La USAC fue arrasada con violencia y represión durante el conflicto armado interno, luego, grupos con intereses económicos y políticos por medio de la huelga de dolores, abrieron las puertas a sicarios para que se adueñaran de la AEU, decanos y rectores, apoyados en estos grupos para obtener dividendos económicos y políticos, han dejado un panorama en donde la calidad académica y el desarrollo científico no tienen lugar ¿Se podrá recuperar la USAC?
Por Juan Calles
El sábado 14 de mayo el Consejo Superior Universitario, CSU, convocó únicamente a los electores de la planilla de la agrupación INNOVA para imponer como rector de la universidad de San Carlos, USAC, a Walter Mazariegos, el candidato ligado al pacto de corruptos. Esta vez eligieron el Parque de la Industria, un lugar con muchas entradas y salidas, de esa manera podrían controlar quién entraba y salía; así consiguieron evitar las protestas de quienes aseguran el proceso es fraudulento.
Además, se hicieron acompañar de grupos de personas que se cubrían el rostro con gorros pasamontañas, se comunicaban por medio de radiotransmisores e intimidaban a quienes intentaban ingresar al recinto, aunque éstos fueran electores democráticamente electos, únicamente permitieron la entrada de los electores de Mazariegos y Luis Suarez, dos candidatos acusados de participar en el fraude. Contaron también con el apoyo de la Policía Nacional Civil y sus fuerzas especiales, de esa manera, evitaron la entrada de cualquier persona que no estuviera en sus listados.
Al final de la jornada, impusieron a Walter Mazariegos como rector, siendo el único candidato, ningún elector de otras planillas pudo ingresar a emitir su voto, en las afueras, la PNC reprimió a quienes exigían elecciones democráticas, el fraude fue consumado.
Las escenas en las que grupos de choque violentos e intimidatorios protegen y cuidan “la seguridad” de eventos universitarios es cada vez más común en la USAC, esos grupos que operan como una mafia han convertido a la universidad estatal en un lugar dominado por la violencia y la tranza.
Un poco de historia para comprender la configuración del fraude
Al parecer solo quedan los recuerdos de una universidad que además de aportar a la investigación científica y académica, contaba con un sector de estudiantes, profesionales y trabajadores, que se involucraban en los problemas sociales del país. Según personas que participaron en las organizaciones de la época, no sólo tenían una participación beligerante, también existía una mística que impulsaba a miembros de esa comunidad universitaria a poner el pecho ante las balas y las tonfas policiales. Por cientos se cuentan los estudiantes, catedráticos y empleados universitarios que murieron por la represión estatal.
En opinión de varios lideres estudiantiles de esa época, que sobrevivieron a la violencia estatal, la USAC, era un bastión de las luchas populares por un mejor país, desde una óptica que contradecía los intereses y el pensamiento de la oligarquía conservadora, que, en contubernio con el ejército, desmanteló con violencia extrema la organización de la comunidad universitaria de aquellos años.
Hoy, la universidad de San Carlos atraviesa por una crisis institucional que se configura como un callejón sin salida, las organizaciones estudiantiles y académicas están conformando un frente de lucha para defender la institucionalidad universitaria, frente a las autoridades que mediante un proceso señalado de fraudulento, eligieron a Walter Mazariegos como rector, quien entre otros delitos es señalado de tráfico de influencias y de tener vínculos con el narcotráfico.
Con fraude se impone a Walter Mazariegos como rector de la USAC
Sumado a ello, los dos anteriores rectores, Estuardo Gálvez y Murphy Paiz, han guardado prisión (recientemente liberados por supuestos motivos humanitarios), señalados de actos de corrupción; los grupos de choque violentos, vinculados a la rectoría y decanaturas, intimidan a toda la comunidad universitaria. La pregunta que flota en el ambiente es ¿Cómo llego la universidad a esta situación?
De Meyer a Murphy Paiz un viaje al fondo de la corrupción
Varios textos históricos y la totalidad de las personas entrevistadas identifican la Rectoría de Eduardo Meyer Maldonado como el inicio de la cooptación de las más altas autoridades universitarias. Meyer Maldonado, además de ser señalado como un rector que colaboró con el ejército de Guatemala para desmantelar la organización estudiantil y sindical en la USAC, es recordado como el único rector que ha renunciado a su cargo para convertirse en funcionario público.
