Por David Toro
Mientras el gobierno de Guatemala se prepara para reabrir los vuelos comerciales el 18 de septiembre y el ministro de economía Antonio Malouf invita a la población a viajar, en Zacapa la infectóloga Nuria Chávez advierte que el Hospital Regional de este departamento refleja que la red nacional de salud no ha sido fortalecida y, además los casos de COVID-19 han aumentado en las últimas horas en el oriente del país
Guatemala superó este 10 de septiembre los 80 mil casos de COVID-19 detectados durante seis meses de pandemia y, aunque el gobierno del presidente Alejandro Giammattei ha celebrado la baja de casos durante nueve semanas consecutivas, en ese mismo periodo la cantidad de pruebas de diagnóstico realizadas han disminuido. Incluso, la propia ministra de salud Amelia Flores aceptó en una citación del Congreso el 9 de septiembre que se están realizando menos diagnósticos y atribuyó el problema a la falta de personal de laboratorio los fines de semana.
Los hoteles, restaurantes, centros comerciales y otros comercios abrieron desde hace más de cinco semanas amparados en el sistema de alertas implementado por el Gobierno que les permite abrir con ciertas restricciones. Edwin Asturias, director ejecutivo de la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia de la covid-19 (Coprecovid), incluso avaló la próxima reapertura de gimnasios privados.
En medio de este escenario, donde pareciera que todo vuelve a la “normalidad” el Hospital Regional del departamento de Zacapa cuenta con 19 camas en el área de COVID-19 y atienden un promedio de 10 a 14 pacientes diarios, con un promedio de ocho personas fallecidas a la semana a causa del virus y, con un personal médico atrapado entre problemas burocráticos para recibir sus salarios y ante el escenario de un posible aumento de casos en lo que resta de septiembre.
Al respecto, Nuria Chávez, infectóloga del Hospital Regional de Zacapa, advierte que actualmente hay un estimado de 30 personas laborando en el área de COVID-19, el equipo multidisciplinario está integrado por medicina interna, terapistas respiratorios y enfermeras, todos se encuentran, física y moralmente agotadas, “Tenemos cansancio mental, nadie nos enseñó a acostumbrarnos a que la gente se nos muera sin poder hacer nada”.
“Los médicos aquí no aguantan más de dos a cuatro horas con un traje de protección en el área de COVID-19, el calor en Zacapa es muy fuerte, el agotamiento físico es un factor importante”, comentó Chávez.
En medio del agotamiento del personal médico la pandemia no da tregua. Según relató la doctora Chávez, durante los últimos meses han tenido un promedio de 12 a 19 pacientes internos en estado grave y crítico por coronavirus en el hospital. “Únicamente el 9 de septiembre diagnostiqué cinco casos positivos nuevos y tres de ellos se quedaron en el hospital (…) cuando inició la reapertura los casos habían descendido, pero desde hace un mes vemos un alza considerable”, resaltó.
Además, hasta la última semana de agosto la administración del Hospital de Zacapa le adeudaba salario de cinco meses a una terapista respiratoria y a dos médicos internistas, luego de una acción pública y un paro parcial de labores, se les canceló tres meses de salario, sin embargo aún siguen pendiente dos meses más.
Quienes laboran en el hospital cuentan con equipo de protección, “nos anticipamos a la emergencia en ese sentido, porque ya teníamos trajes especiales desde hace unos tres años cuando existió alerta de posible ingreso del ébola a Guatemala”.
Desde mediados de julio, la doctora Chávez advirtió por medio de un vídeo difundido en redes sociales sobre el colapso del Hospital Regional.
EL hospital temporal no cumple su función
El domingo 6 de septiembre, el gobierno de Guatemala utilizó 10 minutos de la cadena nacional para resaltar por medio de un vídeo la construcción de los cinco hospitales temporales de COVID-19 y atribuyeron el logro a la gestión del Centro de Gobierno dirigido por Miguel Martínez, funcionario que recientemente una investigación periodística rebeló que junto al presidente Giammattei son socios en una empresa desde 2007.
Aunque estos hospitales fueron creados para responder a la emergencia, la experiencia en Zacapa con el temporal que fue habilitado en el municipio de Estanzuela el 15 de junio, muestra que la estrategia no ha funcionado como se esperaba. La doctora Chávez señala que los pacientes en estado crítico de la región que llegan de Chiquimula, Zacapa e Izabal, deben ser atendidos en el Hospital Nacional, “El temporal tiene todo el equipo, pero no tienen el personal capacitado para atender pacientes graves, ellos tienen 24 camas pero eso no hace la diferencia para responder a la emergencia”, advirtió Chávez.
Durante los seis meses de pandemia, el Hospital Regional de Zacapa ha atendido a 201 pacientes con COVID-19, 34 de ellos han sido dados de alta y 50 han sido trasladados al temporal de Estanzuela, “los que trasladamos al temporal son personas que están estables que solo necesitan oxígeno, pacientes leves y moderados si pueden atender allá”, explicó.
“El gasto diario con cada paciente en estado grave de COVID-19 en un hospital privado de la región es de unos Q10 mil, además en la región no hay otro centro para atender a pacientes en estado crítico”, agregó Chávez.
Inicialmente el Hospital temporal de Estanzuela Zacapa tenía asignados Q98 millones para su funcionamiento, pero el ejecutivo le redujo Q37 millones, según constató el 17 de agosto la diputada Evelyn Morataya, jefa de la bancada del partido Bienestar Nacional (BIEN).
Asimismo, la diputada Morataya evidenció que se gastó Q99 mil en mascarillas en este centro pero estas no estaban certificadas, por lo que los médicos del centro temporal tuvieron que recaudar Q24 mil para comprar mascarillas N95 certificadas, oxímetros, cloro, alcohol, almohadas y equipo de terapia respiratoria.
Ante el reciente aumento de casos positivos de COVID-19 detectados en Zacapa, la doctora Chávez piensa que la reapertura económica era necesaria pero siente que el gremio médico ha sido ignorado por el gobierno. “Creo que hay falta de empatía de las autoridades con nosotros, nos dejaron a la voluntad de Dios, yo sé que no podíamos seguir con la economía cerrada, pero no fortalecieron el sistema de salud, no hay más médicos, ni espacio para pacientes y tampoco insumos”.