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#EntreTormentas Comunidad de Paraná sin certeza sobre la tierra y en abandono durante la pandemia y las tormentas

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Créditos: Carlos Ernesto / Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por: Carlos Ernesto Choc

Las familias de la comunidad de Paraná, Panzós, Alta Verapaz, sobreviven sin energía eléctrica, sin agua potable, sin un puesto de salud y sin una escuela desde el 2010, cuando unas 69 familias se trasladaron a esa comunidad. Las autoridades estatales no les han brindado atención porque los tachan de “invasores” y no les proporcionó información durante la pandemia de la covid-19 ni ayuda durante las tormentas Eta e Iota.

“Aquí en nuestro lugar han pasado las grandes tormentas; primero fue la covid-19, luego Eta e Iota. Estos tres acontecimientos nos han causado problemas. Sobre la COVID nunca recibimos ninguna notificación o información por parte del alcalde municipal Ernesto Ramírez, ni del presidente Alejandro Giammattei, tampoco apoyo, porque dicen que nosotros estamos perdidos, pero para las elecciones si nos buscan y nosotros estamos dispuestos”, expresó Edgar Cuc.

Foto: Carlos Ernesto / Prensa Comunitaria

Un anciano de la comunidad, que no quiso revelar su nombre por temor a represalias, recordó que el 9 de agosto del 2011 “tuvimos que sufrir un desalojo donde hubo dos heridos y una mujer asesinada. Los heridos fueron Carlos Ical, Martin Pec May y Margarita Chub quien fue asesinada, ella era una lideresa de la comunidad. En el 2015 los agentes de la seguridad del ingenio Chabil Utzaj vinieron a la comunidad para intimidarnos y querer desalojarlos, pero no pudieron lograr su objetivo”, indicó.

Entretanto Cuc añadió que cuando pidieron ayuda al Estado les respondieron que no pueden “porque nos dicen que somos invasores y delincuentes”, expresó.

Sin apoyo durante las tormentas

Según la población de esa comunidad cuando pasó la tormenta Eta, afectó solo los cultivos y pudieron rescatar algunos, pero cuando llegó la tormenta Iota devastó todo e incluso se quedaron sin sus pertenencias.

A Cuc le preocupa la situación general que viven las familias de la comunidad, cuya fuente económica de ingresos es la agricultura, todos siembran maíz, frijol y tomate, pero con las restricciones decretadas por el Gobierno su economía se vio afectada porque ya no pudieron vender sus cosechas y después del paso de las tormentas perdieron todo.

Foto: Carlos Ernesto / Prensa Comunitaria.

Según los agricultores de la comunidad es imposible sembrar durante estos meses porque se desbordaron los ríos Zarco y Rojo, y dejaron arena y exceso de humedad en la tierra que usaban para sus cultivos.       

Sin educación y sin salud

En ese lugar y antes de la llegada de la pandemia y de las tormentas, para que las niñas y los niños de la comunidad pudieran estudiar debían caminar unos dos kilómetros cada día.

Foto: Carlos Ernesto / Prensa Comunitaria

Entretanto, si se presenta alguna complicación de salud que requiera atención médica, la población también debe que caminar dos kilómetros a la comunidad más cercan en Matacuy, Panzós, para buscar ayuda.

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