Seis meses antes de finalizar su periodo renunció a la rectoría para ser ministro de educación del expresidente Vinicio Cerezo, el primer presidente de la llamada “era democrática”. Ello, a pesar de que siempre negó tener vínculos con la Democracia Cristiana, el partido político de Cerezo, su traslado de la rectoría al ministerio de educación fue tomado como confirmación de las sospechas de aquella época.
Un caso para ilustrar el papel de Meyer Maldonado como rector es el de Carlos Ernesto Cuevas Molina, estudiante de Sociología y parte del Comité Ejecutivo de la Asociación de Estudiantes Universitarios, AEU, quien fuera detenido y desaparecido en mayo de 1984.
La familia de Carlos Ernesto debió salir al exilio luego de los hechos violentos en su contra; ya en el exilio, la madre de Carlos Ernesto relata que recibió la visita del rector Meyer Maldonado en Costa Rica, para pedirle a ella y a la esposa de Carlos Ernesto, Rosario Godoy de Cuevas que guardaran silencio, que si cesaban sus reclamos les devolverían a Carlos Ernesto. Ruth Molina de Cuevas, la madre de Carlos Ernesto, le respondió: “Los quiero a todos no solo a mi hijo”. Refriéndose a la totalidad del secretariado de AEU que en aquellos años fueron desaparecidos.
En esa época gobernaba Humberto Mejía Víctores, mediante un golpe de Estado. En mayo de 1984 fueron detenidos y desaparecidos 10 líderes estudiantiles, todos miembros del secretariado de AEU; además, ese año es recordado por que desaparecieron forzadamente a más de 600 lideres sociales.
Después de la visita de Meyer a la familia Cuevas, María del Rosario Godoy de Cuevas, la esposa de Carlos Ernesto, volvió a Guatemala y junto a otros familiares de desaparecidos fundaron el Grupo de Apoyo Mutuo, GAM; pero el 4 de abril de 1985 fue asesinada junto a su hermano Maynor René y su pequeño hijo, Augusto Rafael, de dos años de edad. Sus cuerpos fueron encontrados con señales de tortura, incluso el bebé.
Otro rector que pasó a ser funcionario público, pero al finalizar su periodo como rector, fue Efraín Medina, quien fue ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, del gobierno de Otto Pérez Molina, hoy detenido por corrupción, fue también candidato vice presidencial del partido Visión con Valores, VIVA, pero contrario a Meyer, Medina no aparece en ningún documento o comentario, al parecer nadie lo recuerda.
Después de Meyer Maldonado los rectores se sucedieron en administraciones que bloquearon la organización estudiantil y la reforma universitaria, y procuraron forjar un sistema de clientelismo para conseguir plazas de trabajo, apoyo electoral y depredar los recursos universitarios.
Roderico Segura, Fuentes Soria, Jafeth Cabrera, Efraín Medina, Luis Alfonso Leal, Estuardo Gálvez, Carlos Alvarado Cerezo, la lista de rectores durante un periodo de 24 años, en los que se abrieron las puertas a la corrupción, decadencia académica, privatización y neoliberalismo, muy drásticos con la organización de los sectores universitarios y muy laxos con las políticas gubernamentales que paralelamente a su gestión como rector convertían a Guatemala en el país atrasado y violento que hoy conocemos.
A partir del periodo de Estuardo Gálvez, que es el único rector reelecto para dos periodos en la historia de la USAC, se fijó un punto sin retorno, después de ser decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, en donde reformó el pensum de estudios para quitar las sociologías y dar un cariz únicamente técnico a la formación de abogados y notarios.
Gustavo Maldonado, dirigente estudiantil en la década de los 90, opinó que durante el periodo de Gálvez como Decano se quitó lo social a la carrera para formar abogados sin una visión comunitaria y crítica de su realidad; además señala que fueron notorios los casos de venta de títulos y exámenes privados, convirtiendo a esa facultad en una especie de oficina de corrupción para comprar títulos y voluntades.
