio de cuerdas, desde la punta de un tronco de un palo alto, de no menos de 30 metros de altura hasta que lleguen al suelo. Cada uno de los bailadores se viste de mono y con movimientos bailan al compás de la marimba Achi’.

En 2009 la ceremonia ritual de voladores fue declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

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