Créditos: Juan Rosales
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El MP señaló directamente a Alix Leonel Barillas Soto de haber participado en la captura y desaparición de Rubén Amílcar Farfán, que aparece en el Diario Militar.

También en la privación de la vida de al menos 15 personas, cuyos cadáveres fueron encontrados en la vía pública. Así mismo el ex militar está acusado de haber participado en los interrogatorios violentos de al menos cuatro mujeres en estado de gestación y una niña de 4 años.

Por Luis Ovalle

Dio inicio, de forma atropellada, la audiencia de primera declaración de Alix Leonel Barillas Soto,  quien se desempeñó como sargento primero especialista del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN), del ejército de Guatemala. Habría participado en la captura, detención, tortura, desaparición y asesinato de personas que aparecen en el denominado Diario Militar o Dossier de la Muerte, específicamente de Rubén Amílcar Farfán.

Rubén Amílcar Farfán aparece en la ficha 134 del Diario Militar, en la que se indica que era responsable del comité de base del sector estatal, capturado el 15 de mayo de 1984 y “que fue 300, al oponer resistencia”.

El abogado defensor de Barillas Soto había solicitado que se suspendiera la audiencia, debido a no contar físicamente con la carpeta judicial del caso. Argumentó una acción procesal defectuosa, al señalar que su defendido tiene ocho días de estar detenido y que ahora, sin que él tenga conocimiento del proceso, se quiere apurar la audiencia.

“Es atacar un mal con un mal mayor”, indicó. Sin embargo, el juez Miguel Ángel Gálvez señaló que el responsable era él y que no podría suspender la audiencia y que daría paso a los señalamientos por parte del Ministerio Público, para que en la próxima cita pudiera el defensor intervenir.

Rechazó así el togado la acción procesal defectuosa; no obstante, el abogado intentó interponer una nueva acción procesal defectuosa, sobre la anterior, que fue rechazada por Gálvez.

Al momento de que el juez Gálvez requería datos al detenido, el defensor interrumpió en al menos tres ocasiones, argumentando que Gálvez estaba interrogando a su defendido. “¡No responda, no responda si no quiere!”, indicó el abogado a Barillas Soto.

El juez aclaró que no era un interrogatorio, sino parte de los datos que debía pedir al señalado y que tendrán que ver con los señalamientos posteriores. Pidió al abogado respeto y no volver a interrumpir; le dijo que debía actuar de forma profesional, en su momento.

 

Los señalamientos

 El Ministerio Público procedió posteriormente con los señalamientos: dijo que Alix Leonel Barillas Soto se desempeñó como sargento primero especialista, con puesto de oficinista III, en el Primer Negociado del Estado Mayor de la Defensa, del 1 de marzo de 1983 al 31 de mayo de 1989.

Integró estructuras conformadas por fuerzas del Estado que actuaban como agentes encubiertos, para la realización de operaciones clandestinas, en contra de por lo menos 195 personas, dijo el fiscal del MP.

Algunas de estas personas fueron enterradas como XX en el cementerio de la Verbena y posteriormente identificadas. Intervino en la privación de la vida de al menos 15 personas, cuyos cadáveres fueron encontrados en la vía pública.

Contribuyó a catalogar como enemigo interno a niñas y niños, que también fueron privados de la libertad. Participó en la sustracción de bienes y objetos de valor en casas particulares, asó como en interrogatorios violentos de al menos cuatro mujeres en estado de gestación y una niña de 4 años de edad.

El MP señaló directamente a Alix Leonel Barillas Soto de  haber participado en la captura de Rubén Amílcar Farfán, trasladado a las antiguas instalaciones de la Escuela Politécnica que eran utilizadas como centro de detención y tortura.

Asimismo, el MP destacó que Barillas Soto tenía conocimiento de dichas operaciones, en virtud del cargo que tenía como agente del Estado y las funciones que tenía en las operaciones en las que participó.

El MP señaló que Alix Leonel Barillas Soto incurrió en los delitos de Desaparición forzada y Delitos contra los deberes de la humanidad, ambos en agravio de Rubén Amílcar Farfán.

 

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