Luego de los dos períodos de Gálvez, quien presume de ganar en las dos ocasiones con altos porcentajes de apoyo electoral, se descubrió que contaba con una red de clientelismo en la Facultad de Humanidades. Después de Gálvez ocupó la silla del rector Carlos Alvarado Cerezo y se empiezan a conocer las conexiones de la rectoría con grupos violentos de estudiantes ligados a sicariato y robo de vehículos.
Según una dirigente estudiantil que participó en el consejo consultivo de la AEU en el periodo 2017-2019, quien pidió no citar su nombre por seguridad, estos grupos apoyaban a uno u otro candidato para rector, por ejemplo, Carlos Alvarado Cerezo fue muy cercano al entonces Decano de Humanidades, Walter Mazariegos quien era escoltado por “los gatos”, el grupo violento que dominaba la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media, EFPEM. Por otro lado, el candidato a rector Luis Suarez de la Facultad de Ciencias Económicas es ligado al grupo violento denominado “Los Jamones” que desde la asociación de estudiantes de Ciencias Económicas intimida a otros grupos estudiantiles contrarios a sus intereses. Son públicas las denuncias contra estos personajes que ya han vapuleado a estudiantes que denuncian su corrupción.
Los Gatos y los Jamones son grupos de choque que desde diferentes unidades académicas y asociaciones estudiantiles vandalizan e intimidan estudiantes y profesores. Estos grupos tienen su origen en la huelga de dolores, en donde amparados en el anonimato que les daba la capucha se configuraron en grupos de poder, que poco a poco se enquistaron en las organizaciones estudiantiles, convirtiéndose en grupos violentos, utilizados por autoridades, para intimidar y ganar elecciones, quedarse con negocios en el campus de la USAC como fotocopiadoras, cafeterías, parqueos, entre otros; son vistos en diferentes actividades como un comité de orden o seguridad que no solo resguarda a personajes, sino que además evita cualquier manifestación de desacuerdo o critica a dichos personajes.
En la actualidad, dos rectores electos, Estuardo Gálvez y Murphy Paiz, son señalados de actos de corrupción en el caso comisiones paralelas 2020, ambos guardaron prisión hasta el pasado 17 de mayo, cuando un juez permitió su salida de prisión por supuestos motivos humanitarios.
La AEU y el método perfecto para garantizar triunfos electorales
En el año 2000 Jorge Mario García, conocido como Gilligan, fue electo como secretario general de la AEU. García es señalado en diferentes publicaciones y por diferentes dirigentes estudiantiles de ser quien lideró la entrega de la AEU a los partidos de derecha y se comprometió con los gobiernos de turno a no movilizar a los estudiantes contra las decisiones gubernamentales.
De hecho, en la actualidad García es asesor del rector en funciones, tiene una plaza en la municipalidad como alcalde auxiliar de la zona 21 y ha sido candidato a alcalde por el partido Unionista, en donde ha obtenido paupérrimos resultados electorales.
Después de una escisión en el movimiento estudiantil, luego de la firma de la paz, García aprovechó para lanzar su candidatura como secretario general de AEU, logrando su cometido gracias a la red clientelar que se había descubierto en la Facultad de Humanidades, desde entonces, Walter Mazariegos ya era pieza clave en estas estrategias para ganar votos. Al controlar los centros regionales con derecho a voto, se conseguía una gran cantidad de votantes a cambio de simples viajes a la capital para votar, o plazas fijas en la universidad, de esa manera no se podía competir contra los pocos votos que se podían conseguir en el campus central de la capital.
García, apoyado por los centros regionales y la violencia de “Los gatos” que intimidaban a otras planillas con violencia y amenazas de muerte, ganó la AEU. Los gatos son un grupo de choque de la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media (EFPEM), dirigidos por Byron Losley Johnson, apodado “El Gato”, quien en el siguiente periodo fue también secretario general de la AEU.
De esa manera y con el aval de autoridades universitarias, la AEU fue tomada por estos grupos durante quince años, en los que desmantelaron y pervirtieron el papel que jugaba la organización estudiantil frente a los problemas nacionales.
¿Por qué se perdió la AEU?
Para el ex secretario general de AEU en 1997 David Guzmán, el punto de inflexión fue la firma de la paz en 1996, “No supimos leer lo que significaba el proceso de paz”, afirmó el ex secretario, al analizar las razones por las que se cedió el espacio a estos grupos mafiosos.
