Por Prensa Comunitaria
Remigio* tiene 35 años y forma parte del personal de enfermería que atiende a las personas que padecen COVID-19 en el Hospital Temporal del Parque de la Industria. Cuenta que se encuentra agotado emocionalmente y triste por el incremento de casos que generan sobresaturación de pacientes en ese hospital. A esa situación se suma la falta de certeza laboral que enfrenta el personal de salud y que hasta el momento no les ha permitido firmar un contrato de renovación por servicios. Este sábado deberán acudir a firmar, según les indicaron, pero no les dijeron a qué hora.
Además de la carga emocional también se afecta la salud mental del personal que atiende la emergencia durante la pandemia. “Esto nos afecta porque ellos nos están poniendo obstáculos para ser contratados. Nuestras familias dependen de nosotros y estar en esta incertidumbre nos estresa más que el miedo de infectarnos de COVID-19”, afirmó Remigio.
Desde las 7:30 de la mañana de este viernes, Remigio, auxiliares de hospital, auxiliares de enfermería, enfermeros profesionales, técnicos de laboratorio, técnicos de rayos X, personal médico y técnicos en Terapia Respiratoria, fueron convocados a una reunión donde se les informaría sobre sus contratos. “Nosotros empezamos a trabajar desde marzo de este año y completamos nuestra papelería con el departamento de recursos humanos que verbalmente nos dijo que todo estaba bien para seguir”.
El nuevo contrato laboral para Remigio y sus compañeros debería haber comenzado desde ayer. Cerca de las 10:30 de la mañana, desde el Ministerio de Salud se les informó que se habían girado instrucciones para hacer los ajustes presupuestarios necesarios y que se les garantizara la contratación desde el 1 de julio al 31 de diciembre de este año.
Unas 18 personas que trabajan en diversas áreas de ese hospital temporal ya no serán contratadas porque se detectaron problemas de horarios con su primer empleador y reparos en la Contraloría General de Cuentas.
Según una inspección que realizó la Defensoría de la Salud de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) a cargo de Zulma Calderón, se confirmó la situación de las 18 personas y se detectó que otras 78 estarían con problemas porque tienen dos patronos.
Según Remigio, la mayoría de ese personal de salud en áreas de enfermería y auxiliares deben trabajar en dos lugares haciendo malabares con su tiempo y sus turnos para completar un salario que cubra sus necesidades. “Los sueldos que tenemos son bajos y no acorde al trabajo que realizamos, no nos alcanza para sustentar a nuestras familias; eso nos lleva a buscar un trabajo adicional para estar mejor económicamente. Si los sueldos fueran mejores no tendríamos necesidad de buscar un segundo trabajo”.
El trabajador de salud añadió: “Nosotros también tenemos familia quienes depende económicamente de nosotros. Tenemos a nuestros hijos, esposa. Sabemos que tenemos un compromiso con la población, pero también tenemos nuestras necesidades y dependemos de un salario”.
Remigio fue enfático al afirmar “el personal de salud estamos en toda la disponibilidad que seguir atendiendo a la población guatemalteca, como los hemos hecho desde marzo del año pasado, pero siempre y cuando se nos garantice las condiciones adecuadas, como nuestro sueldo, insumos y medicamentos para atender a los pacientes”.
Aunque la noticia de la reestructuración de presupuestos para la recontratación del personal parece alentadora, Remigio contó que no todo es miel sobre hojuelas. “Muchas personas no van a seguir trabajando, porque durante la plática nos metieron miedo diciéndonos que nos darán contrato, pero no se hacen responsables si más adelante la Contraloría en sus auditorias nos pide que reembolsemos el dinero que ganaremos, que ya es cuestión de nosotros. La verdad no sabemos si es cierto porque la contraloría no nos ha informado nada, pero fue la metodología que se utilizó para asustarnos”.
Sueldos temporales
Los sueldos para auxiliar de hospital son de 6 mil quetzales; auxiliar de enfermería, 8 mil; enfermero profesional de 12 mil y licenciado en enfermería 15 mil, pero son sueldos temporales que se autorizaron por la emergencia provocada por la pandemia.
“Esos sueldos fueron los que ellos colocaron al principio de la pandemia, idealmente esos deberían ser los sueldos porque las personas no trabajarían en un área COVID-19 por un sueldo que no fue el ideal”, añadió Remigio.
En condiciones normales en hospital nacional o en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) Remigio comenta que un auxiliar de hospital gana unos 3 mil 200 quetzales, el auxiliar de enfermería 3 mil 500 y un enfermero profesional o licenciado de enfermería unos 4 mil 500.
*Nombre ficticio a solicitud de la fuente para resguardar su identidad