Por Regina Pérez
El presidente Alejandro Giammattei participó este martes en una sesión protocolar en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, donde arremetió contra el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que incluyó a Guatemala en la “lista negra” de países que violan los derechos humanos y que fue publicado a principios de junio.
El discurso de Giammattei, quien se encuentra de gira en la capital estadounidense, se centró en desacreditar el apartado IV b del informe, el cual, para el mandatario, está “plagado de errores metodológicos que evidencian la falta de rigor jurídico y el sesgo ideológico que afecta a Guatemala”.
Para ilustrar esto, el presidente señaló que el informe de la CIDH cuestiona las investigaciones en curso contra distintos fiscales y jueces que, según él, abusaron de su poder en el fuero interno y violaron el debido proceso y los derechos humanos de muchos ciudadanos, en referencia a políticos y empresarios procesados por delitos de corrupción, “En algunos casos hubo personas que murieron después de 3 años de estar en prisión provisional, una figura jurídica que no está reconocida en el ordenamiento legal, pero que fue puesta de moda. Ese fue un defecto procesal que nos dejó la triste historia de la CICIG en Guatemala”, dijo Giammattei.
Según el mandatario, cuestionar esas investigaciones socava la institucionalidad y quebranta el principio de subsidiaridad o complementariedad de la CIDH. “Este nuevo y gravísimo error metodológico evidencia un claro activismo ideológico, carente de objetividad”, dijo.
Juan Francisco Sandoval, exjefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), señaló que el presidente aborda el tema de la prisión provisional como un triste legado de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) desconociendo el mandato de la Comisión, porque ellos no imponían prisión, sino los jueces. Según Sandoval, el discurso de Giammattei obedece a que fue procesado por su participación en ejecuciones extrajudiciales en las que hubo condena y él fue beneficiado por la decisión de una jueza.
Para el exfiscal, esto justifica su animadversión contra la CICIG y su legado.
Alfredo Ortega, abogado especialista en derecho internacional, señaló que la intervención del mandatario se trató de una exposición de agravios del gobierno de Guatemala en contra de la CIDH, que en su informe anual, en el capítulo IV, incluye informes especiales sobre la situación de derechos humanos en algunos países que son de especial preocupación para la Comisión, que coloquialmente se le conoce como la “lista negra” de la CIDH.
En el informe, la Comisión abordó diversas problemáticas en Guatemala, haciendo un examen general sobre la situación de DDHH del país, centrándose principalmente en la degradación a las instituciones democráticas, la persecución en contra de jueces, fiscales, operadores de justicia y defensores de derechos humanos y la estigmatización y campañas de persecución ilegítimas, en contra de estos actores, dijo Ortega.
Por su parte, Alejandro Rodríguez, consultor del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala (ICCPG) manifestó que la CIDH está muy bien informada de lo que está sucediendo aquí y lo ha podido ver desde la expulsión de Iván Velásquez, (exjefe de la CICIG), con la destrucción de la Corte de Constitucionalidad y más recientemente la toma del MP, por parte de actores corruptos que están señalados por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que han estado destruyendo la justicia en Guatemala.
“El presidente es parte de esa conspiración contra la justicia, él está empecinado en evitar que lo investiguen, recordemos que tiene grandes señalamientos de corrupción que hizo Sandoval y la expulsión del exfiscal fue inducida por él, porque no quería que salieran todos esos actos y que son evidentes”, dijo Rodríguez.
Para Ortega, la crítica de Giammattei a la CIDH por cuestionar la persecución contra jueces y fiscales independientes, es muy frecuente en países donde hay patrones sistemáticos de violaciones a los derechos humanos.
Según dijo, lo hizo Fujimori en Perú y el venezolano Hugo Chávez, quien dijo que la Comisión era un títere del imperio. Ahora, el nuevo ataque a la CIDH, en lugar de referirse concretamente a sus hallazgos, que están documentados, lo que hace es atacarla y decir que promueve una agenda del aborto, que ni está en el informe, señaló el abogado en referencia a los alegatos del presidente guatemalteco.
Giammattei se refirió concretamente a que en el capítulo IV se cuestiona que Guatemala haya firmado el consenso de Ginebra, que reconoce, como lo hace la Convención Americana, la vida desde su concepción.
“¿Cómo puede la CIDH cuestionar un acto soberano de la política exterior que está en consonancia con el artículo 4 de la Convención Americana de los DDHH? Existe otro error metodológico que evidencia una agenda en favor del aborto que se excede de sus competencias porque la CIDH no debería ser activista en estos temas, sino respetar la soberanía y libertad de cada Estado, para decidir sobre estos temas, como la reciente sentencia que vimos acá en los Estados Unidos al respecto”, señaló el mandatario.
CIDH está cumpliendo su mandato
Sobre las descalificaciones que hizo Giammattei a la CIDH, de excederse en sus competencias y extralimitarse en sus funciones, así como de hacer recomendaciones que para él no son vinculantes ni obligatorias, Sandoval indicó que la competencia de la CIDH deriva de la Convención Americana de Derechos Humanos, de la cual Guatemala es parte y el informe es uno de sus instrumentos de monitoreo.
“No hay ninguna ilegitimidad y no es ninguna intervención, es el uso de uno de los instrumentos de monitoreo”, señaló.
Ortega opinó que el hecho de que la CIDH se refiera con preocupación a las investigaciones espurias en contra de operadores de justicia, se trata del cumplimiento de su mandato de monitoreo y constatación de acuerdo con la Convención Americana y sus propios reglamentos.
Antes de empezar su discurso, el presidente Giammattei dijo que como jefe de Estado llevaba un mensaje del Congreso de la República, que en el mismo tono del Ejecutivo, manifestó su desacuerdo con el informe anual de la CIDH.
Entre esas consideraciones están el incumplimiento sistemático del Estado con su obligación de combatir la impunidad, atribuible a una falta de voluntad. Esto, para el Congreso, es una intromisión que viola su mandato.
Rodríguez lamentó que el presidente vaya con esa intencionalidad de negar lo obvio, “que él y su camarilla son una partida de corruptos que están destruyendo la institucionalidad para garantizarse impunidad y por eso han manipulado la justicia y han impuesto una Corte de Constitucionalidad que no cumple con las garantías de independencia y todo esto es lo que está evaluando la CIDH para considerar que Guatemala es un Estado donde se violan sistemáticamente los derechos humanos sin un debido proceso”.
Organizaciones de derechos humanos en Guatemala repudiaron el discurso del presidente, en el cual rechazó las recomendaciones de la Comisión. “El discurso del gobernante es falaz, puesto que las resoluciones de la CIDH y los mecanismos del Sistema Interamericano de DDHH han estado en el marco absoluto de su mandato, derivado de la Convención”, señalaron.
Asimismo, indicaron que Guatemala no puede abstraerse del sentido de las resoluciones y recomendaciones de la CIDH y alegar no obligatoriedad del Estado para su cumplimiento. Por lo mismo, rechazan las afirmaciones del mandatario.
Giammattei se encuentra de gira en Washington desde el pasado lunes 27 de junio, donde sostendrá reuniones con exfuncionarios y organizaciones afines al expresidente Donald Trump. También se reunió con el secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Alejandro Mayorkas con quien, según la Presidencia, conversó sobre migración irregular y combate al crimen transnacional.
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