“No hubo un recambio generacional, nuestra generación salió de la Universidad a continuar la vida, como es natural, pero no nos encargamos de transmitir esa mística que nos llevó a nosotros hacer lo que hacíamos y como lo hacíamos, esa mística se perdió”, opinó Guzmán.
Por su parte, el también exdirigente estudiantil, Miguel Hernández, quien participó en los secretariado de Manolo Vela en 1994 y David Guzmán en 1997, asegura que esos grupos siempre estuvieron en la USAC y los señala de ser responsables del asesinato de muchos lideres estudiantiles en los años 70 y 80, sin embargo, es después de la firma de la paz que se incrustan en la dirigencia estudiantil y en otras entidades universitarias.
“Recuerdo que cuando se intentaba reconstruir el movimiento estudiantil a principios de los 90, grupos violentos siempre participaban en las elecciones. Recuerdo en ingeniería al “Hueso”, a “Playa Grande”, “El Mamut” y “el Cubo” Edgar Arriola “en Psicología” y “Los Gatos” en EFPEM, pero nunca lograron ser representativos y no lograban ganar las elecciones para la AEU, hasta que bajo la figura de los autónomos pudieron aglutinar gente de la USAC y ajenos a la misma, bajo la promesa de ganar dinero durante la Huelga de Dolores”.
Hernández además analiza que como estrategia contrainsurgente se utilizó a cuadros formados políticamente por las organizaciones guerrilleras de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, URNG, para liderar estos grupos y así aglutinar a la comunidad universitaria en sus propuestas electorales.
“Tomaron a estos cuadros, en ese momento no tan reconocidos, pero formados políticamente, tal es el caso de Jorge Mario García, Gilligan, que salió de la Asociación de Estudiantes de Derecho, AED, con incidencia del Ejército Guerrillero de los Pobres, EGP. Allí ellos logran romper estructuras y quedarse con asociaciones estudiantiles, igual sucedió en Medicina y otras facultades”.
Según Hernández, luego de la firma de la paz algunos movimientos y lideres estudiantiles no deseaban seguir las directrices de las organizaciones revolucionarias, y la misma URNG sacó de la universidad a sus cuadros mejor formados para enfrentar la construcción del partido político en el que supuestamente se convertiría la exguerrilla, lo cual fue aprovechado por grupos mafiosos para enquistarse en toda la institucionalidad universitaria.
“La URNG nos subió al carro de la revolución y cuando se firma la paz nos baja; en esos años no se entendió que era necesario continuar con la conducción, no lo entendimos nosotros desde las bases, no lo entendieron los cuadros medios, ni la dirigencia revolucionaria, todo el mundo se enfocó en el partido como necesidad primaria y abandonaron a las bases y su conducción para formar nuevos cuadros y continuar con el trabajo que se hizo desde 1990”, concluyó Hernández.
La huelga de Dolores una puerta grande para la corrupción
El ex secretario general, David Guzmán, también recordó que por esos años se utilizó la huelga de dolores para permitir el ingreso de grupos violentos y armados. Aprovechando el uso de la capucha se permitió que personas con intereses económicos procuraran el ingreso de pandilleros a los comités de huelga, se utilizaron los llamados “Autónomos” para usar estos grupos y quedarse con el dinero de la talacha (dinero recolectado para organizar el desfile bufo de cada año).
La capucha se usó en los años 70 y 80 en los comités de huelga para cubrirse el rostro y salvarse de la represión militar de aquellos años; ya para los años 90 fue usada para que personas ajenas a la USAC pudieran participar en los comités de huelga sin ser universitarios, con el único fin de quedarse con los ingresos de la recaudación de fondos; esta práctica generaba altos ingresos para el comité de huelga que controlaba el dinero recaudado, para no entregar ese dinero al comité de huelga se crearon los “Autónomos”, que se quedaban con todo, sin entregar cuentas y a partir de entonces surgieron los grupos de choque.
