Por Carlos Barrera / publicado en elfaro.net
Tras más de dos años en los que la ciudadanía crítica con Bukele apenas lograba convocar a decenas de manifestantes, cientos como mucho, este 15 de septiembre, día del bicentenario de la República, miles de personas marcharon hacia el Centro de San Salvador en protesta por el desmantelamiento de la democracia por parte de esta administración. Ha sido, por mucho, la manifestación más grande contra este presidente. Los cálculos conservadores hablan de 5,000 personas; los más aventurados cuentan más de 15,000. La mañana de este miércoles, la oposición bukelista alcanzó números mayores a los que Bukele mismo consiguió en algunas de sus convocatorias emblema, como cuando llamó a sus seguidores a concentrarse afuera de la Asamblea Legislativa en febrero de 2020, mientras él la ocupaba con militares.
En esa ocasión, unas 5,000 personas llegaron a acuerparlo. La manifestación de este día terminó en la plaza Morazán, hasta donde llegaron los diferentes colectivos que conformaron la marcha: grupos feministas, del gremio médico, jueces organizados, excombatientes, militantes del FMLN y Arena y ciudadanos indignados. En las más de tres horas de duración de la protesta, hubo un par de eventos violentos, donde principalmente encapuchados quemaron una motocicleta y dañaron rótulos y paredes.
Un grupo de mujeres organizadas aisló a ese grupo de encapuchados de la manifestación, aduciendo que eran enviados del Gobierno para crear una mala imagen de la protesta. Al ser entrevistados por algunos medios, los encapuchados dieron respuestas confusas, como que venían con “El Pescadito Ruiz” o con “El Diablito Ruiz”, pero la mayoría huyó ante las preguntas e incluso algunos amenazaron a los periodistas que los filmaban. En la céntrica plaza Gerardo Barrios, un grupo de manifestantes y algunos encapuchados quemaron una de las cabinas Bitcoin instaladas por el Gobierno. A lo largo de la manifestación, la presencia policial fue escasa, por no decir nula. En las calles, este ha sido el mayor revés de Bukele, que aún conserva una popularidad arriba del 80 %.