Texto y fotos por David Toro
El Cementerio La Verbena es la escena final de la pandemia, el lugar de tristes despedidas detrás del cristal de los vehículos que desde el 20 de marzo se convirtió en el espacio destinado por el gobierno de Guatemala para enterrar a las personas que fallecen a causa de la COVID-19.
Don Mario llega cada mañana a su puesto de trabajo en la caseta “Los Lamentos” que está a un costado del Cementerio La Verbena al fondo de la 11 avenida de la zona 7 capitalina. Don Mario ofrece jugos, cervezas y chicles, pero en estos tiempos de pandemia la demanda más grande es de flores y cruces de piedra, “mire todas las cruces que he vendido para las lápidas son de personas grandes, todos nacidos entre 1950 y 1970, se está muriendo la gente mayor” dice Don Mario mientras prepara su puesto de trabajo para iniciar la jornada del martes 21 de julio.
El Cementerio la Verbena fue anunciado por el Ministerio de Salud como el lugar para enterrar a las personas que fallecen a causa de la COVID-19, según los datos oficiales en marzo se contaban con dos mil espacios disponibles y este centro actualmente no recibe a personas que hayan muerto por otra causa y son remitidos al Cementerio General de la zona 3.
Hasta el 19 de julio 701 personas, entre ellos 481 hombres y 220 mujeres, han sido enterradas en este cementerio, 60 de los cuales han sido enterrados como XX, según los datos de la Administración Nacional de Cementerios del MSPAS.
Don Mario asegura que desde las 6:00 am hasta las 12:00 pm se puede observar a las familias que acuden a despedir a sus familiares que perdieron la batalla contra el coronavirus, pero la despedida no es como en cualquier otra causa de muerte, las personas no pueden ingresar al cementerio y los únicos minutos para despedir a sus seres queridos son frente al cristal del vehículo de la funeraria que lo trasladó y el protocolo del Ministerio de Salud tampoco le permite observar el cuerpo del fallecido.
En una mañana cotidiana frente al cementerio también se puede observar carros del Ministerio de Salud que trasladan a personas que fallecieron y fueron tomadas como XX ya que nadie los reclamó en las seis horas que las autoridades dan de plazo para identificar a la persona. Sobre este proceso la doctora Zulma Calderón, defensora de salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) ha señalado en varias ocasiones que es importante que los hospitales que atienden a personas con COVID-19 en estado crítico mantengan una línea institucional de comunicación con las familias.
Hasta el 20 de julio de 2020 en el país se reportaron 1,443 muertes por COVID-19, la primera se reportó el 15 de marzo y a más de cuatro meses Guatemala aún no ha llegado al punto más alto de contagio de la pandemia y según el comisionado presidencial Edwin Asturias, director de la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia de la covid-19 (Coprecovid) la peor parte podría llegar entre septiembre y octubre.