La recuperación de la AEU y la reacción de las mafias
Un intento significativo para recuperar la AEU fue el movimiento liderado por estudiantes en la agrupación Estudiantes por la autonomía, EPA, quienes tuvieron tomada la universidad por 52 días en el 2010; ello, como respuesta a la violación de la autonomía universitaria, al despojar a los estudiantes del voto en las juntas directivas, sin embargo, el movimiento creció más de lo esperado y logró aglutinar a muchas agrupaciones universitarias que plantearon reformas profundas y necesarias para los tiempos que corrían.
EPA planteó la Reforma universitaria, la anulación del examen de admisión, que ellos llamaban de exclusión, elecciones limpias y transparentes de AEU, revisión del plan de repitencia, aumento del presupuesto universitario, entre otros, este movimiento enfrentó a los grupos de choque quienes les amenazaron de muerte y en varias ocasiones fueron víctimas de balaceras.
“No estábamos armados pero no teníamos miedo, estuvimos dispuestos incluso a morir para lograr los objetivos”, mencionó un estudiante miembro de EPA, quien también pidió omitir su nombre por miedo a represalias.
El caso de EPA es otro ejemplo claro de cómo operan las mafias dentro de la USAC, apoyadas por autoridades universitarias; luego de la toma del campus por 52 días, se firmó un acuerdo con el entonces rector Estuardo Gálvez, sectores universitarios y EPA. Esto convirtió a EPA en un interlocutor con poder de convocatoria y aglutinador de grupos estudiantiles y académicos contrarios a las mafias, sin embargo fue anulado.
“EPA fue desarticulada por las mafias enquistadas en la USAC por que fuimos el único colectivo que tuvo la capacidad de hacerle frente, no solo a los grupos de sicarios que estaban en la AEU, sino también a las administraciones universitarias de turno… éramos la piedra en el zapato para el gobierno. Parte de la estrategia de desarticulación fue difundir el rumor de que EPA se vendió y que éramos los mismos de la transitoria, esa fue una mentira que difundieron a tal grado que EPA se fracturó”, declaró otro miembro de EPA que solicitó el anonimato.
Después de EPA la intención de recuperar la AEU se quedó como un primer paso para quitar algo de poder a los grupos mafiosos, no fue fácil y se enfrentaron a procesos electorales poco transparentes, intimidación y violencia, sin embargo, en el año 2017 colectivos estudiantiles apoyados por la sociedad civil y observadores internacionales lograron ganar la AEU.
Este proceso también ha sido truncado por las mafias y hoy la opinión general es que la AEU no existe.
En opinión de una estudiante de relaciones internacionales que fue parte de consejo consultivo de AEU en el periodo 2017-2019, el ejemplo de su triunfo al recuperar la AEU puede ser la respuesta para recuperar la USAC; al enfrentar la violencia de las mafias arriesgaron su vida, pero junto al acompañamiento de instituciones de la sociedad civil, organizaciones de observación internacional y la unidad de acción de la comunidad universitaria, se logró arrancar de las manos de las mafias la AEU.
“Nosotros podemos seguir intentando, pero es la sociedad en su conjunto quien debe apoyar estos esfuerzos, porque no es solamente la USAC lo que está en juego, es el futuro del país, si permitimos que las mafias se queden con la USAC, van a creer que lo pueden hacer con el país entero, este debe ser un esfuerzo de la sociedad en su conjunto”, mencionó la estudiante.
El 14 de mayo recién pasado se eligió a Walter Mazariegos, decano de la facultad de humanidades, como rector de la USAC para el periodo 2022-2026, desde el inicio, este proceso electoral estuvo plagado de hechos denunciados como poco transparentes, para que finalmente en una votación a puerta cerrada, en donde el Consejo Superior Universitario, CSU, permitió únicamente el ingreso de los electores de Mazariegos con lujo de violencia y represión, situación que mantiene a la USAC en medio de una complicada coyuntura en donde una vez más los grupos que ejercen violencia y corrupción se enfrentan con artimañas legales a los grupos que proponen un nuevo rumbo para la universidad estatal.
La pregunta que queda en el ambiente es si ese recuerdo de una universidad beligerante y científica quedará únicamente como una nostálgica postal que se diluye en el tiempo; o si los murales universitarios, los afiches con rostros de lideres universitarios, y los claveles, se pintarán nuevamente de colores para ser una fuerza viva que represente y defienda los intereses de la sociedad guatemalteca que parece estar abandonada a su suerte